(Aun te amo, siempre te he amado y siempre te amare)

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Sabía que el único motivo por el que Derek estaba tan enojado conmigo, era porque tenía miedo y estaba preocupado por lo que nos pasaría a mí y al bebé. En parte tenía razón, yo fui el que se empeñó en mantener esa absurda amistad con Theo a pesar de las advertencias de Derek, Cora y Scott; por no mencionar a todos los demás miembros de ambas manadas. Sin embargo mi terquedad me cegó a ver lo que todos podían notar a simple vista.

Pero por muy enojado que estuviera Derek, no tenía ningún derecho de comportarse así conmigo. No podía gritarme y luego quedarse en silencio y él no podía esperar que yo me quedara tan tranquilo como si nada. Eso no funcionaría. Derek se había quedado en silencio y evitaba cualquier movimiento pero no me quitaba la vista de encima. Tal vez estaba buscando una forma de poder sacarnos de aquí.

Una idea repentina hizo que la presa, donde estaba tratando de contener todas mis emociones rompiera en mil pedazos. Hacía horas que no podía sentir a mi cachorro; y no me había percatado hasta este momento. Empecé a sentir el peso aplastante de todas mis emociones, el miedo, la angustia, la preocupación de todos estos días en cautiverio; lentamente empecé a perder la poca calma que me quedaba. Tuve que sentarme lentamente en el suelo de la celda, cuando empecé a ver borroso en los bordes de mis ojos, lo hice de espaldas a él. No quería que me viera así.

Violentos temblores empezaron a sacudir mi cuerpo, haciéndome estremecer hasta los huesos. No supe en que momento empecé a llorar pero las lágrimas se deslizaban por mis mejillas frías, coloque mi cabeza entre mis rodillas. Me deje invadir por el pánico y el miedo que sentía. -¡Stiles! -me llamaba Derek fervientemente, una y otra vez. -Tu corazón late muy rápido, tienes que calmarte. -me dice muy despacio, hablando suavemente pero con firmeza.

-No puedo controlarlo -le explico entre el castañeo de mis dientes, me mojo los labios mientras me concentro en respirar correctamente. -OK, entiendo que estés asustado pero tienes que calmarte... -me susurra con voz grave, ahora sé que está preocupado, ya ha de haber captado el olor de mis emociones. -Intenta respirar profundo, inspira y exhala, te ayudara a calmarte. -dice seriamente, mientras se remueve inquieto.

Escuchar su voz, me ayudo a calmarme más que todo lo demás. Él estaba aquí, a pesar de todo, él estaba aquí conmigo. Recordándome que no estaba solo, que permanecería conmigo y que me protegería; todo lo decía en susurros pero había logrado captarlos en el eco de este pozo de oscuridad en el que me estaba hundiendo. Me hice un ovillo poniendo los brazos encima de mi vientre protectoramente. No podía perder a mi cachorro, mi pequeño lobo -¿Puedes...escucharlo? -le pregunto en un murmullo casi sin voz, pero sé que él logra oírme a pesar de la distancia.

...............

Agudice mi oído, afinando mis sentidos para poder captar todo lo que había a mi alrededor. El ritmo cardiaco de Stiles era más leve ahora pero no tanto como al sonido campante que me tenía acostumbrado; su olor estaba frenético cubierto por el miedo y la angustia. Rápidamente capte el sonido discorde del pequeño corazón de mi lobezno, que pese a estar tenso e incómodo. Su olor era muy leve, parecía mantenerse bien por ahora... pero sin alimento no sabía cuánto más podrían soportar ambos.

-Lo escucho, estaba bien -le aseguro rápidamente a Stiles. Asiente todavía acurrucado sobre sí mismo, tratando de respirar; pero mis palabras le ayudan a salir del episodio de ansiedad. Nos quedamos así por un tiempo indefinido, solamente mirándonos a los ojos, sintiendo lo que el otro sentía en silencio. -Lamento, lo que dije... El único idiota e imbécil aquí, soy yo -dije repentinamente, estaba avergonzado, por mi estupidez hice que sus nervios ya de por sí crispados se saturaran.

-No importa -me aseguro tranquilamente, sonriéndome por primera vez, desde que despertó en medio de todo este desastre caótico, otra vez. -¿Te encuentras mejor? -le pregunte en un susurro no queriendo romper el momento. Sabía que lo estaba su latido volvía a ser armonioso a su ritmo más relajado de siempre; pero tenía que comprobarlo. -Sí...

Tu eres mi obsesión *Sterek*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora