(La Verdad)

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-Es algo largo y difícil de explicar –murmure quedamente sentándome en el sillón aferrándome desesperadamente al lobito en mis manos. De repente me costaba mucho trabajo respirar, Scott se situó junto a mí inmediatamente; dándome su apoyo incondicional. –Vamos a ponernos cómodos –pidió Cora actuando como la perfecta anfitriona, pese a que estaba muy tensa –Pasemos a la sala. –declaro a nadie en particular.

Al cabo de unos minutos todos estábamos repartidos entre los sofás y sillones individuales en medio de todo me encontraba yo. Sentado entre Cora y Scott; que al parecer se habían autoproclamado mis perros guardianes. Sinceramente me sentía muy aliviado de tenerlos a mi lado. Lydia y Malia estaban sentadas en el sofá a mi derecha, y los demás estaban repartidos en los sillones individuales alrededor. Antes que nadie empezara a hablar se oyeron unos golpecitos inseguros en la puerta. Todos los lobos y Malia se pusieron en tensión. No esperaban a nadie más.

Scott se apresuró a ir a recibir al nuevo invitado, al que todos veíamos con asombro e incredulidad. -¡Hola! –murmuro Ethan entrando por la puerta, parecía sumamente nervioso. –Lamento llegar de improviso. Es que Scott me pidió que viniera; dijo que necesitaba mi ayuda. –anuncio con facilidad metiendo las manos en sus bolsillos. Cora lo veía con una mirada intensa pero no lo desafiaba a que se fuera, lo cual era algo que me parecía increíble. Todos nos habíamos quedado estáticos en nuestro lugar.

-Claro Ethan eres bienvenido –dijo Lydia recobrándose de la sorpresa inicial. Parándose de su lugar para ir a abrazar al recién llegado, cosa que casi todos imitaron; a excepción de los adultos Cora y yo que mirábamos fijamente a Scott en espera de una explicación. El parecía mínimamente avergonzado, si el color en sus mejillas era algo que decir. Él era el Alfa pero está era la guarida de Derek.

-¿Qué? –pregunto Scott, agachando la mirada mientras se hundía levemente en el sillón. –Necesitaremos toda la ayuda posible. –dijo defendiéndose, con sus ojos de cachorrito apaleado ante lo cual nadie podía resistirse. Por lo que todos suspiramos dramáticamente y dimos la bienvenida a Ethan, y volvimos a nuestro lugar. Era extraño pero nadie parecía saber que decir, como si todos estuviéramos esperando ordenes, ordenes que sabíamos nunca llegarían; porque Derek no se encontraba aquí...

-Antes que nada, pido ser el primero en hablar. –dijo Chris Argent tomando el control de la situación; poniéndose en pie rápidamente. Jackson e Isaac fruncieron el ceño ante su acción, pero no lo interrumpieron. –Todos necesitan saber, la nueva información que tengo sobre Derek; para que puedan entender que es lo que está pasando. –declaro abiertamente. Nada más escuchar su nombre, mi corazón dio un vuelco dentro de mí cuerpo; no podía ser que lo necesitara tanto, que lo extrañara tanto pero así era.

Te besaría suavemente, apenas rozando levemente tus carnosos labios; y te diría cualquier cosa en voz baja y me quedaría dormido a tu lado...

pero no estás aquí.

Un carraspeo, me hizo salir de mis pensamientos. Mi ritmo cardiaco se había acelerado, así me lo demostraban las caras de desconcierto de todos los lobos presentes y la cara realmente molesta de Malia me decía que todos sabían en que estaba pensando. Scott me abrazo y pude tranquilizarme lo suficiente para ofrecer una sonrisa débil a todos. Por el rabillo del ojo pude notar la mirada curiosa de Cora fijamente en mí.

-Derek Hale se hizo de muchos enemigos en México. –continuo el cazador, paseándose de un lado para otro. –Sobre todo porque al terminar con la Loba del desierto, se proclamó como el Lobo Oscuro protector de los débiles. –dijo Chris seriamente. Todos se quedaron con la boca abierta del puro asombro, pero para mí que creo conocer un poco mejor al lobo amargado y su enfermo deseo de proteger siempre a los demás; no podía ser de otra manera.

Tu eres mi obsesión *Sterek*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora