Tu eres mi obsesión *Sterek*

(Mi mayor temor)

-Estoy esperando un hijo de Derek Hale...

Absolutamente nada se escuchaba en la habitación, todos seguían procesando mis palabras; mientras apretaba nerviosamente el pequeño lobito en mis manos, estrujándolo una y otra vez. Seguramente estaban pensando que ahora si se me había ido completamente la cabeza y ciertamente no podía culparlos. Pero pese a todo lo imposible de la situación yo ya sentía este lazo inquebrantable con mi pequeño cachorro, sabía que era real. Nadie se movió por más de un minuto. Los únicos que parecían impasibles eran Cora, Scott, Deaton y por sorpresivo que parezca Chris Argent.

-¡Es una broma! ¿Verdad?–pregunto mi padre estupefacto, sin dar crédito a mis palabras. -Dinos la verdad. –me exigió, con una risita nerviosa. Estaba tratando de encuadrar este hecho como algo irreal. Desafortunadamente a mi padre le costó mucho adaptarse a lo sobrenatural, supongo que esto sobrepasaba sus límites. Aun sin los sentidos de hombre lobo podía sentir la oleada de tristeza y preocupación que emanaba de él.

–No está mintiendo –señalo Cora con un suspiro de cansancio, mientras rodaba los ojos con exasperación ante la evidente incredulidad de todos los demás. -Para empezar su latido de corazón no vario en ningún momento durante toda su declaración. Sí todos ustedes, aprendieran a no dejar de lado a su manada y su familia; sabrían que es lo que sucedió. –señalo con énfasis la loba, dejando escapar un gruñido molesto. –Aprendan a fiarse más de sus sentidos, no solo de sus ojos –se burló con esa sonrisa tan característica de los Hale.

Todos la miraban confusos y un poco incómodos por sus palabras. Ella se limitó a rodar los ojos nuevamente. -Huelan. Escuchen. –les instruyo a los demás lobos, que de inmediato prestaron más atención a sus sentidos amplificados. –La esencia de Stiles, ha cambiado, lo más seguro es que desde que regreso de México. –señalo Cora como si fuera lo más obvio del mundo, supongo que lo era si eres un hombre lobo nacido. -Puedo escuchar el latido de su corazón alterado, pero también otro latido...sutil como las alas de un colibrí, pero hay esta. –continuo radiante, completamente dichosa.

El impacto de la realidad, fue cayendo poco a poco en todos de manera diferente. Lo sabía por el cambio de postura, su mirada o la forma de sus movimientos. Sabía que Cora y Scott, me apoyaban incondicionalmente, ambos mostraban ese semblante sereno pero firme de las personas decididas a darlo todo; ambos me sonreían abiertamente mientras unían sus manos con las mías, sellando así su muda promesa.

Jackson e Isaac no tardaron en pronunciarse parándose detrás de Cora y de mí, cubriendo nuestros francos y a pesar del gesto de desdén en la cara de Wthimore, mi sexto sentido me decía que daría su propia vida, por la del cachorro. Pose mi mano en el antebrazo de ambos, en una silenciosa muestra de agradecimiento por su apoyo; ambos me miraron. Isaac sonrió enormemente, y Jackson solo asintió pero eso era más que suficiente.

Regrese mi vista al frente, mi padre aún no se había movido de su lugar, ni había dicho nada en absoluto. Sin embargo Chris, Deaton y Lydia me miraban sonriendo, parecían orgullosos de mi decisión de conservar a mi pequeño, no se los tuve que decir; no hacía falta. La forma en que había proclamado mi embarazo y el amor que envolvía mis palabras no pasó desapercibido por nadie. Cora fue a la cocina y me trajo un vaso de agua, seguro noto la sequedad de mi garganta y mis nervios.

Después de que Cora volviera a tomar su lugar, mire a Malia. Quien me miró fijamente a los ojos; sin apartar la vista. Ardientes lágrimas anegaban los suyos, comprendí que me ayudaría, que por mucho que la hubiera lastimado, ella aun me quería. Aunque le doliera aceptarlo, el niño era hijo de su primo, siempre serian familia. Trate de no mirar a mi Padre dándole tiempo para que procesara todo. Ethan fue el más sorprendido de todos y seguro él que más me sorprendió a mí, pero sus palabras me mostraron que nuestros actos siempre traen consecuencias; y muchas veces estas pueden ser decisivas.