Capitulo 8

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Impotencia.

Sí que era algo horrible, sentirse impotente ante alguna situación desesperante o difícil. La impotencia se encarga de poner mucho más complicadas las cosas en algunas ocasiones.

Pocas veces me había sentido impotente.

Y desde que soy este fenómeno he experimentado cosas que no había sentido antes, es muy desesperante. Como si hubiera vuelto a nacer y esta vida estuviera llena de situación es difíciles que me llenarán de nuevas emociones, entre ellas la impotencia, la ansiedad, el miedo.

Mi mente era una zona de caos y guerra, mis pensamientos, un desastre, y me costaba concentrarme, porque mi vida se había convertido en una gran mancha, expandiéndose poco a poco, siendo un estorbo, que en algún momento alguien iba a querer limpiar.

Sí que había sido un lío estos días, mi cabeza buscaba la forma de descargar todas esas emociones en las que era inexperta, tal vez golpes, o gritos, o simplemente llanto, pero nada de eso salía de mí, seguía igual.

Connor estaba colmando mi paciencia, agotando mi poca tolerancia, y metiéndose en mi vida de manera fugitiva, y era algo desesperante, lo odiaba por eso, era el típico chico entrometido que cree que lo sabe todo y se siente superior a los demás, que cliché.

Todo lo que me decía era nuevo para mí, no entendí nada, y es que la verdad no sabía muchas cosas que me estaban pasando justo ahora.

En el fondo sé que parecía una niña caprichosa, pero necesitaba saber, no iba a cometer el mismo error dos veces, no iba a permitir que alguien me volviera a lastimar de esa forma, y claro que me vengaría.

Mi muñeca dolía demasiado, y buscaba la forma de no moverla mucho. Iba en mi auto, manejando lo más rápido posible, me esperaba una larga conversación con mi mamá.

Estacione rápidamente el auto frente a la casa y corrí hacia adentro.

-¡Mamá, necesito tu ayuda!- grite desde la planta baja esperando que saliera de algún lugar.

-¿Alex?, ¿Qué haces aquí tan temprano?- dijo saliendo de su habitación y bajando las escaleras.

-Mi mano- dije levantando la mano que tenía lastimada con la que estaba perfecta.

Corrió hacia mí y tomo mi mano entre las suyas, a lo que yo hice una mueca y la aparte rápido.

-¿Qué pasó?- entro a la cocina y la seguí, ella buscaba algo en los gabinetes que estaban arriba.

-Un idiota me golpeo, creo que sabe algo...- bajo unas velas y las puso frente a mí y yo me sentaba en la isla, la encendió una por una con un encendedor-él decía cosas raras- dejo lo que estaba haciendo para ponerme atención.

-Muchas personas saben muchas cosas Alex- la mire confundida.

-¿Y era necesario lastimarme la muñeca?, ¿acaso sabes quién fue?- dije fastidiada.

-No, pero sabe lo que eres, hay que ser cuidadosas con ellos- ¿ellos?

-¿ellos?

-Vamos a la sala, es hora de que sepas todo- me baje de la isla y mi madre se llevó las velas con ella.

Me senté en el suelo, frente a la pequeña mesa de centro, poniendo mi mano sobre la mesa, y madre se sentó frente a mí y puso las velas alrededor de mi mano, ya encendidas.

-Relaja la mano- dijo tranquila.

-¿Que harás?- dije preocupada.

-Te voy a curar- me dijo como si fuera muy obvio.

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