Después de la tormenta... Sale el sol

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Erik se quedó inmóvil mientras veía a Monse caminar hacia el embarque del avión. Y el mundo se le cayó al piso. ¿Qué le había dicho su hija? ¿De verdad es un mal padre para que su hija lo tratase de aquella forma? Por supuesto que la quería. La amaba tanto que hasta lo asustaba. Siempre había planeado una vida perfecta para ella. Había conseguido inscribirla en la mejor escuela de la ciudad, y lo único que quería era que fuese una chica inteligente y que tuviera un buen futuro... ¿Solo quería eso para su hija?  ¿que tuviera buenas notas para un buen futuro sin importar su felicidad? Claro que no... Pero todo había salido mal. Entonces reaccionó. Oh, que ciego había sido. Yoongi y Sora tuvieron razón todo el tiempo, él era muy duro con ella y merecía algo mejor que una buena escuela y un buen futuro. Corrió hacia Monserrat y la alcanzó antes de que subiera al avión. La cogió del brazo mientras la volteaba y la alejaba de la multitud.

Erik: No vuelvas a decirme eso -La voz se le quebró- Te amo, Monserrat. Eres mi hija y no permitiré que vuelvas a hablarme de esa forma, ¿Me entiendes? Ahora muévete, nos volvemos a casa.

Los ojos de Monse se abrieron completamente y brillaron de una manera especial que a Erik le conmovió. La actitud de Erik es muy contradictoria a sus sentimientos, lo cuál en parte a Monserrat confundía constantemente.

Monse: ¿De verdad?

Erik:  Si, y mas te vale quererme de la manera en que yo te quiero, o lo Lamentarás.

Erik abrió los brazos y la abrazó. Monserrat le correspondió el abrazo enrollando sus brazos alrededor de su espalda. Era una sensación tan hermosa que ya había olvidado lo que significaba un abrazo de parte de su padre, y se sentía fantástico. Mientras se seguían abrazando, Monse sintió que al fin su padre la quería.

...

Yoongi bebió de su Red Bull una vez más. Otra lágrima cayó de sus ojos. Basta, llorar es para nenazas. Pero es que Monserrat lo había hecho débil, y joder, cuanto la extrañaba. Había llorado tanto que pensaba que se iba a deshidratar. La ausencia de Monse en la casa era algo que no se podí ignorar, y la necesitaba. Demaciado. En eso una deliciosa melodía de una mujer llenó sus oídos llamándolo. Y supo al instante de quien se trataba. Se giró. Y la vio ahí, parada a mitad de la sala. Tenía una mochila en el hombro, Y Erik estaba detrás de ella quien le sonrió débilmente.

Monserrat se acercó hacia él con una rapidez que no vio y se lanzó a sus brazos. Yoongi la estriñó fuerte contra él, cerró los ojos y nuevas lágrimas cayeron, pero esta vez por felicidad. Monserrat lo hacía feliz.

Monse: ¿Estás llorando? -Preguntó , limpiando suavemente las lágrimas de él con sus manos-

Suga: Por ti. Todo es por ti, Monserrat.

Y la besó. No le importó que Erik estuviera ahí, lo único que quería era poder besarla. Besarla y decirle cuanto la amaba.

Suga: Te amo, te amo -Repitió sobre sus labios- Tú me haces feliz, Monse. Por favor, no te vuelvas ir de esa forma.

Monse: No lo volveré a hacer. Te lo prometo -Rozó su nariz contra la de él- Te amo. Mucho.

Erik apreció detrás de ellos. Tenía a Sora rodeada de la cintura mientras trataba de decir algo, pero al parecer se le hacía difícil de explicar.

Sora: Vamos, mi amor -Dijo, besándolo en la mejilla- Diles.

Erik: Bueno -Los miró a ambos- les debo una disculpa a los dos. Yo...eh, me comporté como un idiota ayer. Y después de todo, tienen todo el derecho de estar juntos. Así que, ámense.

Monse: ¿Hablas en serio? -Dijo, con los ojos brillosos. Ya no faltaba mucho para que se echara a llorar de felicidad, aunque la forma en que su padre le dió el permiso para estar junto con el amor fe su vida le daba mucha gracia-

Erik: Claro que si, cariño -Le sonrió- Te quiero, y si con Yoongi eres feliz, entonces no me interpondré en su camino.

Suga: Gracias, Erik -Dijo con una estúpida sonrisa en el rostro. Y es que no había parado de sonreír como imbécil desde que Monserrat volvió-

Erik: No tienes que agradecerme nada.

Monse miró a Yoongi de una forma que lo estremeció.

Monse: Ahora que todo está bien, ven aquí y dime cuanto me amas.

Yoongi sonrió y su cara se puso seria mientras el amor que sentía por ella lo consumía por dentro.

Suga: Te amo, Monserrat. Y eso nadie lo cambiará jamás.

Un Tío Sucio 🔸T E R M I N A D A🔹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora