Acción y reacción

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Y así Shin Hoseok terminó con los pelos de un violeta pálido y Yoo Kihyun pensó una vez más que morirse de vergüenza quizá sí era posible.

Cuando lo vio salir con la sonrisa a ambos lados solo atinó a cubrirse el rostro con las manos -también hubiese usado los pies si le fuera posible-, estaban solos porque habían sido los primeros en entrar con los estilistas para ver qué cosa nueva les hacían. Pero no esperó tener la mano del compositor en su rostro tan rápido, como si buscara que le viera fijo.

— ¿Así te gusta? — consultó con la sonrisa mas dulce que le había visto jamás o quizá era la de siempre y nunca se había detenido a verla.

— No tenías que hacerlo en serio. Eso no hará que me olvide de lo que hiciste conmigo.— no tenía idea de donde rayos surgían sus contestaciones cuando estaba tan apenado y sentía la piel roja, ser un Yoo le era conveniente. Wonho movió la cabeza a los lados un par de veces, confundido un poco y a su vez enojado por lo que le decían.

— Esa no es una respuesta para la pregunta que hice. ¿Te gusta? — volvió a formular, ahora apuntando a sus pelos. El menor solo atinó a asentir frustrado, ganándose otra sonrisa, pensó que no se merecía tantas.

La tarde siguió con normalidad, los miembros estaban practicando canto y otros bailando. Caía la tarde.

—¿Qué vamos a cenar hoy? — La voz de Shownu se hizo oír algo curiosa, claramente ya empezaba a tener hambre. Es que el líder tenía un estómago difícil de complacer. Wonho encontraba la oportunidad de implantar la bomba, pero antes de lograrlo la voz suave y dulce de Kihyun resonó.

— Puedo ir a comprar ahora. Ya terminé mis cosas y estoy cansado. Si quieren los espero con la cena  hecha. — nadie, absolutamente nadie se negó, todos eran felices cuando no tenían que hacer piedra, papel o tijera para cada cosa de las labores habituales, hasta por ir al baño se peleaban. Hoseok quedó enmudecido y se lo quedó mirando un momento, el rostro del chico empezó a tener colores y pensó que debería patear al de pelos violetas para que dejara de hacerlo sentir así.

—¿Quieres que te acompañe? Ya no tengo inspiración para terminar de componer esto. - soltó de una vez y Kihyun no pudo responder, solo resopló y antes de que alguno dijera algo ya se había ido por la puerta.— Creo que mamá esta de mal humor. - jugó el rapero mas grande, riendo hasta que sus ojos desaparecieron. Le siguieron los demás y Wonho luego de reírse dijo que iría por las dudas. Los demás no tuvieron problema en aprobarlo. Corrió para alcanzar al mas chico, cuando lo detectó apuró sus piernas y terminó embistiéndolo contra la pared como un toro. Se lo quedó mirando, su respiración estaba inestable por la corrida y Kihyun parecía literalmente un hámster por sus mejillas infladas. '

¿Desde cuando soy gay? ¿O qué mierda?' 

Se preguntó por dentro y bajó la cabeza un poco.

— Estas arriba mío casi. No estoy escapando a ninguna parte. Pero sí tenemos que pasar por la tienda, en casa no hay nada. — se apresuró a decir, pero Wonho ya había empezado a robarle unos cuantos besos que obligaron al menor a golpearlo en varios lados hasta lograr detenerlo y llegar a salir en paz.

Compraron comida y no tardaron en instalarse en el departamento. Kihyun se puso a preparar las cosas y Wonho no estaba seguro de tener tiempo de hacer mucho luego. Negó un par de veces, el menor no le había visto a los ojos ni una sola vez. Resongó y bastante enojado fue detrás del saco de huesos que ya iba con la ropa de casa puesta. Apoyó una mano en su nalga derecha y la apretó. Kihyun frunció el rostro y apretó los puños, bajando la cabeza un poco.

— Hyung tengo que terminar esto. —

—No habrá tiempo para mi entonces. — respondió rápidamente y besó el cuello ajeno, abrazándole por la cintura suavemente, buscando que sus caderas quedaran sobre su miembro. Kihyun se preguntó qué maneras iba a rebuscar para no tener que satisfacer los deseos de un desesperado Wonho. No encontró muchas soluciones, menos cuando una mano empezó a meterse en su remera y le hizo sentir los pezones como dos gotas de metal.

— ¿Por qué te gusto? No es divertido que hagas esto Hyung. — con las manos sobre la tabla de cocina, sus palabras solo se deslizaron vagamente de la lengua, intentaba reprimir con ello los jadeos que estaban queriendo salirse.

— Puedes seguir cocinando mientras lo hago. Me gustas porque eres tú. Te quiero para mi, Kihyunnie. — el mayor de ambos dos se volvió a pegar al cuerpo ajeno y como si fuese poca cosa se agachó para meter la cabeza dentro de la blusa que caía sobre el chico, encontró una piel muy suave y blanca, sabia que el chico cuidaba de su piel pero esa vista era hermosa. Dejó una mordida en su omoplato que hizo que el vocalista principal saltara y frunciera su rostro con pena y odio.

— Imposible hacer esto si estás ahí atrás. No entiendo por qué dije que te daría una oportunidad, no la mereces.— silencio, se escucho una risa y a su vez un bufido enorme. Cinco segundos después la mano pesada de Wonho bajo los pantalones junto con los boxers de Kihyun y se agachó para meter el rostro entre sus nalgas. Probablemente la expresión del mas joven pasó de sorpresa a una vergüenza que le hizo perder el equilibrio y tirarse de rodillas al suelo. La mano de Wonho le había sujetado para que la caída fuese en sus brazos. Sintió mordiscos que iban a dejar marca en sus mejillas traseras y no supo cuando sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Es hermoso. ¿Ahora sí eres mío? ¿O cuándo? — Wonho era sensible y eso todos lo sabían, le afectaba todo y el rechazo no era una excepción. Los jadeos del menor no le permitían contestar, solo estiró las manos hacia delante en un intento por sostener el orgullo que le quedaba, porque la posición era penosa, con su trasero siendo abrazado mientras su cuerpo caía como derretido a un lado. Tembló ligeramente y negó.

— S-soy mío, Hyung. No puedo ser tuyo si soy mío. — la nariz fruncida y enojada de Wonho hizo que al vocalista le subiera la tensión, ya había visto eso antes. Y cuando le notó moverse supo que iba a hacer lo mismo, estaba intentando meter los dedos dentro de su entrada, pero ahora costaba mas ya que no había lubricante de por medio.

— ¡Hoseok! Espera, compartirme. Puedo compartirme por ahora. — los ojos del chico de pelos violetas parecieron sonreír y subió sus manos a la cintura ajena, abrazándola con una dulzura que parecía la de un niño recibiendo su capricho. Quizá así era.

Desesperación por ti [Kiho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora