Inspección matutina

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Su blanca piel, su musculoso cuerpo, los detalles rosas, el pelo suave incluso cuando estaba teñido. Sus pestañas eran largas y apenas tenía pelos en las otras partes del cuerpo. Kihyun miraba y miraba y aunque se obligaba a quedarse quieto, después de un rato se acercó y le sacó las medias a un dormido Hoseok. Miró sus pies y se dio cuenta que también eran hermosos y sus uñas estaban bien cuidadas. Era primavera, pronto llegaría el verano y por eso Wonho dormía solo en ropa interior, abrazaba la sabana y se removía a un lado y al otro. Kihyun lo tendría que haber levantado hacía quince minutos, pero se lo había quedado mirando, incluso lo había movido para poder corroborar todos los ángulos. Dos meses habían pasado desde la primera vez que el mayor le había dicho que le quería. En todo ese tiempo ni una sola vez lo había podido apreciar verdaderamente. El mayor era tosco, desesperado por su cuerpo, por enloquecer al más joven sin dejarle tomar partido. Y ahora que podía lo miraba con detenimiento, podría hacerle un hueco si las miradas mataran.

El saco de huesos tomó aire unas cuantas veces y poniéndose a cuclillas se acercó a la cama, la luz le daba de lleno al peli blanco porque no tenia otra cama arriba, se podía apreciar todo. Y unos dedos minuciosos se acercaron a su pecho, Kihyun estaba rojo de la vergüenza pero muerto de curiosidad. Pasó la yema de los dedos por su pecho. Wonho tenía un solo defecto, aunque muchas fans no lo consideraban así. Y es que sus pezones parecían todo el día despiertos. Los dedos temblorosos pasaron por sus pectorales, se formaba un hueco entre ellos, Kihyun jadeó y se tapó la boca con la otra mano para no hacer ruido. Acarició uno de los puntos rosados y escuchó un quejido, alzó la vista y el mayor seguía con los ojos cerrados y se movía un poco, nada de que preocuparse. Siguió bajando con la mano y contorneó cada abdominal y el hueco del medio hasta su ombligo, se tensó tanto que sus piernas temblaron. Por un segundo Kihyun apoyó las dos manos en su rostro y murió de vergüenza.

Tuvo que tomar coraje para seguir investigando. Después de todo estaba consciente que eso no lo iba a poder hacer en otra oportunidad. Despacio y con miedo le miró el rostro al dormido Wonho y estiró el dedo indice, parecía una misión imposible pero logró tocar sus labios y su mentón, bajándolo hasta su clavícula. No podía entender como era tan hermoso. Incluso cuando sintió la dureza de sus brazos pensó en que tenía que encontrarle algo malo. Una risa se escuchó y Wonho se removió, empujando los dedos ajenos y girándose para quedar de espaldas, tal parecía le había hecho cosquillas. Kihyun pensó que sus mejillas no podrían estar en peor estado y creyó tener fiebre.

Lo que no se esperaba era terminar por ver una terrible montaña en lo que eran las nalgas ajenas. Sus ojos se abrieron y miró a todos lados. Nunca se había puesto a mirar detenidamente a sus miembros. Wonho era realmente hermoso e incluso olía a vainilla. Lo sabía porque en ese preciso instante se había acercado a apoyar la nariz en la espalda blanca. Suspiró, se había sentado en sus rodillas y ahora éstas estaban desparramadas por el suelo mientras se apoyaba en la cama, pasando el dedo índice por la espalda gigante, hundiéndose un poco cuando encontraba una curva. Después de unos segundos de pensarlo tomó coraje y apoyó la palma en una de sus nalgas, simplemente tenía que corroborar si era duro o si era algo blando y esponjoso.

Apoyó la mano. Cuando empezó a amasar sus nalgas un increíble 'pffff' seguido de una risa que no se podía controlar se escucharon en la habitación. Kihyun se quedó mirando, con la mano seguía apoyado y acariciando, pero su mente se había ido muy lejos, Wonho le miraba de reojo riéndose incontrolablemente con los brazos sosteniendo su cabeza.

— C-cosquillas. — suplicó un poco el más grande y Kihyun le dejó y despacio empezó a ir hacia atrás, pensó seriamente que el suicidio era buena opción. Sus piernas no le funcionaban para salir corriendo.

— Kihyunnie... ¿terminaste tu investigación?—  el peli blanco se levantaba de a poco mordiendo sus labios mientras buscaba la vista ajena, ésta estaba anonadada y su rostro estaba de un color indescifrable. Cuando terminó de levantarse Kihyun reaccionó y fue casi corriendo a la puerta, Wonho le interceptó antes y dejó escapar la risa mas hermosa que el menor habría escuchado nunca.

—¡Déjame! ¡Bájame! ¡Me estuviste tomando el pelo! — chilló y chilló hasta que le cubrieron los labios con otros labios y le mordieron hasta hacerle jadear.

— Yo no sabía que estabas tan interesado en saber cómo era mi cuerpo. — el pequeño se tensó y apretó los labios, alzando la vista para ver al otro.

¿Desde hace cuánto? — susurró bajito.

— Cuando se meten con mis pies ya no me gusta, es lo único que quiero que este cubierto al dormir. — haciendo alusión al quite de medias que el más chico había aprovechado. Eso había sido al principio. Kihyun quizo llorar y no llegó a hacerlo porque los golpes en la puerta del líder indicaron que ambos tenían que separarse e ir a hacer sus deberes.

Desesperación por ti [Kiho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora