Me levanté más temprano de lo usual, y no porque los cálidos rayos del sol penetraban por mi ventana, ni mucho menos sonó el despertador, sino mi celular haciendo ruido como bocina de ambulancia. No quería responder, pero Tiffany me tiró una almohada, pronunciando un soñoliento "calla esa cosa". Yo bufé y me tuve que parar. Cuando miré era John, mi manager, a las cinco de la mañana.
—Ohayou gozaimasu —dice en japonés y tono alegre.
—¿Por qué me hablas en japonés y por qué llamas a esta hora? —digo exasperada.
—Oh, es que estaba en conferencia con unos japoneses eso debió ser... ah, quiero que vengas al estudio para que empieces a practicar "Why" tus bailarines están de camino, no los hagas esperar.
—Si señor —bostecé, antes de cerrar la llamada. En bola de humo llegué al baño y me bañé y cepillé. Como era rutina de aprendizaje, me coloqué un suéter Puma, shorts flojos blancos, y lo combiné con zapatillas deportivas.
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Me fui corriendo hacia la oficina. Compraría algo allá para desayunar. En el camino, me cepillé el cabello con los dedos. Me despedí de Lenny, el chofer de SM y bajé rápido.
—Llegó la enana —se rió Kasper, cuando me vio entrar. Era uno de los bailarines al cual le tenía la mayor confianza. Nos conocimos con Mr. Mr. Y además en Adrenaline de TaeTiSeo. Debo confesar que cada vez que bailamos, tenemos una química extraordinaria.
—Cállate —resoplé, sonriendo—. Buen día a todos —saludé, haciendo una reverencia. Eran cuatro chicas y cuatro chicos. Las chicas sí que eran nuevas porque, jamás habíamos tenido bailarines de apoyo mujeres. Cada una se presentó y llegó Hyon Eun, mi coreógrafo.
Empezamos con una toma de mi cara, en donde las chicas tenían que hacer varios movimientos con sus manos cerca de mí. Yo movía la cabeza al compás de los golpes que ellas propinaban al aire.
Una hora de ensayo y nos dieron un descanso, a pedido de mi porque estaba hambrienta. Caminé a la cafetería y pedí un café frío y un croissant. Luego me antojé de un brownie, así que tuve que hacer la fila dos veces.
—¿Por qué eres tan solitaria?—se ríe Kasper sentándose a mi lado. Yo sonreí. Él, al contrario de mi, llevaba su bandeja repleta de comida.
—No lo soy, solo soy reservada —digo, en negación. Él se ríe y luego de dar gracias por la comida, la devoramos.
Como a las diez debía ir al ensayo del gran concierto, el desayuno fue corto.
—Bien Kasper, este es la segunda parte del coro. Tomarás la mano derecha de Taeyeon y la llevarás por encima de su cuerpo, posicionándote detrás en la parte izquierda.
