12. Segundo recuerdo.

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Gorgeous — Taylor Swift.

Capítulo 12. Segundo recuerdo.

Amy, ¡acabo de verlo! grité al entrar al salón.

—¿A quién?

Al chico, ¿a quién más? Escuché su voz, es como una melodía para mis oídos, y su risa... Podría escucharlo reír todo el día formé un pequeño corazón en el aire—. Creo que me gusta.

Ayer dijiste que ya lo estabas superando —Se burló.

Sí, pero ayer no lo había escuchado hablar.

Pienso que tiene un problema, ríe mucho.

—¿Y? Es feliz, yo soy feliz solté una risita—. Ay, está bien guapo.

Lo imaginaba como el novio perfecto. ¿Tendría novia? ¿Estaría saliendo con alguna chica? Porque podría imaginarme saliendo con él en un futuro.

Bien Kassie, bájale a tu imaginación, eso no podría suceder en la realidad. Tristemente. No cuando me da vergüenza hablarle y sé que él no me hablaría primero.

Al término de la clase, salí del aula acompañada por una de mis compañeras. Ella me contaba con detalle lo mal que había pasado ese fin  de semana (y el anterior). Caminábamos rumbo a la máquina expendedora para comprar unas galletas cuando por uno de los corredores que conectaba con este, pasaba el chico.

No estaba solo, un hombre de su misma edad supongo que era algún amigoestaba a su lado. Ambos platicaban en voz baja.

Una puerta se abrió y la luz del sol que entraba por una de las ventanas llegó directo a sus rizos, haciendo que estos destellaran suave y fugazmente. A ese punto no pude deducir si su cabello realmente era castaño o rubio oscuro.

Podría afirmar que se dio cuenta que lo estaba observando porque dirigió su vista a mí.

Era la primera vez que me veía. Ahora sabía de mi existencia. Coros angelicales, háganse presentes.  Aunque, por otro lado, me vio observándolo, eso podía ocasionar una mala imagen de mi persona. ¿Y si se da cuenta que me gusta? No, eso sería fatal, podría burlarse de mí con sus amigos.

Despejé esa idea de mi mente, él no me gustaba. Existe una delgada línea entre que me atraiga y que me guste. Y él solo me atrae ya que únicamente lo conozco a simple vista.

Su mirada permaneció en mí, mientras su amigo seguía mirando al frente, comentándole algo. Por mí parte, permanecí mirándolo —¿qué más podía hacer si ya se había dado cuenta de que lo estaba viendo?hasta el punto en el que nos veíamos fijamente a los ojos.

No sé cuanto tiempo estuvimos así, quizá tres segundos, tal vez diez, pero lo que sí sé es que probablemente no debí de apartar mi mirada.

Sin embargo, tenía que hacerlo, sentía que mis movimientos se volvían torpes y no quería terminar cayendo al suelo por pisar mal o por toparme con alguien a quien no había visto.

Me pregunto si él hubiera apartado la vista antes de que los pasillos se conectaran y quedáramos, durante unos segundos, mucho más cerca del otro.

Supongo que nunca lo sabré.

N|A.
Solo para aclarar, este capítulo cuenta un viejo recuerdo de Kassie.

Nos vemos la próxima semana

Quiero Que Me SientasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora