❀capítulo 8: new rehearsals.

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La muchacha bonita trabajaba en una clínica cerca de la SM, más un poco alejado de nuestro departamento. Venía con Hyo, ella quiso acompañarme, e insistió tanto que no pude negarme. Aunque a ella le gustaba ser la que todas le tuvieran miedo, "ruda" y a la vez dorky, era muy protectora y celosa. Siempre velaba por el bien de todas aunque luego lo negara como el sol que sale en las mañanas.

Después de la profunda conversación de anoche, no ha querido dejarme sola ni un momento, justo como en el pre-debut. Era como un maldito déjà-vu que se negaba a dejarme sola. Al menos venía acompañada de Hyoyeon, que era mucho más de lo que podía pedir y más de lo que el destino estaba dispuesto a darme.

—¡Una señal de alto, Hyo! —grité mientras veía con miedo la calle frente a nosotras. Yo iba a manejar, pero no me dejó. Ella tenía cinco años siendo aprendiz y creo que lo hacía peor que Seohyun. Y eso era demasiado decir.

—Ay Dios mío, ¡perdóname! ¡No se lo que hago! —frenó de repente. Yo aplaudí mientras me reía a gritos. Ella fingía llorar se recostaba en el manubrio.

—Casi llegamos, sigue adelante.

—Está bien, estamos cerca de la SM, debo pasar por ahí para hablar con Marcus sobre algunos pasos de Party que no me convencen demasiado.

—Habló la dancing queen —ella me miró con superioridad y siguió en su intento de manejar sin morir.

Luego de varios frenos sin aviso, llevando todo nuestro cuerpo hacia delante, (que si no tuvieras los cinturones hubieras volado fuera del auto) estábamos frente a un gran hospital, blanco y tétrico. Era muy grande y la decoración se basada en los años victorianos, haciéndolo más llamativo y aterrador. Jamás había visto este hospital en todos los años que llevaba viviendo aquí. Siempre había ido a un hospital local cerca del departamento, nada tan grande como esto.

—¿Segura que es un hospital y no un cementerio? —Hyo susurra asustada, viendo hacia el gran departamento.

—Lo descubriremos —la miré y nos bajamos del auto. Ella se aferró a mi mano y comenzamos a caminar. Por dentro no era tan horrible, había más gente lo cual me hacía respirar. Por fuera parecía muy desolado, como si un desierto se tratase.

Saber la oficina de la muchacha bonita fue un infierno. De verdad, no sabía su nombre, y cuando en recepción preguntaron a quien buscábamos, lo primero que salió fue "a una muchacha bonita", pero la secretaria no hizo más que burlarse de mí. Le expliqué que me había ayudado con mi tobillo y que trabajaba algunas veces para la empresa SM Entertainment. Hyo me veía mientras golpeaba varias veces su frente y yo agonizaba por no saber dónde se encontraba.

—Señorita, solo hay una enfermera qué ha trabajado con la compañía que usted ha de mencionar. La llamaré, más ella no es doctora, es enfermera —fue como un reproche, antes de tomar el teléfono del lugar y marcarle. En menos de cinco minutos estaba la muchacha. Hyo suspiró mientras yo me acercaba a ella.

—Lo siento si la he hecho esperar mucho Taeyeon Unnie —hace una reverencia—. Más no seré yo quien llevará el récord de su tobillo, será el Doctor Min. Sígame, por favor. Ah, y mi nombre es Sun Hee.

Iba detrás de Hyo y Sun Hee, siendo escoltada por preguntas de Tiffany mediante mi celular. Se sentía cohibida pues le había contado todo a todas y ella y las demás borrachonas no sabían de lo sucedido. Le dije que no era el momento, y que desde que llegara le contaría todo.

Aunque no quería que se diera cuenta de todo lo que sentía en ese momento. Me había tratado de levantar con el pie derecho—irónico por el tobillo—y tratar de ser feliz para las demás. De eso se trababa de ser la líder de todas, llevar un balance y hacer que todas tuvieran sus mejores días, no ser una carga para todas, preocupándose y estando triste por mí. Pero sabía que inmediatamente le contara todo a Tiffany reviviré los momentos más agridulces que había tenido en toda mi vida.

Starlight → baekyeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora