CAPÍTULO V

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CAPÍTULO V


Me levante por el sonido de la puerta abriéndose abruptamente en la planta de abajo, sin ponerme nada más que un pantalón de dormir, bajo con cuidado las escaleras porque no olvidemos que soy Stiles Stilinski.

Y la suerte pocas veces está conmigo por no decir nunca.

—Stiles te encuentras bien —escucho que me dicen mientras yo me encuentro en el suelo de las escaleras.

Como les dije soy Stiles un chico bastante torpe hasta para ser un simple humano, pero que se le puede hacer esa es mi naturaleza, ser simplemente un chico encantador.

—Claro sólo estoy abrazando a mi gran amor el suelo ¿Cómo has estado corazón? —Digo mientras extiendo mis manos para tomar al suelo.

Alzo la cabeza al ver una mano extendida y sin ver de quién es acepto la ayuda. Al estar sosteniendo mi cuerpo con mis pies, me sacudo el pantalón para después darle las gracias a quién me ayudo.

—Ethan.

—Hola Stiles, me gustaría seguir hablando contigo, pero he venido aquí a buscar tú ayuda.

—Mi ayuda Ethan de que... —No termino de decir nada pues Ethan se movió un poco a su izquierda para dejarme ver a la persona que está en el sillón recostada.

—Cora. —Digo mientras voy corriendo con ella.

Cora se encuentra maltratada, y tiene marcas por todo su cuerpo y las heridas no se curan.

—Por qué no se cura. —Mi voz salió temblorosa.

—No lo sé, yo sólo la encontré tirada de esta manera a las afueras de Beacon Hills, ella me dijo que la trajera contigo.

—Por qué no la llevaste con Deaton o con Scott ¿Por qué conmigo?

No entiendo habiendo maneras de ayudarla para que se cure porque traerla con un simple humano que no puede hacer nada.

—Ella me dijo claramente que sólo la trajera a tu casa y con nadie más que contigo, por eso estamos aquí.

Miro detenidamente a Ethan el cual se nota que está cansado y tiene la ropa sucia por las diversas manchas de sangre tanto de Cora como de él mismo.

—Puedes subir a darte una ducha o descansar si quieres.

Él simplemente subió para después perderse en las escaleras.

Tomo la mano de Cora entre mis manso sin saber qué hacer, agarro el teléfono que está al lado de la mesita de la sala con la intención de llamarle a Deaton o a Melissa para que vengan a verla, pero antes de marcar el número de alguno de ellos Cora aprieta mi mano con muy poca fuerza, para ser ella.

Secretos Revelados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora