Tu eres mi obsesión *Sterek*

(Sacrificio)

Me estaba volviendo loco, el silencio era agotador. No saber cuánto tiempo había pasado, si era de día o de noche; no tenía ni la menor idea ya que no había ventanas en este lugar y todo era tan malditamente agobiante. El único sonido constante era el de mi respiración y mi propia voz. He perdido la cuenta de los días que han pasado desde mi captura, no sé cuánto más podré soportar estar en esta ignorancia. Aunque desafortunadamente estoy cien por ciento seguro de que después me arrepentiré de conocer sus planes.

Si hay algo que nunca le podrán negar a Kate Argent es que hace unas entradas espectaculares, la muy maldita. Acaba de acomodarme en una nueva postura para no lastimar a mi lobito a pesar de que la espada me estaba matando, cuando el silencio absoluto fue roto por un estruendo. Todo me esperaba, menos que entrara azotando la puerta empujando una persona en el interior y disparándole cuatro veces en cuestión de segundos, tiene muy buenas habilidades he de reconocer.

Lo que enseguida me podía poner al borde, porque es imposible. Es la persona a la que está disparando, o más correctamente sería decir, el hombre lobo al que le está disparando, no esto no puede ser verdad. No puede haberlo capturado. Con las piernas temblorosas me pongo de pie, ¡Maldición, Derek! Pienso.

No sabía que estaba pasando. Nada más ver a Derek sentí que podía respirar nuevamente y sonreí de alivio por un segundo a pesar de las circunstancias. Mis piernas me temblaron nuevamente, mientras un escalofrió recorría mi columna vertebral y tuve que aferrarme a los barrotes de mi celda para no caerme. Derek jamás permitiría que nos pasara nada malo, jamás nos dejaría en manos de Kate, él jamás permitiría que eso ocurriera. Mi Alfa tenía una mirada desafiante a pesar de estar herido y en el suelo.

Kate Argent termino de traspasar el umbral de la puerta con sus tacones y su postura de superioridad acercándose a Derek lentamente. -¡Hola, guapo! ¿Me has echado de menos? -le pregunta con una sonrisa arrebatadora, inclinándose en una rodilla delante de él; moviendo su pelo rubio sedoso como toda una súper modelo. Derek solo agacha la cabeza en un gesto de frustración, hasta donde estoy puedo oír el rechinar de sus dientes. Su actitud de ella enciende unos celos irracionales en mí, como puede coquetearle así.

Ella se pone de pie y le apunta nuevamente con su escopeta. -He oído hablar mucho de ti. Eres tan popular como siempre, ¿No, Lobo Oscuro? -le pregunta con desprecio en su perfecta voz. Derek alza la cara y la mira con rabia, todavía no puede moverse por los disparos recibidos; noto como sostiene su costado. -Deben ser esos preciosos ojos rojos -dice ella y lo patea justo en la cara, enviando a Derek al suelo sobre su espalda mientras él gruñe levemente. No puedo más que mirar con impotencia y rabia.

Espera a que se vuelva a sentar para continuar. -O por esas mejillas perfectas -acota ella sin perder su estúpida sonrisa, antes de golpearlo nuevamente con la culata de la escopeta, con rabia y mucha fuerza. Derek no se queja pero puedo ver cuánto le ha dolido el golpe, sin embargo él lo soporta sin una sola queja.

Después de un momento él se recupera y sonríe. -Pensaba que era por mi irresistible sonrisa -dice bromeando, casi burlándose en su cara. Ella le ríe la tonta broma y yo estoy que hiervo de enojo, los celos me carcomen. -¿Después de todo lo que has hecho, crees que todavía le queda algo de amor por ti? ¿Además de odio? -murmullo furioso sin poderme contener. Derek voltea a verme pero solo un segundo no me mira a los ojos, solo parece revisar mi estado y como me encuentro.

-Ya tienes lo que querías -gruñe Derek volviendo a mirarla fijamente, y voltea el cuello en mi dirección, pero sin mirarme ni una sola vez; cosa que me parece muy desalentadora por no decir dolorosa. No entiendo que está pasando aquí -Ahora libéralo -exigió con sus ojos brillando rojos, con fuego ardiente y mostrándole sus colmillos.