Anoche dormimos juntos, me desperté a las cuatro de la mañana ya que la verdad ya no tenía mucho sueño, pero soy muy flojo y quería seguir durmiendo. Aunque no me levanté solo por hacerlo, escuché que Jimin tenía sueños extraños y lloraba en ellos.
—Jimin, ¿qué sucede? —pregunté.
—Hyung... me duele mucho la cabeza. Me siento muy mal.
El pobre Jimin estaba sudando así que lo destapé rápidamente y bajé la temperatura de la calefacción, levantándole un poco la camiseta.
—Hyung por favor —suplicó— deme un remedio o algo, por favor.
Corrí hacia la cocina y busqué una caja de pastillas, traje una acompañada de un vaso de agua y se la ofrecí a Jimin. Estaba sentado en la cama sudando de pies a cabeza, aún con su camiseta levantada.
—Gracias Hyung. —tomó el vaso de agua y lo dejó en la mesita— ¡Aahh! —gritó, abrazando su estómago con sus brazos.
Aquel grito fue tan fuerte que el señor Park y mi madre en un dos por tres ya habían entrado a la habitación. Se veían adormilados y confundidos.
—Yoongi ¿qué pasó? —preguntó mamá asustadísima.
El señor Park, como siempre, no mostraba expresión alguna en su feo rostro.
—Jimin estaba sudando, le di un vaso de agua y...
Cuando volteé a verlo, estaba todo mojado.
—¡Jimin! ¿Qué hiciste? —pregunté exaltado y un poco molesto. Mojó las sábanas.
Jimin había tirado el vaso de agua en su cuerpo, no sé si realmente fue a propósito pero decidí tocarle la frente, así afirmé que tenía temperatura.
—Ma, Jimin está muy caliente, creo que se enfermó.
El señor Park abrió los ojos más de lo normal y corrió hacia donde estaba sentado Jimin.
—Llevémoslo a un hospital.
Mi madre corrió a su habitación a ponerse un abrigo y el Señor Park hizo lo mismo. Cargué a Jimin en mi brazo y me puse mis pantuflas de Kumamon mientras buscaba las llaves del auto en mi bolsillo.
—¡Tengo hambre, hyung! —pataleó el pequeño mientras chillaba.
—No tenemos comida, Jimin, te daré de comer cuando estés mejor.
—¡Dame de comer, hyung! —me gritó mientras tiraba de mi camiseta.
—No me grites, mocoso. —fruncí el ceño alejándome un poco.
—Hyung —me mordió la manga de la camiseta— quiero comer.
—¿Pero qué chingados? Aléjate, Jimin —lo solté y éste se fue corriendo al baño.
Entré con él y lo ví vomitando en la taza, como Jungkook en el MV de Blood Sweat and Tears japonés, desagradable.
—Jimin, dios, estás fatal... —le agarré el hombro para acariciárselo suavemente luego de pasarle un vaso de agua para que se enjuagase la boca, pero me empujó lejos de él.
—¡Suéltame! —gritó, limpiándose la boca para luego salir del baño tratando de huir, pero lo cargué en mis brazos y limpié sus labios con una toallita húmeda para bajar a la sala.
—Ya vámonos —dijo mi madre, tomando las llaves de la camioneta del señor Park.
Nos subimos al vehículo. Jimin estaba muy inquieto así que lo senté en el asiento de a lado y le puse el cinturón pero me pegó y se lo quitó, gritando como todo un bebé desesperante.
—¡Ya cállate un rato! —le cubrí la boca con la mano rápidamente.
—¡Hyuuuuhng! —balbuceó estando a punto de vomitar.
—¡Ay guácala, en mi mano no!
Le quité la mano de la boca, y éste la agarró de vuelta. Tomó mis dedos y comenzó a chuparlos delicadamente.
—¿Qué pedo, Jimin? —me asusté y traté de quitar mi mano, pero éste sólo la apretaba cada vez más con sus pequeños puños
Siguió haciendo aquella acción, pero cerrando sus ojos y soltando ruidos raros. Era algo bastante extraño, pero se sentía bien.
—Jimin, basta. —susurré— cochino.
—Hyung... —jadeó mientras continuaba lamiendo mis dedos de una forma muy exquisita.
Lo dejé continuar. Se sentía muy raro, pero si sólo así podía calmarlo, pues está bien. Espero que sólo sea reacción de su calentura en la cabeza.
Separó sus labios de mis dedos con un hilo de saliva. No lo encontré asqueroso... ¿qué pedo, Min Yoongi?
—Hyung... —mencionó en voz baja, pero no pude responderle ya que finalmente llegamos al hospital. El señor PreocupándosePorSuHijo cargó al niño y lo llevó a urgencias, vamos pendejo, no está tan grave.
Yo decidí sentarme en una de las sillas de la sala de espera, y de momento el señor Puñetón llegó con Jimin, que de inmediato se bajó de sus brazos para correr hacia mí.
—¡Yoongi hyung, mire! Hay jueguitos.
Había una pequeña area de juguetes detrás de una puerta de cristal. Jimin me llevó hacia allá, pero me quedé de pie en esta área.
—Ya estás grande para eso, Park. —reí recargándome en la pared. Jimin era el único idiota ahí, jugando con monitos de juguete mientras estaba a nada de desmayarse por tener la temperatura alta.
—Yoongi —dijo mi madre entrando a la sala y sacándome de mis pensamientos— trae a Jimin, por favor.
Me levanté de la silla y fui hacia donde Jimin, lo cargué y le dije que teníamos que irnos ya. Éste se intentó safar de mi agarre pero no lo permití. Lo llevé hacia la sala del doctor en mis brazos. Entramos y entonces lo bajé, pero este se escondió detrás de mi pierna.
—Buenas... madrugadas —dijo el doctor, algo adormilado, pero sonriente.
—Buenas noches, eh... —carraspeó el Señor Park, encontrándose algo nervioso— Sucedió que mi hijo Jimin comenzó a sentirse mal y decir cosas extrañas. Cuando me desperté... Estaba sudando demasiado.
El señor Park miró hacia ambos lados con desesperación y se dejó caer en una de las sillas, cubriendo su cara con sus manos. ¿Qué le pasa?
—Por favor ayúdelo doctor. No quiero que se ponga grave— dijo el señor Park. ¿Estaba sollozando?
Jimin estaba observando todo lo que pasaba curiosamente.
—Bueno, ven aquí Jimin —dijo el doctor.
Lo cargó y lo acostó en una cama. Le levantó su camisa y comenzó a tocar su estómago.
¿Por qué hace eso? Me molesta que toque a Jimin. Digo, es un doctor pero...
—A ver Jimin, ¿Cómo te sientes? —preguntó.
—Pues... Tengo mucho calor.... Y... —arqueó un poco la espalda— me duele todo... Ah.
El doctor le tocó la frente a Jimin, y sus mejillas, después le puso un termómetro. Al momento de quitárselo, se sorprendió.
—Está en 37, deben darle estas medicinas.
Se dirigió hasta un pequeño estante, sacó una libreta, escribió una receta (que con su letra no entendí ni un carajo), la dobló y se la entregó al señor Park.
—Es todo. Puede conseguirlas en la farmacia de a lado. Gracias.
El doctor no es muy amable que digamos. Es su turno de la noche y le pagaremos por la consulta, ¿Eso era todo?
Nos dirigimos a una farmacia cercana, compramos las medicinas y regresamos a casa. Jimin se quedó dormido pero el señor Park lo despertó y le dió el jarabe. Después, al llegar a casa, cayó en un sueño profundo en la cama. Me acosté con él y me quedé dormido a su lado.
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innocence ♡ y.m.
Fanfiction010217 YOONCAT © La vida de Park Jimin cambia por completo desde que Min Yoongi descubre la verdad detrás de su supuesta "inocencia". →capítulos largos ¿ →humor mexicano y ciertas veces argentino o chileno ahre →jimin 11, yoongi 20, ONU molesta.