Capítulo 9: Preparativos

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Mikasa llegó a su salón corriendo, estaba frustrada. Cerró con fuerza la puerta corrediza y el viento que produjo le acarició el rostro y sus lágrimas transparentes.

Caminó hacia su pupitre y tiró con desgano su mochila en la mesa y se acomodó en su silla.

Segundos después aparece Levi en el marco de la puerta, serio como siempre.

— Mikasa... —dijo Levi. Estaba arrepentido por haberle gritado a su hermana. No debía haberlo hecho ¡Por Dios!

Mikasa se agachó escondiendose entre sus delgados brazos. Dejo caer las últimas lágrimas y se enderezó.
Respiro hondo y soltó el aire como si se tratase de su ira.
Levi se fue acercando hacia ella.

— hermano yo... —trato de decir Mikasa

—Lo siento —musitó Levi— no debí tratarte así, pero entiendeme, no quiero irme de la mansión. No por ahora.

Se miraron por varios segundos, eso valía más que mil palabras. Se habían perdonado mutuamente, lo sabían.

El timbre sonó y sus compañeros fueron llegando hasta llenar el aula.

A primera hora tenían Teatro, y se juntaron con los de 4° otra vez.

El salón era muy chico para dos divisiones, así que corrieron todos los pupitres y lo pusieron en un rincón y los alumnos se sentaron en el piso, formando una ronda.

Eren saludo a Mikasa y Levi con un beso en la mejilla, y Armin hizo lo mismo. Tenían que actuar con Levi como si fuese una chica, o habrían graves consecuencias.

Al final de muchos debates entre ambos cursos se eligió hacer una cafetería al estilo japonés —o maid-café, donde las meseras se visten como sirvientas.

Las chicas estaban emocionadas y ni hablar de los chicos que ya babeaban con solo imaginarlo, pero alguien no tanto...

Supongo que ya lo saben.

Frunció el ceño mientras miraba a Hanji con detenimiento. Sabía que su loca profesora le iba a obligar a llevar un traje de sirvienta, con la excusa de "para que nadie sospeche".

Hanji se dio cuenta de la mirada de su alumno y soltó una risita, esa mirada amenazadora no era suficiente para hacerla cambiar de opinión.

Hasta quería molestarlo un poco, y sabía cómo.

—Bueno chicos, nuestra mejor costurera Samanta... — empezó a decir Hanji y la mencionada levantó la mano para que la reconocieran— confeccionará el traje para mañana, y una alumna sera la afortunada que tendrá la gran posibilidad de probárselo antes del festival —le guiño el ojo a Levi, y las chicas estallaron emocionadas.

—¿Y como la elegiremos? —preguntó Mikasa, que todo eso del traje de sirvienta no le agradaba del todo.

—Buena pregunta Mikasa —dijo y la señaló— los chicos de 3° y 4°... ¡La podrán elegir!

—¡¡Sii!! —dijeron los alumnos al unísono.

—La votación será a mano alzada... —continuó Hanji— así que empecemos.

Se fue a sentar en su escritorio y se quedó mirando la lista de alumnos. Soltó una risita y dijo lo suficientemente fuerte para que todos escuchen.

—¿Quién vota por Ivel?

La mayoría de los chicos levantaron la mano exaltados, y Eren tímidamente se animó.

— 1, 2, 3... —decia Hanji contando las manos alzadas que eran muchas— bueno, no importa... ¡Ivel ganó!

Las compañeras de Levi soltaron un bufido molestas.

¿Porqué siempre tenía que ganar ella?

Levi frunció el ceño. Todo el asuntito lo estaba hartando, pero para su suerte hoy en la noche vería a la cuatro ojos.
Sonrió internamente, ya le haría pagar. Pero por ahora tenia que soportarlo.

El timbre sonó sacándolo de sus pensamientos vengativos.
Los de 4° salieron rápidamente para volver a su aula, no sin antes acomodar los pupitres que habían arrinconado.

Armin fue a comprar algo para comer porque el hambre lo estaba matando. Asi que Eren se quedó junto con Levi y Mikasa.

—¿Qué tienen después del receso? —preguntó Eren mientras se acercaba a ellos.

—Historia... —dijo con desgano Mikasa— Me va bien en la materia, pero me está aburriendo con el nuevo profesor.

—A mi no me desagrada del todo ese viejo —comentó Levi.

Y era porque se ponía a hablar horas y horas sobre la historia inglesa, y eso al de ojos esmeralda le fascinaba.

Se pusieron a hablar de algunas cosas triviales. Como, que estudiarían después de terminar el secundario. Mikasa quería estudiar algo relacionado a la psicología, ya que le llamaba mucho la atención los trastornos y las enfermedades mentales. En cambio, Levi todavía no tenía ningún gusto en específico y peor Eren, que estaba en las nubes.

Pero aún tenían unos cuantos años para pensarlo y buscar su profesión adecuada.

Eren se enteró de que a Mikasa le gustaba dibujar paisajes que imaginaba, y le prometió que algún día se los mostraría.

—¿Y porqué no esté viernes? —se le ocurrió al castaño.

Los hermanos Ackerman se miraron aturdidos. Era demasiado riesgoso, además que alguien ajeno a la familia tenía prohibida la entrada.
Pero la sonrisa que se hallaba en el rostro de Eren, podía hacer que Mikasa haga cualquier cosa.

Sus latidos apresurados ya la habían puesto al tanto de lo que pasaba.
Quería a Eren y mucho, pero ¿Cómo se lo demostraría?

—Esta bien Eren, el viernes vas a ver mis dibujos —dijo Mikasa. Estaba decidida a llevar al castaño a su casa.

Levi la miró con complicidad. Sabía todos los riesgos que tenían que enfrentar.

Pero... ¿De eso se trata la vida no?

Tener obstáculos en el camino, que te harán caer y perder las ganas de continuar, pero encontrar a esa persona que te ayudará a levantarte y seguir adelante.

Y esa persona para Levi y Mikasa era el que les había enseñado a disfrutar cada momento, divertirse sin importar donde, demostrarles que los verdaderos amigos existen, y que en ellos puedes depositar toda tu confianza, a experimentar por primera vez esa nueva chispa de sensaciones incontrolables llamado amor... Esa persona, para ambos, era Eren.

Pero uno de ellos aún no lo había aceptado.

Un amor confuso『 ErenxLevi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora