7. El dolor en mi ser

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Brayton

Mi padre está muerto, mi madre y mi esposa desaparecidas. Mandé a uno de mis hombres a avisarles a mis hermanos. Miro como refaccionan la casa los decoradores y camino por el salón aburrido, hasta sentarme en el sillón.

—Jefe —dice uno de mis empleados.

—Cedric ¿Qué ocurre? —Observo hacia el frente.

—Hay información.

Frunzo el ceño, no me gusta su tono, parece de malas noticias.

—Te escucho.

Traga saliva.

—Encontramos un cuerpo.

Rápido, lo miro directo a los ojos y le exijo.

—Termina de una vez.

—En nuestro rastrillaje por el rio, visualizamos un cuerpo con las características de su esposa, aún estamos en proceso de buscarlo, pero era evidente que era el suyo.

Bajo la vista, dejando de observarlo.

—Estás mintiendo —digo una vez termina de hablar. Presiono mis puños—. ¡Te equivocaste!

—Pero jefe...

Quiero tirarle algo en la cabeza, pero por suerte para él, no tengo nada a mi alcance.

Entrecierro los ojos.

—Primero me das un paracaídas roto. —Me levanto molesto—. No encuentras testigos. —Lo agarro de la chaqueta y lo empujo contra la pared—. Me das información falsa en el callejón. —Presiono mis dientes—. Tú eres un traidor ¿Quién te envía?

—No, jefe. Juro que no. El mío también estaba roto —comienza a explicarse—. No encontré testigos porque realmente no había. —Mi mano empieza a aflojarse—. Los análisis nos llevaron al callejón, yo no tengo nada que ver con el resultado ¿Cómo podría alterarlo?

Lo suelto y me aparto.

—Tiene que haber un error.

—Lo siento, jefe, pero...

—No, no, no... —Me agarro de los pelos y camino en círculos por el living—. ¿Por qué? —Mis ojos se humedecen.

—Parece que el hombre del callejón no mentía. Conseguiremos el cuerpo, pero las pruebas apuntan a que es verdad. —Camina hasta la puerta e informa—. Seguiré con el asunto, mi más sentido pésame, jefe. Lo siento mucho. —Se retira y quedo solo en el salón.

Me agacho y continúo llorando. Me agarro fuerte del sillón, mientras las lágrimas siguen cayendo por mi rostro.

Rato después, me levanto, tomo ni chaqueta y salgo de mi casa, corriendo, buscando respuestas, las cuales no encuentro en el dolor de todo mi ser.

Destruyendo a Adonis (R#7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora