Destruyendo a Adonis (R#7)

76. Un pecado poderoso

Brayton

Encontré a mamá, sigue en coma, pero está bien. Encontré a mi enemigo mortal, tiene una bomba, eso no es bueno.

—Antes de que nos mates a todos, ahora que te tengo en frente, ¿por qué quieres destruirme?

Aparte de ser la competencia en el negocio no veo otra razón. Aunque si fuera así, se hubiera apresurado en asesinarme, en vez de dar tantas vueltas.

Frunce el ceño.

—No lo entiendes, ¿verdad?

No, la verdad que no.

—Por eso pregunto. —Sonrío.

—Eres el hijo mayor de la familia Lovelace, al igual que yo de los Matthei, pero no vives a la sombra de tu padre. —Señala a Douglas.

—La envidia, un pecado poderoso —opina David.

O quizás también se volvió loco. Sea cual sea la razón, esa no me sirve para convencerlo de que no presione el botón.

—Sergei —habla Aurora que se nota que no está bien—. No vale la pena, eres mejor que eso. —Me señala.

—¿En serio? —Levanto una ceja.

Frunce el ceño.

—Sí.

Su medio hermano mira la bomba, luego observa a la pelirroja.

—No lo sé. —Camina hasta ella y la agarra del brazo—. Ya veremos si tienes razón.

—¡¿Qué piensas hacer?! —le grito.

—Sergei, no metas a Aurora en esto —exige su padre.

Sonríe.

—Ella se metió sola.