10-Gabe

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Me despierto chorreando del calor que hace. Me destapo rápidamente y quito el brazo de Gabe de mi cintura. Cojo el mando del aire acondicionado y lo enchufo.

Sí, vais a pensar "¿aire acondicionado en pleno octubre, Abby?" Lo se lo sé, pero soy muuuy calurosa.

Menos mal que solo he dormido con ropa interior porque sino ya me habría quitado el pijama sin pensármelo.

Miro el móvil y el reloj marca las 10:07.
¿Solo he dormido 5 horas?

Pues aunque me vuelva a acostar no conseguiré dormirme, es algo que nunca he podido hacer.

Veo la camiseta de Gabe tirada en el suelo, y ya que hace mucha calor y no quiero ponerme un pijama, me la pongo ya que me hace de vestido y bajo a la cocina.

–Buenos días– le digo a mi padre cuando entro a la cocina.

–Buenos días, mi princesa. ¿Vinisteis muy tarde ayer?– me pregunta besando mi mejilla.

–Tampoco era muy tarde. ¿Y cómo es que estás aquí a estas horas?– le preguntó sentándome con un vaso de leche y un paquete de galletas en mi mano.

–Pues que hoy es Halloween, pequeña, hoy libramos hasta los hombres de negocios jajajaja– me dice pellizcando mi mejilla de forma cariñosa.

–¿Y mamá?– pregunto tragando duro.

–También, pero no ha querido levantarse, dice que no se encuentra bien. ¿Pasó algo anoche? Salió muy disgustada de tu habitación..– me habla con cautela. Yo bajo la cabeza.

–Papá, Theo es un gran chico, y aunque no lo parezcan, sus amigos también. Estoy harta de los estereotipos, en lo que piense la gente; Me da lo mismo papá!!!. Soy unos chicos muy divertidos. Y si, no hacen cosas demasiado legales pero jope, no hacen daño a nadie– digo defendiéndoles. Jamás me lo habría imaginado.

–Cielo, me alegro de tenerte como hija. Eres un ejemplo de chica al igual que tu hermano mayor. Y aunque coincida contigo en lo de los estereotipos, esos chicos han transformado a tu hermano en otro chico– me habla como si quisiera llegar a algo.

–Me estás diciendo algo que se y que he vivido. Papá, Theo al principio se comportaba como un auténtico gilipollas, pero de verdad que no ha cambiado interiormente; si que es verdad que es un poco más machista y hace cosas que no debería, pero jamás ha cambiado– le digo.– y de verdad que esos chicos son un cielo aunque creas y ellos quieran pareces otra cosa– finalizo. Mi padre sonríe y me abraza.

–Les daré mi voto de confianza. Eso sí, el tal Alek ese me cae mejor que ninguno– escupo la leche que había sorbido en la mesa y mi padre me regaña.

–Nunca me habría imaginado que eso saldría de tu boca, papá– le digo limpiándome.

–Me gusta porque sabe mantener alejado a Gabriel– me dice cortando el último trozo de tu pastel de manzana. Yo le rechisto.

–Papá, se llama Gabe, no Gabriel, y no quiere nada conmigo, es mi amigo!!!– le digo por enésima vez. Siempre acabamos teniendo esta disputa.

–Cielo, tengo 53 años de experiencia como hombre, sé perfectamente cuando le gustas a uno– me dice con gracia.

–Y también vas a decirme que Jason y Alek están coladitos por mi, no? Vamos papá, no seas ridiculo– le digo levantándome al mismo tiempo que él.

–No, Abby, claro que no. Jason te querría solo para una noche, pero también te trata como a una hermana pequeña– me dice. Yo me río.

–Tienes toda la razón– le respondo y luego pienso.– ¿Y Alek?– pregunto.

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