Capítulo 6

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San Remo 1890

Todo se veía diferente, solo 50 años después de que mi padre nos disparara y nos obligara a mantenernos en esta miserable maldición. El carruaje se detuvo en mi casa, hacia bastantes años que Stefan y yo la habíamos dejado, podíamos entrar porque al morir el viejo la propiedad era nuestra, así que no teníamos que ser invitados. El cochero bajó mi equipaje y lo puso en la entrada, y miraba insistentemente mi anillo solar. Le di un par de monedas y se largó.

-Usted debe ser el amo Salvatore- dijo aquella mujer

-Así es, Damon Salvatore. ¿y tu nombre es?-

-Anne, y soy el ama de llaves-

Tuve que volverme a los ventanales para evitar que viera que mi hambre estaba a todo lo que daba.

-Debe tener hambre ¿Quiere que prepare algo en especial?-

-Sí, carne. Pero antes...- me acerqué a ella y con control mental la obligue a darme de beber sangre. –Vas a permitirme beber de tu sangre y después irás a la cocina a continuar con la cena-

-Amo, ¿desea beber de mi sangre antes de que continúe con la cena?-

Sonreí para mis adentros, a pesar de estar hambriento mi control funcionaba, asentí y bebí de si muñeca, no podía darme el lujo de matarla, necesitaba a alguien que cuidara de mí. Luego de beber lo suficiente le di de la mía para que se curara.

-Deberás darme un poco cada mañana en un vaso.-

-Como ordene amo, voy a la cocina a terminar de preparar la cena.-

-De acuerdo Anne.-

Al cabo de unos días me paseaba por las calles todavía rocosas de San Remo, ya incluso, no vivía ningún maldito bastardo que hacía 50 años nos habían obligado a convertirnos en vampiros, de no haber sido porque querían matar a Katherine...

-Disculpe... ¿sabe dónde puedo conseguir una diligencia?- Era una dama hermosa de ojos verdes, tenía el suministro para esta noche, era humana, y por supuesto no tenía verbena en su organismo.

-El día de hoy se acabaron, pero podría hacer que mi cochero la lleve a su destino.-

-¿De verdad?-

-Por supuesto, Damon Salvatore, a sus órdenes- dije haciendo una reverencia.

-Lady Jamie Grayson- Dijo. – Un placer Señor Salvatore, ha sido usted mi salvador.-

-Me alegra escuchar eso.-

-Ari, querida conseguí transporte, trae al abuelo.-

-Menos mal.-

-Abuelo!.-

-Sr. Salvatore, le presento a mi abuelo Sir Alexander Grayson Conde de Vlad, y a mi hermana Lady Araceli Grayson-

-Se encuentran muy lejos de casa, ¿de dónde son?-

-Mi abuelo es rumano, pero de padres ingleses, mis padres y nosotras nacimos en Inglaterra.-

-Interesante, ¿van de vuelta a casa?-

-No, estamos buscando una posada, estaremos tiempo indefinido.-

-¿sería algún problema que les ofreciera mi casa?-

Estaba siendo amable, nunca lo era, de hecho, me había desviado de mi plan al escucharla hablar, al escuchar su nombre, todo eso se desvaneció en el aire.

-Estaré encantado de ser su anfitrión en mi casa.-

-¿Qué dices abuelo?

-Estaremos con un amigo-

-Así es Conde, mi casa es su casa.-

-¿está muy lejos?- preguntó la pequeña

-No, está cerca, ¿ves esa casa blanca?-

-Si.-

-Ahí vamos.-

-Me parece fantástico- dijo y miré a su hermana.

-¿Me permite escoltarla hasta ahí?- dije dándole mi brazo, sonrió y lo tomó, caminé junto a ella y era un espécimen hermoso y me había olvidado de Katherine, solo por un instante.

-Gracias, es usted todo un caballero-

-Damon, llámame Damon. Esta noche habrá una mascarada, ¿les gustaría ir?-

-Me encantaría, pero no puedo, pero ustedes niñas, vayan... diviértanse-

-Claro.- dijo emocionada la pequeña Araceli

-¿por cierto y su equipaje?-

-Nos robaron.-

-Caray, pues qué pena.-

-Necesitaré que el gerente del banco...-

-Descuide lo haré ir a casa.-

Llegamos.

-Sean ustedes bienvenidos, Anne!-

-Amo-

-El sr y las damas serán mis huéspedes, haz que preparen habitaciones cómodas y que vayan a buscar al gerente del banco-

-Enseguida- hizo una reverencia y salió de la sala.

-Espero que encuentren la casa cómoda y que sea de su agrado.-

-Lo será.-

Abotoné mi camisa y seguí con el moño del esmoquin, estaba dispuesto a llevarme a la cama a la primera mujer que se me pusiera enfrente y mi objetivo esa noche era Jamie Grayson, sería su escolta y de su hermana en la mascarada, tomé mi antifaz y baje las escaleras hasta entrar al salón, donde me encontré con él viejo.

-Buenas noches.-

-Buenas noches Damon, ¿tuviste problemas con el moño?- dijo riendo y acomodándolo, nunca, ni mi padre había hecho eso conmigo, solo con el inútil de Stefan.

-Gracias.- dije, me era una sensación extraña, nunca la había sentido desde hace 74 años que soy vampiro.

-Mis nietas no deben tardar en bajar.-

-Aquí estoy- dijo ella, estaba hermosa. Me era increíble que no estuviera casada aún, pero si lo estuviera, tampoco me impediría llevarla a la cama

-Si me permites... Te encuentras realmente despampanante-

-No lo creo, es solo algo improvisado.-

-Vamos!- dijo la niña. Ambas se pusieron sus máscaras y salimos al carruaje, cuando entré acompañado de ambas bellezas todos me miraron.

-Buenas noches, Lancaster me ha invitado.-

-Un momento por favor-

-Damon...-

-Lancaster... te presento a mis invitadas, Lady Jamie y Lady Araceli Grayson.-

-Señoritas un placer, pero Damon ¿te has atrevido a traerlas sin damas de compañía?-

-Disculpe mi lord, viajamos sin cortesanas, solas con nuestro abuelo Sir Alexander Grayson.-

-¿El conde de Vlad?-

-Efectivamente.-

-Pues... adelante y disfruten de la fiesta, Damon les enseñará como nos movemos aquí.-

Ambas hicieron una reverencia propia de la corte real y continuamos con nuestra velada. La primera pieza de la noche fue un vals y pedí la pieza a Jamie, quien gustosa acepto, era sublime tocar su cintura y olfatear su aroma suave a ¿verbena?, lo ignoré y bailamos por todo el salón ante las miradas críticas de todos los invitados quienes se preguntaban quiénes eran mis invitadas, yo estaba idiotizado, como cuando conocí a Katherine, así la había conocido hace 50 años en Mystic Falls, cuando jugó con mis sentimientos.

In The ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora