CAPÍTULO CINCO

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25 de Enero, 2014.


Thommy: Preciosa, estoy en Londres por unos pequeños asuntos y muero por verte. ¿Te escaparías?


Todos los colores se van a mi rostro leyendo una y otra vez el mensaje de Thomas. Toco repetidamente el hombro de mi hermano, él deja de ver su libro y me mira interesado. Desde el incidente con Abraham me mantengo alejada de él y de su rostro perfecto, no quiero verlo.

—Mira esto —Ethan toma mi celular y ensancha sus ojos viendo el mensaje.

—¿Saldrás con él? —me sonrojo y muerdo mi labio inferior—. Pienso que deberías hacerlo.

—Ethan, no creo que sea correcto.

—¿Y acaso crees que fue correcto que Abraham se acueste con una mujer estando prometido contigo? —me abstengo de hablar y solo niego con mi cabeza—. Además, es solo una salida —mi hermano mueve ambas cejas de forma pícara—... A no ser que... Terminen en cosas malas, ya sabes.

—¡Dios! ¡Callate!

En parte mi hermano tiene razón, no es correcto lo que hace Abraham, pero eso no significa que yo debo ser una chica buena y guardarle la fidelidad que no se merece.


Yo: Yo encantada de verte, Thomas.


**


—Me siento como si estuviera haciendo algo muy malo —hablo y siento que mis mejillas explotarán en cualquier momento.

Él ríe para luego tomarme por las mejillas y unir nuestros labios. Mordisquea mi labio inferior antes de besarme otra vez y ésta vez con más pasión que antes. Al abrirse el elevador deja de besarme para luego entrelazar nuestros dedos y caminar hasta su habitación de hotel. Con mi mano libre ajusto mi gorra, la cual he colocado para no llamar tanto la atención. Le miro directamente a los ojos y él al notarlo se sonroja.

Thomas tiene esa peculiaridad de que hasta su silencio te parece encantador. Su cabello castaño oscuro ya no es tan corto de cómo lo recuerdo. Sus ojos cafés no dejan de brillar a cada momento que yo le hablo, su tez blanca estaba un poco bronceada ya que había ido recientemente a Morocco con su padre y en su cuerpo estaba reflejado todo ese esfuerzo y ejercicio físico que tanto le gusta hacer.

Nunca puede estar quieto, siempre tiene que estar haciendo algo y algo divertido.

—Simplemente somos un par de... Buenos amigos —él abre la puerta de su habitación y se encoje de hombros. Le muestro una sonrisa fingida, mientras que en el fondo me decepciona escuchar sus palabras.

Buenos amigos... Vaya, eso sí que es FriendZone.

Entro a su habitación y me deleito con la temática italiana del hotel. Thomas me guía hasta su sillón, le observo ir hasta un pequeño frigorífico y sonrío cuando me hace entrega de un helado de mantecado con trozos de melocotón.

—¿Te vio tu padre salir de Buckingham?

—No, pero ya sabes como es. Al darse cuenta de que no estoy armará un lío —me encojo de hombros—. Te extrañé.

—Yo te extrañé más —Thomas besa mi cabeza.

—¿Ethan te está cubriendo? —me sonrojo viendo como Thomas lame su cono de helado, recordando instintivamente cosas que justamente él me había hecho una vez con su lengua y dulces labios— ¿Acaso estás recordando ese día en Barcelona? —me hace un travieso guiño.

La Obsesión del PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora