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—¡Papá esto es injusto! —se quejó Jimin algo triste haciendo un tierno puchero inflando sus mejillas.

—Jimin, ese idiota te está enseñando palabras malas, de las que ya te había hablado. Tienes doce años.

—¡Ya estoy grande, papá! —Jimin hizo un berrinche y corrió a la habitación de su hermanastro, el señor Park quiso detenerlo pero Seulgi Min lo comenzó a calmar.

—Hyung... —Jimin abrió la puerta asomándose, Yoongi estaba en su cama, cruzado de brazos.

—¿Qué quieres, mocoso? 

—Lo siento... mi papi le gritó y no se merece eso... Perdone que sea tan malo con usted, es que...

—Déjame en paz ¿si?

Jimin negó con su cabecita y cerró la puerta tras él, corriendo a las piernas de su hyung para sentarse en ellas.

—Perdóneme hyungnie...por favor.

Yoongi sólo suspiró y asintió, acariciando su espalda lentamente.

—Ve a comer ¿si? —habló seco, remojando sus labios mientras miraba a su hermanastro.

—Papá me dejó sin comer...

Yoongi abrió sus ojos con sorpresa—¿Pero por qué? ¿Sólo por decir groserías?

—Así es siempre hyung, pero no importa, no tengo hambre.

Yoongi le creyó hasta que escuchó su pancita rugir—Upsi —rió nervioso.

—No importa niño, tengo un refrigerador pequeño aquí. ¿Quieres algo? Creo que tengo bebidas.

Jimin asintió, sorprendido por lo que su hermano tenía en su habitación, era genial. Yoongi se acercó a la nevera para sacar un par de cervezas, por suerte había un juguito ahí así que se lo pasó a Jimin.

—Mmm. ¡Que rico está! ¡Gracias Hyung!

—No entiendo cómo te gusta el jugo de piña, pero no entiendo por qué lo tenía ahí... —Yoongi pensó y entonces sonrió—Oh... ya recuerdo, jé.

Jimin estaba confuso. Y aún más cuando escuchó a su hermanito hipear.

—¿Que fue eso Hyung? ¿Tiene hipo? —preguntó al verlo marearse. 

Yoongi rió, mirando los envases de alcohol que se había tomado. Eran tres, pero se le había subido rápido.

—No, no, no no... Estoy bien. —sonrió, eructando. Jimin soltó una risita.

—⚛—

—Hyung... Tengo sueño... llevamos mucho tiempo aquí. —dijo el menor.

—Llevamos días, Jaimín —rió Yoongi, que seguía tomando más y más alcohol que mezclaba con más bebidas que encontraba en su nevera. Estaba ebrio y sediento, y eso es difícil de controlar.

—Hyung. Ya tomó demasiado refresco, pare por favor. No quiero que le duela su pancita.

—No es refresco, niñito. —hipeó— Es droga... jé jé.

Seguramente el castigo había pasado, pero ya estaba oscuro afuera. Jimin se acomodó en la cama.

—¿Me puedo dormir ya, Yoongi? Me duelen los ojitos.

—Claro enano, duerme conmigo. Aquí... Conmigo —decía Yoongi sentado en la orilla de su cama. Daba miedo.

—¿Tiene sueño Hyung? Venga aquí, vamos a dormir

Jimin atrajo a Yoongi ya que éste no podía ni moverse. Se reía a cada instante, por absolutamente nada.

—¡Deje de reírse Hyung! —se enfadó el menor— ¿Qué es tan gracioso?

—Tu cara —rió.

Jimin se puso serio. —Basta Hyung. Vamos a dormir. Tal vez tenga sueño y por eso esté así.

—B-bien... Jaimín.

—Es Jimin —rodó los ojos, sacándose la camiseta para colocarse su pijama.

—Tenía razón... estás muy nalgón.  —rió Yoongi.

Tal vez estaba alucinando, pero realmente el trasero de aquel chico era sorprendente.

—¡Ehh!—se sonrojó Jimin— ¡No mire ahí, hyung!

—Pero es cierto... —cerró los ojos.

Jimin entró a la cama y se tapó con las sábanas, cubriendo a su hermanastro.

—Hasta mañana Hyung. Ya duérmase.

Jimin cerró los ojos lentamente. Yoongi no dormiría, aún. Se acomodó y se posicionó encima del pequeño. Tal vez alucinaba, pensando que era alguien más, como esa chica del instituto que tanto le gustaba... O sólo era deseo... ¿Por su hermanastro?

—Hyung que pasa ahora? ¡Ah! —Jimin se quejó cuando sintió una mordida en su cuello. Le había dolido.

—Eres mío ahora, mío mío mío. —Yoongi comenzó a succionar su cuello, dejando suaves lamidas en la piel del pequeño

Jimin comenzó a patalear. —¡Basta, Hyung! ¿Qué hace? —decía mientras intentaba alejar a Yoongi. No lo estaba disfrutando... le dolía.

—Cállate y coopera, mocoso. 

Jimin se sentía mal. Golpeaba con todas sus fuerzas a Yoongi pero por más que lo intentara, éste no lo dejaba ir.

—¡Por favor no me muerda! ¡Se siente raro, déjeme ir!

Yoongi comenzó a tocar al menor y este solo soltaba quejidos y sollozos, Jimin no disfrutaba del todo porque su hermano mayor lo estaba mordiendo con posesividad. 

—¡Estoy demostrándote mi cariño, Jimin! ¡Joder!  —el mayor tomó fuertemente a el niño por las muñecas y lo besó lentamente.

—¿Cariño? —Jimin cesó con los golpes. Yoongi lo quería, y lo estaba besando... Pero estaba borracho. El pequeño logró salir de entre sus brazos y lo pateó al suelo. Yoongi no decidió levantarse, tal vez había quedado inconsciente— usted no me quiere...











innocence ♡ y.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora