Capítulo 3: Revelación

417 30 2
                                    

Ya iban a empezar las clases, pero Eren caminaba al salón de 3° para disculparse con Ivel. A pesar del golpe que le había dado ella el día anterior, el castaño aún suspiraba de amor por esa chica. O más bien, que pensaba que era una chica.

Pero ya sabes... en algún momento las mentiras son reveladas. Y hoy sería el día.

Narra Eren

Llegué al salón, donde ya tenía un plan hecho. Caminar hacia el asiento de Ivel, disculparme y charlar un poco.

El plan estaba yendo según lo planeado; ya estaba a punto de entrar en el curso menor. Desde afuera se podía oír el bullicio que ocasionaban los de ese aula. Y si que eran muy ruidosos. Ya entrando pude divisar a las hermanas Ackermans sentadas al fondo cerca de la ventana; Ivel escuchando musica y Mikasa con toda la atención en un libro que estaba en sus manos.

Fui llegando sus lugares esquivando los aviones de papel que parecían adornar el aire. Estaba ya a dos pupitres de ellas, cuando Ivel sintío mi presencia y me lanzó una mirada filosa. Donde podía leer claramente «Te acercas y te mato»

Trague en seco.

Ahora dudaba en hablarle o no.
Por suerte Mikasa levanto la vista y parecía que quería hablar conmigo. Opté por acercarme a ella.
Ivel mientras tanto acomodo los brazos para dormir. Sus cabellos se desparramaron lentamente por sus hombros dándole una pose tierna. Me dieron ganas de acariciar su cabello.

Se veía tan frágil así...

Pero frené mi impulso mientras me sentaba al lado de Mikasa. Ya iba a sonar el timbre, así que tenia poco tiempo.

Mikasa habló primero.

—Hola Eren —Me saludó mientras me sentaba cerca de ella— mmm… se lo que sucedió ayer, y estuvo mal ¿Sabes? —asentí y agache la cabeza. Ivel le había contado lo sucedido—. Pero se que no fue tu intención, deberías disculparte con mi hermana.

Al oír su nombración, rápidamente Ivel se levantó y me dirigió una mirada escéptica, absorta en su música salió del salón a pasos grandes.

Di un largo suspiro, me iba a costar disculparme. Estaba enojada.

—Es tu oportunidad Eren... —Me tocó el hombro sacándome de mis pensamientos. Me levanté para seguir a Ivel cuando Mikasa me jaló la camisa— N-no es nada... —Acto seguido me soltó y evitó mi mirada.

Creí que se había confundido así que seguí mi camino. Tras cruzar la puerta del salón busque con la mirada a Ivel, se encontraba a unos metros de mi apoyando su espalda en la pared, y con su celular entre las manos.
Con cada paso que daba hacía ella podía ver los posibles finales de mi disculpa con Ivel. En la primera con un golpe en estómago, en otra, en una ambulancia.

Me posicioné a su costado, sintiéndome más tranquilo así.

—Se que estás enojada conmigo, y que... —La miré, había guardado su celular y se encontraba de brazos cruzados mirando a la gente que pasaba. Sin ninguna expresión —. Estuvo mal, lo sé. Quería saber si me podías disculpar.

El timbre sonó, ya tenía que volver a mi salón. Pero primero necesitaba su respuesta.

—Como sea mocoso —soltó bruscamente. Seguía sin mostrarme ningún gesto en su rostro.

De un momento a otro, el pasillo se inundó de alumnos que iban desesperados a sus aulas. Y así como llegaron desaparecieron en cinco minutos. Antes de que Ivel se fuera a su aula le propuse algo.

—Ivel, ¿Podria invitarte algo en el receso? —Recosté mi cabeza sobre la pared cerrando mis ojos, esperando su rechazo.

—Lo pensaré. —Volteó su cabeza para el lado contrario donde estaba yo.

Un amor confuso『 ErenxLevi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora