Capítulo 10: Annalyne

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No me gusta esta ciudad, me parece muy...grande y ruidosa. Prefiero los lugares tranquilos, como aquel pequeño poblado donde vivíamos con mis padres y mis hermanos. Todos juntos. Cuando éramos una familia. Bueno, tampoco era un lugar con mil habitantes, había más, pero era menos ruidoso.

Lo bueno de esta ciudad es la variedad de alimento, humanos, quiero decir. Mucho por beber, diferentes sabores.

Sentada en la banca de un parque, me sorprende que mis hermanos no estén aturdiéndome con llamadas preguntando dónde rayos estoy. El sol salió hace rato y yo no me preocupé por llegar a casa en toda la noche. La verdad es que me fui de fiesta luego de que Lexander se fuera de casa. Si pedía permiso era seguro que no me lo darían, ni él ni Joshua. Igual, bien dicen, es mejor pedir perdón que pedir permiso. No necesito identificaciones de nada, aunque las tengo, cada ciertos años sacamos documentos nuevos para poder viajar, comprar y todas esas cosas. Es más fácil de hacer cuando ofreces una buena cantidad de dinero. El dinero soluciona muchas cosas en estos tiempos, bueno, en todos los tiempos que me ha tocado vivir. Como sea, decía que no necesité identificación para entrar a una discoteca de buena categoría, una cara bonita es suficiente.

Cuando era pequeña, papá siempre decía que yo era idéntica a mamá, incluso en carácter, pero yo no lo creo, mamá es todo amor y dulzura, yo soy todo lo contrario, «un verdadero dolor de cabeza» en palabras de Joshua. Pero, ¿qué quieren que haga? Me quedé atrapada en esta edad, mis dulces 16 años. Seré una chica malhumorada por siempre, incluso ante la falta de hormonas, culpo a mi edad por mi eterna amargura. No, no sólo a mi edad. Ahora que lo pienso, también culpo a papá. Y al abuelo Ezven. Si el abuelo no hubiese convertido a papá, él jamás nos habría convertido a nosotros. Eso es seguro.

A mí nadie nunca me preguntó si quería ser inmortal, y de haberlo hecho, habría dicho que no. ¿Quién quiere vivir eternamente y ver cómo de a uno en uno todos van muriendo? Además, con el tiempo, todo se vuelve aburrido. Si hay algo nuevo, al principio lo disfrutas, pero al paso del tiempo se vuelve obsoleto y terminas aburrido. Vaya que lo sé. Pero, ¿ya qué más da? Soy así. Y así seré siempre a menos que un milagro ocurra y mis padres vuelvan de dónde sea que están.

No soy la única que está inconforme con su naturaleza inmortal, Lexander y Joshua pasan por la misma situación. Todo lo contrario que nuestros padres, porque ellos están felices de tener a su familia por siempre, además de tenerse a ellos, o sea, como pareja. Cursi. Digno de romance Shakesperiano. Pues sí, ellos se tendrán para siempre, hasta que sus días terminen, si es que eso llega a suceder, pero ¿y yo? ¿No pensaron en ningún de sus hijos? Solos hasta el final. Sin un amor con el cual compartir cada día, año y la eternidad.

Si bien es cierto que he estado con algún chico más de una ocasión, también es verdad que, por más que me guste uno de ellos, nunca podrán estar conmigo para siempre.

Ya me pasó una vez.

Conocí a un chico, Nathaniel Walker, británico, tan guapo como ninguno. Nos vimos un tiempo antes de que él me pidiera que fuera su novia. Nathaniel vivía bien, su familia era de clase social alta y parecían muy felices. Me adoraban, decían todo el tiempo que era la señorita más dulce y simpática que habían conocido jamás. Adulaban a Nathaniel asegurando que era el chico más afortunado del planeta por tener a alguien como yo. Pero estaban equivocados.

Ciega de amor, una noche decidí que quería a Nathaniel conmigo para siempre. Lo convertiría en vampiro para asegurar una eternidad juntos.

Mi gran error fue no consultarlo con él antes.

Así, una noche mientras caminábamos por un parque, mordí a Nathaniel en el cuello. Me quedé con él todo el tiempo mientras pasaba la transición. Nunca voy a olvidar el desconcierto en sus ojos verdes cuando despertó. En seguida, como pasa en todos los casos, la sed se apoderó de él y se vio en la feroz necesidad de matar para beber. Fue su primer asesinato, y yo sé muy bien lo que se siente cuando pasa. Te sientes la peor persona del mundo, aunque al mismo tiempo te invade la adrenalina. Una mezcla mortal.

Sacrificio [Novela por capítulos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora