La habitación tenía aquel denso humor, donde con un cuchillo lo pudiesen rebanar.Stephen sólo observaba, como Catherine caminaba de un lado a otro como un león enjaulado buscando una manera de escapar, su vista estaba perdida la puerta se abre llamando la atención enseguida de Catherine, un joven de no más de dieciocho años le sonríe con una computadora portátil debajo de sus brazos.
— Román — un suspiro de sus labios y una pequeña sonrisa surca los labios de Catherine, sacando de su zona de confort a Stephen — Hola Cathy, vine lo más rápido posible ¿que necesitas? — dice posando su mirada ahora en el hombre lleno de tinta extravagante, ella suspira y camina hacia el de una manera calmada.
— ¿Recuerdas a mi hijo Artemis? Pues lo han raptado mientras dormía, necesito que me muestres las grabaciones de las cámaras he investigues dos cartas que me han sido enviadas, una hace menos de dos meses y otra que llegó hoy —
El chico muestra interés, observando y escuchando perfectamente cada palabra de Catherine — Claro, empezamos con las cámaras — dice encendiendo su computadora, sentando su cuerpo en la cama desordenada de la habitación, palmeando a su lado para que ella tome asiento a su lado.— Bien, tu y yo somos los únicos con el conocimiento que hay cámaras en cada esquina de esta casa, excepto claro tu habitación — dice tecleando con rapidez, cada una de las teclas ella simplemente asiente poniendo atención a todo lo que hace — Aquí está — dice con una sonrisa, mostrando en su pantalla cada recuadro de la casa.
— ¿Quien es? — pregunta, mientras sigue tecleando su aparato Catherine por fin entiende y se dirige a él — Stephen James el es Román Kutcher — dice observando por primera vez a sus verdosos ojos, los cuales no dejan de ver al chico sentando a su lado.
— ¿El que robo a tu hijo, hace tiempo? Vaya esto si es impactante — dice aun sin despegar los ojos de la pantalla de su computador, Catherine solo ríe y presta atención a cada recuadro que representa los lugares de su casa — Lo se — la risa del chico, sorprendentemente la hace sonrojarse tomando por sorpresa a Stephen quien ahora siente un enojo indescriptible hacia el chico.
— Aquí — el chico llama la atención, de ambos agrandando la imagen pone el recuadro donde está el pateo trasero, una mujer cubierta sale de adentro volteando directamente a la cámara, dejando congelados a los chicos, para después simplemente ver como todas y cada una se va apagando dando solo una imagen negra — Ellos sabían que había cámaras — susurra el chico plasmado, pues prácticamente era imposible.
— Cathy tienes ratas en tu equipo — dice ahora con una voz más fuerte, con la mandíbula apretada.
— Sin duda alguna, Román reúne a todos, sirvientas, jardineros, cocinera a todos — dice levantando su cuerpo y saliendo de la habitación dejando a ambos hombres en la habitación — Y dime James ¿Como es que Catherine no te mato? — pregunta guardando su computadora, en la caja fuerte que se encontraba tras la cama de Catherine, algo que sorprendió por completo a stephen — ¿Acaso importa niño? — su voz sale llena de veneno, como si la palabra fuera a enojarle demasiado el chico ríe cerrando la caja — Me ganas, por tan solo dos años, tengo la misma edad que Catherine y claro que importa — dice ahora concentrándose por completo en el, mostrando una sonrisa se oreja a oreja como si fuera un buen amigo al cual no a visto por mucho tiempo.
— ¿Tu que eres de ella? — pregunta con brusquedad, cerrando sus ojos tratando de no descontrolarse — Su ex pareja — dice con simpleza.
— Mientes — dice con los dientes apretados, observando con llamas en los ojos el ríe y niega con la cabeza — No, la conozco hace años salíamos cuando apenas eramos unos críos, ella me ayudo a salir adelante dándome trabajo de algo en lo que soy bueno — dice encogiéndose de hombros, como si lo que contará fuera irrelevante ahora mismo para el — ¿Que relación tienen? — pregunta apunto de explotar, Román sonríe y camina hacia la puerta soltando una risa le observa directamente a sus ojos.
ESTÁS LEYENDO
LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)
Ação- Recuerda que sangre corre por tus venas - dice en un susurro mientras su agarre se desvanece y sus pupilas se dilatan, hasta que sus ojos se quedan estáticos y su respiración se detiene. - ¡NO! ¡NO ME DEJES MALDITA SEA! ¡NO ME DEJES! - Grito con...