One-shots de FFVII [Posibles fanfics]

[One-shot: Sephiroth] Ríndete ante mí

Era algo tarde por la noche cuando decidí ir a la sala 49 de entrenamiento, ya que por la noche no suele ir a entrenar nadie y la sala queda libre de uso. 

Salí de mi cuarto (tratando de no despertar a mi compañero) vestida con mi uniforme de SOLDADO 2da clase, cogí el ascensor para ir al piso adecuado. Caminé por el pasillo en silencio, no había ni un alma por allí; lo más seguro es que los demás estuvieran o en el bar de la planta baja o durmiendo en sus respectivos cuartos.

Entré a la sala de entrenamiento, lo dicho, ésta estaba vacía. Seleccioné una misión en el panel y la "realidad virtual" apareció ante mis ojos. Había seleccionado una misión en la que el monstruo principal tenía un rango mucho mayor que el mio para demostrarme a mí misma que podía vencer a cualquier monstruo que se me pusiera por delante. 

El lugar donde aparecí -gracias a la realidad virtual- era un extenso bosque. 

Desenfundé mi gran espada y corrí en dirección al monstruo, le ataqué  y salté para esquivar uno de sus zarpazos. Aprovechando el salto le apuñalé al caer sobre él. El gran monstruo se revolvió, tirándome hacia un lado. Me levanté del suelo y esquivé otro de sus ataques; volví a saltarle encima, dispuesta a volver a atacarle, pero entonces, el monstruo hizo un movimiento que no me esperé y con un fuerte golpe que no pude esquivar, me tiró hacia atrás. 

Mi espalda y la parte trasera de mi cabeza chocaron contra un robusto árbol, y caí al suelo adolorida. Traté de levantarme con algo de dificultad y cuando alcé la mirada en dirección al monstruo pude ver cómo estaba a punto de golpearme con todas sus fuerzas.

 -¡¡...!!

El monstruo detuvo su ataque y cayó desplomado al suelo bajo mi incrédula mirada.

-¿Eh? -me pregunté mientras observaba al monstruo inerte en el suelo.

-Aff... Sigues cometiendo los mismos errores -dijo una voz aterciopelada que reconocí al instante.

-¡Ah! ¡Sephiroth! -exclamé mirando en su dirección. 

La realidad virtual desapareció, dejando ver la verdadera sala de entrenamiento. 

-¿Qué estás haciendo aquí? -le pregunté. 

-Vi que las luces estaban encendidas y decidí entrar a echar un vistazo -respondió él, caminando por la sala-. Necesitas más entrenamiento. 

-No pedí tu opinión -dije de manera algo borde.

-Pero como tu superior tengo el derecho de dártela, te guste o no -dijo él poniéndose delante de mí. 

He de reconocer que en el mismo momento en el que se puso delante de mí mi corazón dio un vuelco y comenzó a latir muy rápido, su altura en comparación a la mía hacía que, a su lado, me sintiera muy insignificante.

-No abuses de tu rango -le dije.

-¿Abusar? -me preguntó él mientras elevaba una de sus cejas.

-Sí, lo haces. Te aprovechas de tu rango para darme estrictas lecciones o consejos que no te he pedido.

-¿Estrictas lecciones? Hmmp... No creo que sea estricto contigo, pero si quieres puedo serlo -dijo él acercándose más a mí.

Retrocedí dos pasos  para alejarme de él, intentando evitar que él pudiera notar mi nerviosismo.

-Además, te colaste en mi entrenamiento -le reproché.