que culpa tuve? ( omegavers)

Capitulo 7

Holi lamento mucho no haber actualizado antes pero, estaba en finales y la escuela me estaba matando, pero descuiden ya regrese, hoy subo uno nuevo y ya empiezo a actualizar normal

Narración normal

- Por favor ayúdame....por favor - varias lágrimas empezaron a salir de sus ojos mientras no quitaba su vista de aquella chica - por favor

La castaña solo lo observó con algo de tristeza - perdón no puede irse - agarró su manos con ternura - el amo Vicktor es un gran hombre, vera que usted será feliz aquí.

El pelinegro  deshizo el agarre y se alejó de ella con rapidez, se ocultó al otro lado de la cama pues tenía miedo al ver que esa chica confía en la persona que lo había comprado.

- eres esclava? - preguntó con seriedad.

- no, no lo soy - dio unos pasos al frente intentando acercarse al chico.

- alguna vez fuiste esclava? - permanece quieto pero no deja de mirarla.

- no, jamás lo he sido, mi familia siempre a pertenecido a  la servidumbre y siempre hemos trabajado para esta familia.

Aquello lo dijo con mucha felicidad pues desde pequeña siempre pensó que servirle a una familia de gran poder sería un tormento aún cuando sus padres le contaran que la familia era buena ella no lo creía hasta que empezó a trabajar y conoció al heredero quien siempre a sido muy amable con ella, al recordar esos días sonríe y miro al chico el cual la miro con ira y asco.

- entonces no sabes por lo qué pasó! - le lanzó una almohada - no sabes cómo es la vida de un esclavo! No sabes lo que voy a sufrir! Tú amo no es buena persona si me compro y después me hizo aquello - le lanza otra almohada- tú no sabes que es escuchar a tu hermano llorar porque lo van a subastar y tú sin poder hacer nada - le lanza otra - no sabes nada! Así que lárgate! LARGATE! Tú estás con ese sujeto lárgate! - le lanzó la última almohada mientras se dejaba caer al piso y lloraba.

La chica esquivo todas las almohadas que lanzó y cuando al fin paro intentó acercarse a él lo cual volvió a fallar debido a que el chico le seguía diciendo que se marchara, sin otra solución para ese problema, decidió recoger las cosas y retirarse, aunque sea el chico ya estaba aseado y con nueva ropa, también había comido suficiente; salió de la habitación y cerró la puerta con seguro pues así se lo habían indicado, suspiró y fue a la cocina a dejar las cosas.

En cuanto escucho la puerta cerrarse corrió a esta para intentar abrirla, cuando la encontró cerrada no le sorprendió pero si le molesto aún más, corrió a las ventanas de aquella habitación pues una de estas daba a un pequeño balcón pero cuando intentó abrirla también descubrió que estaba cerrada, busco algo con que poder romperla, no pensaba quedarse ahí más tiempo, menos al recordar el rostro de su hermano lleno de lágrimas.

Observo toda la habitación en busca de algo con lo cual romper aquel cristal y observó la silla que estaba junto a la mesa, con la fuerza suficiente podría romper la ventana; fue hasta está y la agarro y en cuento lo hizo vio sus manos las cuales aún tenían esos brazaletes de metal, toco su cuello y ahí seguía aquel collar para perro, sería un problema salir con esas cosas a la calle, cualquiera que lo viera sabría que era y podía ser que lo volvieran a capturar y regresar a esa casa o que lo llevaran a la casa de subastas de nuevo.

Permaneció quieto un rato mientras presionaba sus manos con fuerza provocando que sus nudillos quedarán blancos, seguía pensando en que es lo que aria, pero cada ves que pensaba aquellos recuerdos llegaban a su mente y no solo eso, también su mente lo traicionaba haciéndolo imaginar lo que su hermano pasó la noche anterior si lo que supuso que le hicieron a él fue cierto entonces su hermano también pudo padecer lo mismo, aquellas imágenes de su hermano siendo obligado a entregarse lo hicieron enojar aún más de lo que ya estaba eh hizo que su desicion fuera sólida.

Agarro la silla con todas sus fuerzas y la llevo hasta esa ventana, tendría pocos minutos antes de que aquellas personas llegarán y lo detuvieran, por lo que tenía que ser muy rápido, no tenía que dejar que lo atraparan, solo tenía que correr no importa que sucediera solo tenía que correr.

Agarro la silla con ambas manos y la levanto arriaba de su cabeza, con todo el coraje y dolor que sentía la dejo caer sobre aquel cristal el cual por el impacto se,rompió causando un gran ruido y que varios cristales cayeran al piso; era su oportunidad, ahora solo,tenía que saltar.

Una ves  dejó las cosas en la cocina fue a la oficina de su jefe para informarle sobre el chico, toco la,puerta y escucho un "adelante" abrió la puerta con lentitud y entro cerrándola poco después.

- perdón que lo moleste amo pero vengo a informarle del chico.

- descuida yuko, cuéntame qué tal está - no la estaba viendo pues mantenía su vista en unos papeles que estaba revisando pues había muchos de esos sobre su escritorio - comió?

- si, se termino casi todo lo que le serví, también ya está limpio y con nueva ropa, lo único que no trae son zapatos pero esos  mañana mismo mando que se los compren.

- perfecto - dejó el papel que tenía en sus manos sobre el escritorio y agarro otro.

- señor, el chico está muy alterado, estaba llorando y....

- es normal que esté así, lo acabo de comprar, ya se le,pasará - dejó ese documento y agarro otro

- pero....el estaba llorando, decía que quería ir con su hermano, que el también había sido vendido - se escucho un poco triste pues al ver al joven de esa forma si le había dolido.

Dejó sus documentos y la miro, no recordaba si le habían dicho algo de que aquel joven tuviera algún hermano, pero si recordó aquel chico al que Yuri habló y por lo cual le dio un golpe, no se sentía bien por eso, pero no podía dejar que el chico se comportara así enfrente de tantos alfas.

- si, creo que si tiene uno, creo que fue comprado por Otabek - siguió viendo los papeles.

- pero señor el....- no pudo terminar su oración debido a que escucharon un gran golpe y algo romperse.

Ambos se quedaron viendo unos minutos y después salieron corriendo pues imaginaban de donde venía el ruido; subieron corriendo las escaleras hasta la habitación del pelinegro, la chica abrió la puerta y ambos entraron en el momento justo para ver cómo aquel chico brincaba por el balcón