Mi vida era genial.
Claro que lo era, en menos de una semana había sido convertida en vampiro, me había alimentado, había hecho un enemigo, y claro la mejor parte, estaba rodeada de una manada de lobos, que probablemente querían asesinarme.
Y la palabra ¨probablemente¨ era algo supositorio, querían matarme, era obvio, pero me gustaba ser optimista, a quien engaño, soy realista aunque no quiera.
-Alexa Rebecca Smoke-se escuchó una voz oculta entre todas aquellas criaturas, imponente, gruesa, casi de película.
¿Debería decir algo?, pues si debería no lo hice, solo me quede callada en mi lugar, intentando encontrar al dueño de la voz.
Connor me dio un golpe con el codo en mis costillas, que no fue nada suave, y le di mi mejor mirada de odio.
Un aullido se hizo presente, haciéndome sobresaltar, los lobos que me rodean, se inclinan y empiezan a chillar, supongo que les duele, y en un abrir y cerrar de ojos, todos estaban en su forma humana, aun inclinados, con un brazo sobre su rodilla y su cabeza inclinada, mostrando respeto, el crujir de las hojas de hizo presente, y justo en el medio, una figura alta, que salía de entre las sobras, se aproximaba hacia nosotros.
No supe en que momento Connor a mi lado, tomo la misma posición que los demás hombres, porque todos eran hombres.
El rostro del desconocido se comenzó a iluminar gracias a las escasas luces del lugar, pero yo seguía sin reconocerlo, era alguien mayor, no demasiado para ser un anciano, pero lo suficiente para tener la edad de mi madre. Tenía algo de barba y arrugas en los extremos de sus ojos, y en las comisuras de su boca.
Llego frente a mí, con la frente en alto, y su semblante serio, todo era silencio, y yo esperaba que pasara lo peor, pero no fue así.
-Pero mira que grande estas- dijo alegre al mismo tiempo que en su boca se formaba una sonrisa, e inesperadamente me dio un abrazo, incomodo.
Yo no decía nada, no me movía, y evidentemente no correspondí ese abrazo.
-Alfa, si me permite, creo que la señorita Smoke está algo confundida- vaya cambio de actitud de Connor.
El supuesto alfa se separó de golpe, y me observo curioso, intentando descifrar lo que pensaba.
-¿Ya termino su escaneo?-hable grosera.
-¡Smoke!-exclamo Connor en forma de regaño.
Por otro lado el hombre parado frente a mi soltó una gran risotada.
-No hay forma de decir que no eres hija de tu madre- el aun reía, y yo alce una ceja.
-¿Mi madre?, ¿De qué conoce a mi madre?- interrogue.
-Te daré una pista: ¨Sigue las estrellas mi pequeña Lex¨-mi boca se abrió completamente y se iluminaron mis ojos, era él.
-Tío Gabriel- susurre aun sin poder creerlo.
-¿Tío Gabriel?- dijo confundido Connor.
-Una pista demasiada fácil, ¿No lo crees?- dijo pensante, poniendo una mano en su barbilla, y mirando hacia el cielo.
-Pero tu... tú te fuiste, mamá dijo que estabas molesto, por lo que paso aquella vez- el negó con la cabeza.
-¿Tu mamá dijo eso?- pregunto incrédulo-Solo olvidemos eso, ya no importa- dijo desviando el tema de manera brusca, pero me di cuenta que intentaba ocultar algo.
-¿Eres un alfa?, ¿eres uno de ellos?- retrocedí un paso, esto era demasiado.
El tío Gabriel, que en realidad no es de mi familia de sangre, es, o era, el mejor amigo de mi madre. Desde que tengo memoria se encargó de ocupar el lugar de mi padre, es de las personas a las que más quiero, daría mi vida por él. Nos visitaba varias veces a la semana, sin falta, hasta que una semana, sin esperarlo, se fue, sin decir nada, y no volví a saber de él, en años. Mamá me decía todos los días que él se fue por mi accidente, cada vez que preguntaba por él, la respuesta era la misma, según ella no podía cuidar de mí ya que requería de cuidados más especiales después de ese accidente, yo no le creía. Cuando él se fue encontré una nota en uno de mis libros preferidos, él sabía que los días que no iba a verme leía ese libro, era una rutina, ¨La bebida detrás de la muerte¨ era el nombre del libro, jamás olvidare lo que decía la nota ¨Sigue las estrellas mi pequeña Lex¨, era una señal de él, de esa forma me decía que estaba bien, y que todo iba a estar bien, que me escuchaba, y que cuando lo necesitara iba a estar conmigo. Días antes de que él se fuera lo había escuchado teniendo discusiones con mi madre, ellos pensaban que era tonta, y que no entendía lo que pasaba, pero sabía que ellos peleaban, nunca supe el porqué, pero con Gabriel aquí, podría averiguar la verdad detrás de su escape, pero era un alfa, era quien lideraba a las criaturas que querían matarme.
-Ya hablaremos de esto después Lex, estaba en algo importante y no es el momento ni el lugar-solo asentí y desvié la mirada- Bueno chicos perdón por interrumpir lo que sea que estuvieran haciendo- dijo burlón, yo sabía que estaba bromeando, pero el chico a mi lado se tensó.
-No, alfa, está malinterpretando- yo tenía una sonrisa burlona en mi rostro y Connor me asesinaba con la mirada.
-No malinterpreto nada Connor, pero hablaremos de eso después, mis betas olfatearon un dragur cerca de aquí, ¿algo que me ocultes?- yo me puse pálida, y podía jurar que Connor estaba temblando-pero el olor sigue aquí, y solo están ustedes dos, y considerando que Connor está lejos de ser eso...- hizo una pausa y me miro intensamente, desde mi lugar pude ver como sus fosas nasales se abrían más, intentando buscar el aroma de un vampiro, estaba en graves problemas, de nuevo.
-Sí, bueno, los dejaremos seguir con su búsqueda y yo llevare a Alexa a su casa- dijo Connor mientras me tomaba del codo para arrastrarme fuera del bosque.
-No tan rápido Connor- lo vi apretar los labios maldiciendo en voz baja- Alexa ven aquí- me gire despacio, ya que le estaba dando la espalda, y le mostré mi sonrisa más inocente, me había llamado por mi nombre, esto no pintaba bien.
Corre
Escuche en mi mente la voz de Connor, ¡Qué diablos!
Lo mire confundida, con los ojos bien abiertos y el hizo lo mismo.
Nadie se había dado cuenta de las miradas cómplices que compartíamos.
Mire hacia todos lados, buscando un punto específico al cual correr sin ser atrapada fácilmente.
-Alexa, he dicho que vengas aquí- dijo cada vez más serio Gabriel.
La tensión era palpable, me acerque a paso lento, era ahora o nunca, cuando estaba solo a un paso de Gabriel, lo empuje con todas mis fuerzas y el callo sentado al suelo, y corrí, corrí como nunca, a lo lejos escuche un ¨Vayan por ella¨, y segundos después tenia a 20 betas tras de mí, pero no me detuve, mi error fue correr más dentro del bosque, en lugar de buscar la salida, estúpida.
En un ágil movimiento gire mi cabeza para ver si alguien me seguí y choque con alguien que me hizo dar varios pasos hacia atrás, Connor.
No dijo nada, pero puso un dedo sobre sus labios en señal de que no hablara, asentí si apartar la mirada, me tomo de la muñeca y me arrastro a un charco de lodo, en su mano tomo un poco, y los esparció por mis brazos, me aparte de golpe.
-¿Qué haces?- grite en un susurro.
-Intento bloquear tu olor aunque sea un poco, necesitamos tiempo, así que no te muevas idiota- lo mire mal y deje que siguiera esparciendo lodo sobre mí-Listo- dijo después de un rato, era un asco-Escúchame bien, tienes que rodear el lugar y saltar una de las cercas para salir a la calle principal- asentí- escóndete en cualquier lugar y después ves a tu casa, no se aparecerán por ahí-.
-¿Cómo lo sabes?, ¿cómo no sé qué es una trampa que tu hiciste?- lo rete.
-Si hubiera querido entregarte lo hubiera hecho ahí, con todos los betas- lo mire mal.
-Bien, solo quiero irme-me di la vuelta y corrí siguiendo sus indicaciones.
Cuando salí del bosque no lo pensé dos veces y fui hacia mi casa, pero todo el recorrido me sentí observada, como si me siguieran. No me detuve, pero poco después alguien toco suavemente mi hombro.
-Alexa, ¿Eres tú?- Jackson, diablos, ¿porque ahora?
¿Debería volver a correr?
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Vibrantes
General FictionMe llamo Alexa Smoke. La chica que desafió su naturaleza. La bomba de tiempo humana. La persona que vivió engañada toda su vida. La chica sobre valorada que exploto su fuego interior y construyo su propio camino. Pensando que era una falla de la na...