JiEun no sabe quién es su Mamá y en su casa esta prohibido tocar ese tema; no hay fotos ni nada que le de un indicio de saber quién es.
Cuando JiEun estaba a punto de darse por vencida, descubre un dibujo que la hace sentir inquieta.
¿Será que...
La brisa de verano refrescaba el calor que se estaba sintiendo en el ambiente; MinSeok pensó aquello y por eso le dio un sorbo a su limonada al tiempo hojeaba aquella revista de espectáculos.
—No deberías de estar leyendo eso —.Alguien hablo haciendo que MinSeok diera un salto, después se bajó los lentes y observó aquel hombre que ocupaba un lugar a lado suyo—, ¡hola!
—Me has dado un gran susto LuHan —MinSeok dijo y después dejó de darle importancia al joven aún lado suyo y, siguió hojeando hasta que llegó a la página que le hizo comprar aquella estupida revista.
—Tu hermano se molestara —le advirtió aquel—, a todo esto ¿dónde está él? —dijo mientras miraba por todos lados.
MinSeok se encogió de hombros. —No lo se, con la conquista en turno —comentó sabiendo en lo que se había convertido y donde se encontraba su hermano; en algún bar con una mujer en turno.
LuHan echo un suspiro sabiendo la obviedad en las palabras del contrario; dejó de pensar en ello y se acercó más hacia MinSeok; la curiosidad le había ganado y no puedo evitar lo que el otro miraba.
—Pero si es... —no pudo terminar de decir lo que pensaba, estaba prohibido siquiera hablarlo; bueno, solo cuando su cuñado no estaba, pero LuHan era fiel a este, por eso no le gustaba que su novio retara a su hermano menor.
—Mi cuñado sigue igual a como lo recuerdo —interrumpió MinSeok a lo que LuHan pensaba.
De repente unos pasos conocidos se escucharon aproximarse y MinSeok cerró de golpe la revista que estaba mirando, la aventó en algún lado donde sabía no sería encontrada.
—¡Tío! —se escuchó el llamado de una pequeña vocecita—, estas aquí —una preciosa niña venía entrando a la salita de estar.
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—JiEun —LuHan mencionó aquel nombre y la aludida corrió en su dirección. Aquella niña de cabellos negros fue recibida en un cálido abrazo mientras su coleta en trenza se removía de un lado a otro.
—LuHan oppa, pensé que no vendrías —tarareo con alegría mostrando su sobria incompleta, porque diente que se le había caído.
—Claro que tendría que venir, estás por cumplir siete años y debo de estar aquí —el comento encantado porque en serio adoraba a esta niña—. Espero que te guste el regalo que te tengo preparado —siseo LuHan mientras le daba un ligero toque en la nariz.
—JiEun —la llamó el mayor para después mirar a su novio—, no debes de ser así con ella LuHan, está demasiado consentida —regaño MinSeok.
Y así había sido su vida por aquellos casi siete años. JongIn le entrego todo a JiEun, todo menos tiempo, aquello era algo que MinSeok entendía muy bien; su hermano quería mucho a su hija pero también podía ver el dolor y culpa en sus ojos cada vez que la veía.
