XVI

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P.O.V. Yuri

La felicidad estaba invadiendo todo mi ser, las miradas de todos en la pista estaban sobre mi. Yakov me gritaba cosas para que me concentrara, mientras que Lilia hablaba como loca frente a mi.

Pero la verdad era que no me importaba en lo absoluto.

Tenía a ______ de vuelta, ¿qué puede ser más alentador e importante que eso?

Si las personas escucharan mis pensamientos me verían de lo más ridículo, y es que tampoco me importaba tanto en estos momentos.

Estoy tan feliz que podría besarle los patines al cerdo.

¿Entienden de lo que hablo?

—¡Yura, cuidado!— escuché la irritante voz de Yakov gritarme por milésima vez.

Después de unos segundos sentí que algo me golpeaba, deteniendome brúscamente, haciendome caer al suelo de espaldas.

《Eres un gran idiota, Yuratchka》

No pude evitar reirme.

Realmente estoy cegado, muy cegado. Tanto que si el idiota de Otabek me observara creería que estoy ebrio.

—Vete a casa ya, estás muy mal— dijo de nuevo el viejo mientras llamaba a alguien por telefono.

Me puse de pié y salí de la pista.

Gracias, ahora puedo ir a molestar al calvo y a ver a ______.

[...]

—¡Viktor~!— grité mientras tocaba la puerta del departamento.

Unos pasos lentos comenzaron a escucharse y un suspiro pesado se escuchó antes de que pudiera ver al cerdo detrás de la puerta.

—Viktor no está— se cruzó de brazos frente a mi, mientras me fulminaba con la mirada.

Podía sentir su aura de enojo a kilometros.

—Ah, ______ está durmiendo, ven en otra ocas— fué interrumpido por un grito sonoro.

—Ne Yuri, ¿qué demonios haces?— llamó su atención.

Se acercó dando pequeños saltitos hasta nosotros, el rostro del cerdo se desfiguraba cada vez más.

Lo que sea que haya pasado, realmente le había afectado.

Pero no dejaría que me afectara también.

—¡Yuri!— ella saltó a mis brazos ignorando completamente a su hermano.

Correspondí a su abrazo y lo miré a el sin soltarla. Saqué mi lengua en forma de burla y el chasqueó la suya con indiferencia.

Se separó de mi y me llevó a rastras hacia el interior del departamento.

A pesar de que estuvieramos en la sala y el ahora en la cocina, sentía la mirada fulminante de Yuuri sobre nosotros en cada acción que hacíamos.

De la nada recordé que mi tiempo se estaba agotando.

______ volvería a Japón en 7 días. Y yo no podía ir con ella ahora.

—Estás muy pensativo, ¿en quién piensas?— preguntó fingiendo estar molesta.

Una sonrisa burlona se escapó de mis labios.

—Más bien en qué— corregí —Te vas en unos días, ¿no es así?— pregunté y ella asintió con la cabeza —Bien entonces haremos lo que tu quieras.

Ella me miró por unos segundos, parecía no saber que decir mientras analizaba nuestra situación.

La había echado de menos, cada gesto, cada palabra que ella emitía.

Aunque me haya portado tan idiota.

Antonella no era un reemplazo para ella. Nadie lo sería.

Draw ➵ Yuri Plisetsky y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora