Ya iba a ser mediodía y el sol estaba en su máximo resplandor; al parecer el verano se iba acercando a pasos lentos. Las clases en Recognition School estaban por terminar. La tercera campana retumbo tres veces anunciando la salida de clases para algunos y la tan adorada libertad para otros. Los chicos de todos los cursos guardaban sus pertenecías en sus mochilas con una rapidez increíble. Y en el segundo piso un castaño estaba nervioso por su primera declaración de amor. Después de verla en el recreo se le había hecho imposible prestar una mínima atención en clases, rogaba a todos los dioses de que todo saliera bien esa tarde.
Mikasa, junto con su hermana salieron del curso de 3° año tranquilamente. Hasta que vieron al castaño todo sonrojado jugueteando con sus dedos. En cuanto las vio camino hacia ellas, dando unos cuantos tropiezo por los nervios. Eren iba repasando mentalmente lo que le diría a Ivel, pero en cuanto estuvo frente a ella las palabras lo abandonaron.
—E-este... y-o.. Ivel. —Con cada sílaba se ponía más nervioso y no podía llegar a mirar a los ojos a Ivel. Sus mejillas se fueron tiñendo de un rojo intenso.
Mikasa se sentía algo incómoda con la presencia de Eren. Al que sólo conocía de vista. Quizás no era incomodidad, sino atracción...
Pero eso lo sabría con el tiempo.
—Eren… ¿Te parece si hablas con mi hermana en otro lugar? —habló con tono serio. Tal pregunta había escapado si querer. Mikasa sabía muy bien que debía estar pegada a Ivel en todo momento. Y se quiso retractar en cuanto pudo—. Olvidé que tenemos que llevar a casa temprano ¿Verdad Iv…
Antes de completar el nombre, su hermana había arrastrado al castaño hasta el fondo del pasillo.
Mikasa dio un suspiro, lo mejor era esperar a que terminasen de hablar.
Por el momento no quería ninguna discusión con Levi.Narra Eren
Con una fuerza que no parecía provenir de una chica, Ivel me jaloneo del brazo hasta llegar el fondo del pasillo. Estaba confundido por su comportamiento.
—Ehm... —Mi voz de iba quebrando por la emoción ¡Ivel me estaba sujetando la mano! No sabía cuantas veces había soñado con éste momento.
—Habla de una maldita vez —espetó seco y me soltó bruscamente. Entendí que no le gustaba andar con rodeos— ¿Y?
Mi corazón latía tan rápido que pensé que algún momento se detendría y dejaría de vivir. Sacudí la cabeza negando esa situación, primero tendría que declararme. Tome un poco de valor y hablé.
—M-me gustas mucho. —Logré pronunciar apenas. Con cada palabra mis mejillas enrojecían más. Sin darme cuenta avancé unos pasos hacia ella lentamente— ¿Quisieras salir conmigo?
En algún lugar de mí sabía que Ivel había recibido miles de declaraciones, rechazándolas todas. Pero tenía esa chispa de esperanza que me decía que sería correspondido. Lo presentía.
—No me interesas —me respondió fríamente y sentí un brillo en sus ojos zafiros. Quizás también me habría imaginado una leve sonrisa de ella.
Me apartó de su lado bruscamente y se dirigió a donde estaba su hermana.
Comprendí lo que sucedía.
Mi cuerpo se fue tensando de apoco y apreté mi mandíbula para tranquilizarme. Porque sí, estaba muy enojado.
Esta vez fui yo la que le jaló del brazo deteniéndola. La atraje hacia mí en un impulso de ira. No se cómo, pero su hermana, Mikasa no se dio cuenta de nada. Aprisioné a Ivel contra la pared, juntando sus delgadas muñecas arriba de su cabeza, que cabían perfectamente en mis manos. Ella oponía resistencia pero logré calmarla con un beso en su frente, que la hizo estremecer.
Mi enojo se fue yendo lentamente al verla agachar la cabeza, se notaba que su respiración estaba entrecortada por el forcejeo. Pensé que se había sonrojado, repito, pensé.
—¿Te gusta sentirte superior no? ¿Por qué? —pregunté acercándome a su rostro caído. Me acerqué a su oído para susurrarle—. Si me dieras una oportu...
No me había dado cuenta pero Ivel se había escapado de mis manos. Se me acercó rápidamente y me estampó un golpe en la barbilla con su cabeza. Antes de que pudiera reaccionar, ella ya estaba corriendo por el pasillo.
Mientras corría, su largo pelo azabache y las ondas de su falda se iban meciendo a la par del viento, dejando expuestas por unos segundos sus delgados muslos y algunos moretones que me sorprendieron. Pero no les tome importancia.
Que estúpido fui.
Se detuvo a unos metros de mi, y mostró el dedo medio con una cara nada feliz y regresó con su hermana. El dolor en la barbilla de iba intensificando, así que decidí ir a la enfermería. Sabía que la sanación de mi herida iba a demorar buen tiempo, al igual que enamorar a Ivel. Porque aún no me había rendido, y no planeaba hacerlo.
Enamoraría a Ivel a como dé lugar.
En la mansión de los Ackermans
La señora Ackermans empujó la puerta de la habitación de Levi, lo buscó con la mirada ferozmente. Había cometido un error y debía pagar. Y lo encontró en su cama tomando una siesta.
—¡Maldito, casi te descubren! —La mamá de Levi lo jaloneó con impotencia hasta que cayo al piso y apenas pudo reaccionar al tacto— ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué yo?! —Esta vez lo jaló tan fuerte que la peluca postiza se iba separando del cabello del hijo.
La madre al darse cuenta paro y lo empujó a un rincón de la habitación y se retiró tranquilamente, como si no hubiera sucedido nada. Levi yacía en el piso con moretones por todos lados, sin derramar ninguna lágrima. No recordaba cuando fue que su cuerpo había empezado a percibir los golpes como algo normal. Recostó su cabeza sobre la pared de la habitación. Desde ahí tenía la vista de su gran habitación, digna de un Ackerman. Con muebles lujosos, un piso alfombrado con un tapiz traído desde la India, y su cama, perfectamente prolija. Cerró los ojos lentamente tratando de recordar el beso que le había dado ese chico llamado Eren.
Había sido cálido, como los que su madre alguna vez se los había dado.
Pero no la culpaba, sabía que la enfermedad que tenía, la había transformado en otra persona. Una cruel, despiadada y con una obsesión de que Levi sea chica, sea Eli.
Río suave y bajo para luego caer dormido.
Nadie sabía, pero al otro lado de la puerta estaba Mikasa llorando silenciosamente. Lloraba por Levi y por todo lo que él sufría. En algún lugar de la mansión una melodía empezó a sonar.
Hey girl, open the walls
Play with you dolls
We'll be perfect family
La señora Ackerman se aferraba con fuerza a una muñeca de porcelana.
Everyone thinks
that we're perfect
Pensaba, creía y deseaba que fuera su hijo.
Please don't let them look
through the curtains
Acunando a la muñeca, se quedó mirando el vacío. Su mente deseaba libertad y su corazón regocijo..
.
.N/A
Y aqui termina el capítulo 2 >w<
Por si quieren saber el nombre de la canción pues es
Dollhouse — Melanie Martinez
Son pequeños fragmentos sacados de la canción que me parecían correctas ponerlas en la historia ^^Muchas gracias por leer el capítulo ♡
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Un amor confuso『 ErenxLevi 』
FanfictionEren Jaeger está perdidamente enamorando de la chica más inteligente y popular; Ivel Ackerman. Pero lo que el castaño no sabe, es que esa chica de apariencia tierna, no es para nada tierna... y mucho menos una chica. Los personajes no me pertenecen...