innocence ♡ y.m.

12

Yoongi's Pov 

Gracias a Dios, para la mañana siguiente Jimin ya se había mejorado. Pero él siguió durmiendo. Y cómo no, yo también.

Me desperté para ver qué le faltaba, si estaba bien o si tenía algo. Pero no, nada de eso. Jimin ya se sentía mejor. El que no se sentía mejor era yo, quería seguir durmiendo.

Eran ya las once y media y no me había levantado de la cama, estando ya despierto. Esa cómoda y acolchonada cama me envolvía, me daba una comodidad increíble que hacía que me dieran ganas de no levantarme de ahi jamás, pero tuvieron que despertarme de mi cálido y hermoso sueño.

—¡Jimin, se te hace tarde para la escuela! —decía apurada mi madre, levantando a Jimin.

—Ya voy... —dijo levantándose con muchísima flojera, estaba despeinado y con saliva en toda la cara.

—Yoongi, rápido. Levántate. Debes ir a dejar a Jimin.

—No jefa. No puedo. No es que tenga sueño ni flojera ni nada por el estilo pero... Las sábanas me nombraron su rey y me pidieron que jamás las abandone —dije aún con los ojos cerrados. Y la verdad, no pienso levantarme.

—Yoongi, tienes que trabajar. Ya no eres un niño.

—Ah, ya voy pues. —me levanté de golpe, me fui a lavar la cara y cuando regresé a la habitación ya estaba Jimin arreglado, poniéndose su mochila.

—¡Apúrese Hyung! ¡Llegaremos tarde! —dijo tomándome el brazo de una manera linda. Su mano estaba cálida.

Bajamos a la cocina, tomó su pequeña lonchera y corrió hacia la camioneta. Fui por las llaves, lo seguí y abrí la camioneta. Dejé caer mi cabeza en el volante y el claxon sonó haciendo un gran "beeep".

—¡Hyung, no se duerma y apúrese, que me pondrán notificación! —dijo Jimin levantando mi cabeza del volante. Se puso su cinturón y repetí la misma acción.

Encendí el auto para conducir hacia la escuela, entrecerrando los ojos más de lo pequeños que ya los tengo. Jimin se asustaba y me gritaba todo el camino, ya que hace ya es la tercera vez que casi atropello a una señora, algún perro o un niño.

—Adiós, Jimin—dije estacionando el carro en la entrada de la escuela.

—Adiós Hyung —sonrió el pequeño, se acercó a mí y me dió un abrazo. Olía a crema con vainilla, un olor delicioso. Yo, por otro lado olía a cama sucia y aún llevaba mi pijama.

Regresé a casa y me tiré en la cama, pero suspiré al recordar que hoy tenía que recoger mi tonto proyecto y pagarle a la morra que lo había hecho por mí.

Me di un baño y me cambié, me preparé algo para almorzar y salí de casa otra vez para finalmente llegué a mi oficina. Ahí estaba el dolor de cabeza de la Jun Shin.

—¡Yoongi Oppa! Ya terminé sus trabajos pendientes y atrasados... —dijo con voz de chica linda. Aunque de linda no tiene nada. Es un horror.

—Sï, sí, como sea —dije sin preocupación, encendiendo la computadora que se encontraba al frente mío para sacar mi billetera y sacar unos billetes.

—Pero debe de recompersarme, Yoongi oppa... —dijo mirando al suelo mientras se mordió el labio inferior.

—Claro, toma —le entregué los billetes y busqué una carpeta de archivos que le enviaría a Jiyong para hacer definitivo el cambio de lugares—. Lastimosamente ya no estaremos juntos, Jiyong va a...

—No, Oppa... debe pagarme de otra forma. —la mujer dejó de hacer lo que estaba haciendo y de repente terminó sentándose entre mis piernas.

—¿Qué haces? —Pregunté algo enfadado. No me quitará mi tiempo y mucho menos impedirá que me vaya de aquí.