Secretos Revelados ©

CAPÍTULO VI

CAPÍTULO VI

—Cora, que fue exactamente lo que viste en ese lugar y quién te hizo todo esto. —Le cuestiona una vez más Scott a mi castaña hermosa.

Cora por otro lado sigue temblando y a pesar de que las heridas se empezaron a curar desde hace media hora ella aún sigue aferrada a mi mano mientras mira a todos de manera expectante.

—Scott déjala tranquila por un momento y cuando ella se sienta segura hablará mientras tanto deja que descanse y sobre todo que se tranquilice para que así ella pueda hablar con calma... Mira cómo está parece un cachorro tembloroso que no confía en nadie más que en su dueño. —Digo mirando a Cora la cual sólo se aferra más a mí — ¿Qué? —Le restó importancia ya que todos me miran con cara de pocos amigos —es la verdad sólo miren cómo esta. —Señalo a la menor Hale quién si estuviera en su forma completa de loba en este momento mostraría sus orejas caídas junto a unos ojos llenos de miedo.

Pero si ellos no la ven así entonces no sé cómo describir su estado actual.

—Stiles tiene razón, no en la forma de cómo se explicó, si no en que Cora no está en condiciones todavía para hablar, aún está muy nerviosa por lo sucedido y pues por el momento en el único que confía por lo que veo es en Stiles. —Dice Deaton mientras observa a Cora con cara preocupada y si me lo preguntan todos diríamos que también lo estamos por la chica que es más una de nosotros, de la manada.

—Derek... ¿¡Dónde está Derek!? Stiles dónde está mi hermano. —Cora empieza a balbucear poniéndose más nerviosa de lo que ya estaba.

—Tranquila Cora, todo está bien —dice Lydia mientras intenta acercarse, pero lo único que causa es que Cora se tense y se esconda detrás mío de la misma manera como si fuera una niña de cinco años asustada por conocer a tanta gente en un sólo día.

—Creo que es mejor dejar que descanse por un momento y después hablamos con ella. —La voz de Malia se hace presente, después la castaña se sienta en medio de Kira y Ethan.

El gemelo —que ahora es único— estaba escapando de una familia de wendigos hasta que llegó aquí para pedir ayuda, pero en su camino se encontró a una muy mal herida Cora y bueno la llevó a mi casa.

Mi padre se acerca sigilosamente tratando de no asustar a Cora hasta sentarse a mi lado izquierdo y decirme con un tono de voz preocupada. —Stiles crees que sea...—No completa la frase ya que la manada está observando hacia nosotros por lo que todo los demás lo dice en gestos que entiendo fácilmente.

— No lo sé papá, pero si es ese el caso sabes que tenemos que hacer. —Le digo con la mirada aún de la manada sobre nosotros.

Mi padre toma mi mano y con un suspiro continúa diciendo —si con eso podemos ayudar y que ellos estén mejor entonces lo mejor es hablar.