Capítulo 2: Mi nuevo hogar

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-Está bien... beberé sangre humana- dije con lágrimas en los ojos mirando al suelo sintiéndome completamente vulnerable.

-Me parece que has tomado una buena desición, créeme nos vamos a divertir, vamos a poder hacer todo lo que queramos, juntos somos más fuertes- y siguió parloteando, yo en lo único que pensaba era en lo inútil que me sentía por estar allí- Ah se me olvidaba, toma- me dijo extendiéndome una bolsa de sangre cerca de mi cuerpo para yo poder agarrarla, ya que estaba encadenada.

Abrí la bolsa con la poca fuerza que tenía y a duras penas comencé a beberla, al principio fue asqueroso pero mientras que iba tomando, más me gustaba hasta llegar al punto en que inexplicablemente deseaba la sangre y me empezaban a crecer colmillos y sentía mis venas arder por debajo de los ojos hasta que me terminé la bolsa entera.

-Felicidades, ya eres un vampiro- dijo Ian nuevamente sentado en el sofá mientras yo limpiaba los restos de sangre de mi boca.

En ese momento me sentí fuerte, enérgica, poderosa, pero a la vez sentía el impulso de alejarme de La Luz, menos mal que las ventanas estaban cerradas.

-Hablemos de tu futuro pequeña _____-mencionó parándose del sofá y caminando por la sala mientras que hablaba. -Como ya sabes me vas a tener que obedecer en todo, de lo contrario ya sabes las consecuencias. Tu primera orden va a ser matar a unos de tus compañeros de clase, para probar tu confian...- lo interrumpí.

-No- dije con toda la rabia que tenía acumulada.

-¿Cómo dijiste?- preguntó Ian acercándose a la ventana.

-Dije que no-respondí firme y dominante.

Al escuchar esta respuesta Ian abrió la ventana que estaba en frente mío, sin piedad y se empezó a quemar mi piel a causa de los rayos solares que entraban por las ya abiertas ventanas.

-¡Aahh!- grité de dolor, no podía más, con todas mis fuerzas traté de zafarme de las cadenas y después de unos segundos lo conseguí, las cadenas se desprendieron de las paredes y pude escapar, salí a una velocidad inhumana por las escaleras del edificio y al llegar al lobby ya mi piel estaba tomando su color normal. Todavía tenía las cadenas en las muñecas así que me las arranqué con una fuerza increíble y las lancé a un bote de basura.

No podía salir del edificio porque me iba a volver a quemar con el sol pero tampoco iba a quedarme ahí para que Ian me atrapara, así que tomé la desición de agarrar un paraguas que se situaba en la entrada del lobby y salir disparada a mi casa para decirle a mi familia que huyan y así estuviesen a salvo. Luego de unos instantes, llegué a mi casa, entré rápido pero lo que vi no fue nada placentero.

Encontré a mis hermanas y a mis papás muertos, sus cabezas estaban despegadas de sus cuerpos, fue una imagen que nunca se me iba a olvidar, al lado de sus cuerpos había una nota, tirada en el suelo que decía:

Tu familia no tenía que sufrir las consecuencias de tu desobediencia pero, como dicen, se paga justo por pecador, ¿No es así? atentamente: Ian Quinn

Ya no podía más, reventé en llanto, todo esto es mi culpa, si no lo hubiera desobedecido nada de esto hubiera pasado, me sentía triste, derrumbada, mi mundo se desplomó, estaba sola y mi familia estaba muerta.

Tenía sed de venganza, estaba muy enojada, ya me estaban creciendo los colmillos y me ardía bajo los ojos, seguro que parecía un monstruo pero no pude contenerme así que salí de mi casa a velocidad vampírica, y más rápido que la luz corrí con todo al apartamento dónde anteriormente Ian me había convertido en una vampira.

-!¿Dónde estás cobarde?!- Grité con todas mis fuerzas y ahí apareció tan arrogante, pero no estaba solo, venía acompañado de Henry, su vampiro de 2 metros, quien estaba todo lleno de sangre, al ver esa sangre supe inmediatamente que fue él quien mató a mi familia, así que me abalancé sobre él y antes de que pudiese hacer algo, lo tomé por sorpresa, le clavé las uñas en su pecho y le arranqué el corazón. Lo solté asqueada y asustada de mi misma, miré mis manos y vi las manos de un monstruo, empecé a llorar, nunca me había imaginado que pudiera matar a alguien.

The 0-8-4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora