No quiero sentir esto

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El pequeño muchacho de tez clara y rostro dulce se vio envuelto en una situación que lo sorprendió más de la cuenta. Había comenzado a notar lo que antes ignoraba, la mirada de Wonho estaba siempre sobre él, parecía expectante a todos sus movimientos. La noche anterior lo había dejado en paz cuando le prometió compartirse y sin duda lo dejó sorprendido ver como el peli violeta hacía todo lo que le decía el menor sin titubeos. Parecía fácil de conformar aunque la realidad era que esas buenas maneras solo existían si Wonho estaba contento. Y su felicidad no duró mucho cuando Kihyun se le escapaba como agua entre los dedos. Nuevamente lo dejaba tocar cuando estaban todos juntos, abrazarlo se le había hecho fácil, su sonrisa parecía encantadora pero cuando estaban solos escapaba de sus garras como si se tratara de un lobo y una oveja.

—Kihyunnie, ábreme la puerta. — un cansado Hoseok tocaba la entrada de la habitación que compartían. Se habían quedado solos en el departamento y el menor había corrido a la habitación para encerrarse y no darle oportunidad de nada al mas grande. Su mal humor se pronuncio bastante ese día. Con las yemas de lo dedos apoyadas en la puerta sintió toda la frustración convertirse en lágrimas.

— No me dejes aquí, déjame estar contigo. Por favor. Abre. — golpeó apenas, su voz sufrida era reconocible para Kihyun y éste no pudo evitar ir a abrirle, despacito, sin dejarle espacio a que entre.

— Hyung. ¿Estás llorando? —el más alto negó aunque era obvio que sí y apoyó los dedos en el borde de la puerta, bajándolos hasta llegar a los ajenos y acariciarlos un poco.

— Huyes de mí, eso me hace daño. ¿No me dijiste que te gustaba cuando me teñí el pelo?— un orgulloso saco de huesos se puso tan rojo que estampó la puerta con fuerzas, claro que como era de imaginar el pie de Hoseok estaba puesto desde hacía rato allí provocando que el rostro del menor se transforme y salga disparado para su cama, subiéndose a la cucheta antes de que le agarraran. Tomó la almohada y se preparó para atacar.

— ¡Solo te hice una pregunta! Ah, baja de ahí, no me hagas subir, sabes que lo odio. — se refería a la altura y Kihyun estaba consiente de eso, negó varias veces, estaba apoyado sobre sus rodillas y las piernas se le habían empezado a abrir hasta quedar de una manera adorable sobre el colchón, abrazado a la almohada como su único arma. La vista provocó que Wonho tuviese un pequeño orgasmo visual y se agarró de la baranda, subiéndose sin pensarlo dos veces.

—Eres hermoso, siempre. — reprochó ahogando al chico que le golpeaba con la almohada mientras era abrazado y besado. Los golpes empezaban a molestar al mayor y agarró el objeto tirándoselo a un lado de un solo movimiento.

— Ya basta. ¿Por qué no puedes mantener tus palabras? Harás que deje de creer en todo lo que dices. — se desquitó agarrándole el mentón hasta acercarlo a sus labios y hundir su lengua profundamente dentro de su cavidad, sentía el sabor de la menta y el dulzor de la pasta. No paró un segundo hasta que no sintió como el chico empezaba a removerse por falta de aire, cuando le dejó se escucharon los jadeos dulces que hacía, agitado y con unas mejillas rojas y ojos brillosos.

— A-ah... no lo entiendo. ¿Por qué me pones así? — casi parecía llorar cuando lo preguntaba y el peli violeta sonrío con tanta emoción y un poco de diversión que sus labios volvieron a tomarlo con ansias. Claro que no le negó a sus manos el pase a su pecho, que empezó desde arriba hasta llegar a las piernas. Las apretaba con curiosidad, con mucho amor y cuidado de darle solo placer en cada zona.

— Porque te gusto. No te resistas a mi, ya te dije que quiero que seas mío solo. Estas disfrutándolo, te haría disfrutar siempre si fueses mío. — le había susurrado hermosamente, masajeando su entrepierna cuando tuvo la oportunidad, provocando que la espalda del menor se arqueara hasta quedar eufórico y excitado. Sus manos pequeñas y finas se agarraron de los hombros anchos que tenían en frente y negó un par de veces, pero sin poder responder. Él no era gay. No lo había sido nunca.

¿Por qué se sentía tan bien?

Gimió una vez más y cuando la mano contraria se hundió más por arriba de los boxers que llevaba pensó que le faltaba el oxígeno. Sus lágrimas cayeron como una catarata y al mismo tiempo que caían Hoseok se las lamía y las tragaba una a una.

— No sabes todo lo que te quiero. Tan hermoso por todas partes. — la frase se había hecho regular para el muchacho y sentía ya como su miembro empezaba a reaccionar por el escenario que estaba en frente. Un niño jadeante que movía apenas las caderas contra la mano apoyada en su intimidad, parecía en un estado de trance. Wonho mordió sus labios y se acerco a los ajenos para besarlos y masticarlos despacio, su brazo derecho había sido interceptado por dos manos chicas pero fuertes que no le dejaban moverse y con la otra mano acariciaba la nuca del saco de huesos que daba la impresión de luchar contra su propia excitación.

— ¿Por qué me alejas si quieres que te acaricie? — la mirada de Kihyun parecía salida de un cuento de hadas cuando se quedaron mirando.

— N-no me gusta sentir así. Es una molestia. — temblaba, sus labios temblaban, sus piernas eran peor y esa humedad en sus bóxers escondía una dureza que los dedos de Wonho se habían asegurado de apretar y estimular.

— No soy una molestia. No lo seré nunca si solo te dejas querer. — besó sus lágrimas una vez mas, bajando a su cuello para depositarle mordiscos y succiones hasta su hombro. El chico ya no se resistía, pero sí hundía sus uñas en el brazo ajeno y no se sabía si era para que no lo aparte o para aguantarse el miedo y rechazo. Como fuese Hoseok no se quejó y se quedo acariciando hasta que un tironeo le obligó a levantar la vista para saber qué pasaba.

— ¿Que tienes Kihyunnie? — preguntó cuando terminaba de morder su pezón haciéndole saltar.

— Quiero correrme y así no puedo. — su voz era tan dulce, tan suave y baja que Wonho sintió su pantalón humedecerse y apretó los labios, solo encontró desquitarse con la piel contraria, dejando unas aureolas en principio rosas como dos pasas de uva moradas. El menor se retorció dejando salir un grito y ante el apretón casi violento que recibió en sus bóxers terminó acabando ahí dentro. El cuerpo del mas chico cayó desplomado sobre el otro.




Y sí señores y señoras, me encanta cortar el lemon al medio. Pero el próximo es continuación de esto, lo juro, no los dejo con las ganas esta vez ❤️

Nuevamente comento que si quieren otra pareja me avisen.
Estoy empezando otro fic Kiho, pero ahora en universo alterno. ¿Qué profesión les gustaría? Yo estaba pensando en un ceo y un gerente. Pero no sé👅

Desesperación por ti [Kiho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora