Desesperación por ti [Kiho]

Cutie pie

Cuando uno ve a Kihyun de lejos solo piensa una cosa: adorable, dulce, pequeño, tierno, lindo.
Pero hay dos cosas que todos saben de él cuando empiezan a conocerlo: lo que tiene de lindo lo tiene en maldad. Y su orgullo es más grande que sus dientes. También se sabe que tiene complejo de niño. ¿Por qué? Simplemente porque le gusta ser mimado y adorado por todos. Él quiere ser siempre el centro de atención y le pone ansioso cuando alguien ocupa su lugar. Lo mismo ocurre cuando tocan sus cosas. Y él había decidido que Wonho era suyo.

Por otro lado Hyungwon se había convertido en un obstáculo. Todo el tiempo estaba alrededor de Hoseok y por si fuese poco éste le prestaba atención y se reía de todas las cosas. El pequeño vocalista principal solo miraba e intentaba meterse en la conversación. Siempre terminaba por quedar un poco apartado y el de pelos violetas desteñidos -porque ya parecía ser blanco otra vez- no hacía nada para evitarlo. Kihyun incluso sintió que podía llorar, obviamente su orgullo no se lo permitió. No podía dejar que le afectara lo que hiciera el rubio que para mayores solo le lastimaba.

Pero estaba con tanto odio.

Esa noche el menor le vio tirado en el sillón otra vez, últimamente parecía interesado en la tele. Kihyun carraspeó y unos ojos se alzaron para verle y luego sonreírle, le incitaba a hablar pero no a sentarse.

— Déjame lugar. — murmuró moviendo la cabeza desde el mentón, con su típica cara de malcriado y consiguió una sonrisa a medias del otro, negando y suspirando a la vez que volteaba la cabeza para seguir en la tele, sin dejarle espacio.

— Hyung, ¿puedo sentarme? — la frase le costó mas que mil demonios y Wonho se acomodó a un lado, dejándole espacio para que se acostara y palmeó la tela. El pequeño saco de huesos bufó, no quería estar acorralado. Se puso en el borde y sintió que unos brazos le rodeaban y apretaban.

Kihyun no se dio cuenta que el odio que tenía eran celos y que eso le daba impotencia. Tampoco notó cuando agarró las manos que le tenían y se frotó contra ellas. Hoseok disfrutó la iniciativa y repartió besos por su nuca.

—¿Qué tienes Kihyunnie? ¿Te duele algo? —preguntaba con tanta dulzura que era difícil imaginar que era el mismo chico que le torturaba, el cuerpo del menor se tensó y solo atinó a asentir despacio. Wonho alzó las cejas.

—¿En donde? — Wonho se sorprendió y el menor siquiera contempló la idea de responder y al terminar de disfrutar una caricia en sus cabellos se removió, el peli blanco pensó inútilmente que el chico quería voltearse y soltó el agarre, momento justo en el que Kihyun se levantó y antes de que pudiese hacer algo escuchó la traba del baño. Los segundos parecieron horas.La cara del peli blanco podría haber sido retratada representando el ser estupefacto. Pestañeó unas cuantas veces y luego apretó los labios en una línea recta, levantándose pesadamente, hacía casi tres semanas que el menor no le hacia algo así. Se levantó despacio, pasando los dedos por el cabello, dejándolo hacia atrás y con dudas empezó a ir a la puerta, tocó una vez y se acercó.

— No puedo ayudarte si te encierras. ¿Qué te duele? — no hubo respuesta. Wonho frunció la nariz.

— Sabes que no te puedes quedar ahí por siempre. ¿Simplemente quieres que me enfade? — consultó y su voz ya había cambiado por una más profunda y oscura. Pasaron los minutos y Wonho empezó a forcejear la cerradura, apoyó el puño contra la madera y se exaltó de sí mismo. Rezó que ninguno de los chicos le diera importancia, quizá solo estaba desesperado por ir al baño. En ese ínterin de silencio escuchó un pequeño gemido y su rostro pasó a varias tonalidades. La idea de llamar a sus compañeros pasó por su mente. Kihyun estaba llorando en el baño encerrado y le dolía algo, claramente era un problema.

— Abre la puerta. Voy a llamar a los chicos, si no quieres que lo haga abres ahora. — con tono alto y acelerado esperó un segundo y se volteó para ir en busca del líder. Ahí escuchó el pestillo y un diminuto angel con el rostro empapado en lágrimas se dejó ver en la puerta. A Wonho le faltó el aire y no supo bien por qué de todo. Apretó su cien para guardar sus deseos y la clara excitación que verlo así le provocaba y se acercó para terminar de abrir la puerta y acurrucar el cuerpo entre sus brazos.

— S-zoy hermozo, no debería dolerme esto. Deja de abrazarle. — el desliz de las zetas provocó una risa que era difícil de ocultar, por suerte le tenía pegado al pecho y no le veía. Alzó la mano y acarició otra vez sus cabellos castaños.

— ¿De que me hablas Kihyunnie? No entiendo lo que me dices. — el más chico empezó a dar pasos hacia atrás a sabiendas de que el mayor le seguiría, cuando se terminó de meter cayó en brazos de Wonho, volviendo a cerrar la puerta para sollozar en paz.

—Te abrazas a... a esa rana como si fuese una segunda piel. No lo hagas más. — Kihyun desbordó de su propia boca y chilló un poco cuando los brazos ajenos, que ya parecían pedazos de metal, le apretaron dejándole sin aire. El más chico alzó los brazos un poco, golpeándole mientras lloraba.

— ¿Eso te duele? Tus dolores son siempre mi culpa. — unos labios rosas empezaron a impartir besos por su mejilla. El pequeño demonio se exaltó e intentó mirarlo más enojado, aunque su rostro no podía arrugarse más de lo que estaba y parecía bordó mas que rosa en sus mejillas.

— Te estoy hablando. —la risa se dejó oír.

— Y yo te estoy besando. Te pones mas hermoso con tus celos. Voy a aceptarlos por el momento, tu ternura ganó esta vez. — Kihyun no pudo creer que podía humillarse más. ¿Celoso? Él solo no quería que tocaran sus cosas. Nunca podría estar celoso. No. Absolutamente no. Pero sus manos se habían apretado tanto que en algún momento sus piernas se alzaron y quedó enrollado en el otro cuerpo como un pulpo en su presa.

Hoy me pegó la de ser cursi (?
Luego les vengo con mas hard.
Estoy intentando hacer el otro fan fic pero no es tan fácil de escribir como éste. 🤧