❀Capítulo 11: we are always one

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Cuando llegó el otro día, mis ojos se abrieron de par en par. Estaba decidida, iba a hacerlo. Iba a hablar con Baekhyun; tenía que tener todo claro con él, debí haberlo hecho desde el día de la fiesta, pero me había acobardado de una manera intangible, dando a conocer ese lado de mí que ni yo misma conocía. Todo debía ser aclarado, y el día había llegado. No podía dejar que Baekhyun siguiera haciendo con mi vida lo que a él le diera la gana, era hora de dejar todo eso detrás y mandar en mi propia vida, para ello debía sacarme a Baekhyun de encima.

Salí hacia uno de los autos, y con pasos firmes me dirigía hacia el dormitorio en donde probablemente me encontraría con todos los chicos de EXO, pero eso no me impedía terminar con ésto una vez por todas.

Aunque me sentía estúpida, por tener la capacidad de evitar todo el problema que se había ocasionado, estaba nerviosa, no sabía cuál sería la reacción de Baekhyun. Sólo rezaba para que fuera calmo y comprensivo, aunque también creía que esas palabras habían desaparecido de su diccionario hacía unos días.

Me conduje aún más rápido hacia su dormitorio, había mucho tránsito y yo permanecía desesperada, ansiosa. Nerviosa.

Cuando llegué y estaba a punto de tocar la puerta, Sehun abrió, probablemente dirigiéndose hacia otro lugar. Su cara de asombro me ponía aún más nerviosa. ¿De verdad valía la pena lo que estaba apunto de hacer? SÍ. Valía la pena, Taeyeon, valía la pena. Hazlo por Kasper. Hazlo por ti.

—Tae, hola —dijo algo extrañado, para luego sonreírme. Respira profundo.

—¿Qué tal, Sehun? —le sonreí de vuelta—. ¿Se encuentra Baekhyun?

—Está en su habitación, creo. Dime que no harás nada estúpido.

—No lo prometo —susurré más para mí misma. Dudo que me haya escuchado.

—¿Pero lo matarás? —arqueó una ceja.

—¡No! —carcajeé. Carcajeaba para no trasmitir el desespero que tenía encima.

—Entonces está bien, haz lo que quieras con él —guiñó el ojo, antes de despedirse con una pequeña inclinación de cabeza.

Dios se había apiadado de mí y no había nadie en la sala de estar. No quería tener una conversación incómoda antes de hacer lo esperado. Cuando llegué a su habitación, vacilé un momento, pero terminé tocando dos veces. Sin respuesta. Tenía mis uñas en mi boca sin morderlas, suavizando la piel del área y enganchándola en mis dientes, ¿por qué se daba tanto de rogar, si ni siquiera sabía que era yo? Cuando iba a tocar una tercera y cuarta vez, nuestras miradas chocaron. Una pequeña electricidad corrió por todo mi cuerpo antes de quedarse almacenada en mi estómago bajo. Sentía que su pequeña mirada color café podía hacer en mí grandes cosas, cosas de las cuales me había prohibido a mí misma pensar. Pero no podía impedirlo ahora, su boca entreabierta denotaba confusión, mientras que sus ojos me daban algo de esperanza debido al brillo en el que me miraban. Debía estar acostado, su cabello lo delataba, estaba de esa manera que me encantaba, en un revuelto mañanero seguido de ojos adormilados. Pero no podía permitirme seguir pensando así, había venido por una razón y sólo una razón: deshacerme de él. ¿Podría? ¿Enserio podría yo, deshacerme de él? Cuando me ponía a analizarlo, las razones por las cuales terminamos invadían mi cabeza, al igual que cualquier pensamiento que me llevara a pensar algo erróneo.

Apreté mis labios antes suspirar pesadamente.

—Tenemos que hablar, Baekhyun.

—No tenemos nada de qué hablar —murmuró con voz ronca, antes de despeinarse el cabello, algo incómodo, molesto, ¿ansioso?

—Tenemos muchas razones de las que hablar —enfaticé la palabra muchas—. Y una de ellas es el beso de la pasada fiesta.

Me golpeé mentalmente por decirlo así, pero a duras penas había salido de mi boca y dudaba que en otro momento fuera a hacerlo. Pero yo seguía ahí, al lumbral de su puerta, parada como una estúpida que no quería hacer otra cosa más que tirarse a un rincón y llorar. Me estaba desesperando de una forma estúpida y sólo quería propinarle dos golpes para ver si finalmente podía captar su atención. Su vista se había ido lejos como el coraje que yo tenía esa mañana. Se evaporó. Esfumó. Ahora me preguntaba si él en verdad se acordaba o era muy estúpido cómo para no querer hablar al respecto.

Starlight → baekyeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora