81. Bésame (2/2)

3.7K 229 43
                                    

Aurora

Respiro agitada, tengo a Brayton casi sobre mí y a tan pocos centímetros de mi boca, pero no hace ningún movimiento.

—Bésame —pide.

—No... no voy a hacer eso —digo nerviosa, tengo calor.

—¿Por qué?

—Porque me parece estúpido lo que planteas.

—No quieres besarme porque sabes que físicamente somos compatibles, pero lo que te estoy pidiendo es que te centres en lo que piensas cuando nos besamos.

—No quiero. —Presiono los dientes y repito—. No quiero saber lo que ya sé.

Sonríe.

—Lo que no quieres es admitirlo, cobarde.

—¿Co... ¿Cobarde? —Mi sonrojo va en aumento, mis mejillas acaloradas, no me dejan en paz.

—Sí, cobarde. —Roza mis labios.

Frunzo el ceño, agarro su rostro y lo beso. Mi corazón late con fuerza. Concéntrate en lo que piensas. No puedo, esa boca me hace desvariar.

¡Concéntrate!

Siento... siento que vuelo, todavía tengo sentimientos por Brayton, siempre los he tenido, mi enojo hasta podría desaparecer. Además, realmente nunca hemos llegado a nada concreto, esta podría ser la oportunidad perfecta.

—Aurora, si sigo extendiendo este beso, tendré un problema ahí abajo —Se muerde el labio inferior—, el cual no vamos a poder solucionar, por tu estado. Dime que tienes mi respuesta.

Quedo atontada mirándolo, luego reacciono y frunzo el ceño aún sonrojada.

—Puesto que nunca hemos llegado a concretar nada, podemos comenzar ahora. Sin embargo, quiero saber cuál es tu respuesta también.

—Que no quiero arruinarlo nunca más, es más, quiero jurar que no te volveré a lastimar, porque he notado que con ese beso, te amo más de lo creí, mi Afrodita. —Me vuelve a besar y le correspondo.

—Yo también te amo, pero te me adelantaste. —Entrelazamos nuestras manos.

—Entonces prepárate para todas mis exageraciones, porque soy muy intenso.

—¿A qué te refieres? —Entrecierro los ojos.

—Creo que no conoces al verdadero Adonis. —Se inclina y vuelve a estar sentado con una gran sonrisa—. Te daré un poco de espacio, porque después de esto no podrás respirar.

—¿Disculpa? —digo confundida pero me río.

—Soy muy cursi, demasiado. Te llenaré de piropos, regalos y amor. Y quiero una boda enorme, llena de flores, rosas por todas partes. Además...

Me sonrojo agarrándome de los cachetes y lo interrumpo.

—¿Tú te quieres casar conmigo?

—Obvio que sí, sino como esparciré mi amor, a menos que no quieras casarte y deba cambiar mis ideas. Ya sabes, para acoplarme a tus necesidades. —Levanta el dedo y continúa con su gran sonrisa—. Creo que te dejé sin palabras —agrega porque me quedo callada observándolo—. Ah, y quiero viajar, digo para salir de este ambiente tenso ¿Qué te parece?

—Me encanta la idea —digo embobada por la situación.

—Genial, le diré a David que ya puede comprar los pasajes.

Reacciono.

—¿Qué? ¿Qué? —repito confundida—. ¡Espera! Vas muy rápido. —Me sonrojo.

—Yo te lo advertí. —Se ríe.

—¡No es cierto!

—Bésame —dice de repente.

—¿Qué?

—Perdón, es que estoy animado. —Se ríe—. Deja, lo haré yo.

Agarra mi rostro y me besa de nuevo ¿Esto es real? Entonces que sea para siempre. 

Destruyendo a Adonis (R#7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora