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—Está despertando, enfermera, está despertando —una voz de escucho como si estuviese muy lejana.

KyungSoo trato de abrir los ojos pero cuando comenzó a reaccionar, la cabeza la pesaba y dolía a horrores, la luz que se filtraba poco a poco a través de sus párpados era deslumbrante, eso hacía que el dolor se triplicara.

—Venga a revisarlo, por favor —esa era la voz de su Papá—, ¿cree que va a estar bien?

El doctor se acercó y cuando abrió los ojos vio el blanco de las sábanas que lo cubrían.

—Al parecer está bien, tuvo una recaída por agotamiento —escuchó al médico informas— ha estado teniendo mucho estrés y solo es el agotamiento que le hizo llegar a su límite —aquel comenzó a explicar y KyungSoo apenas lo pudo visualizar.

—¿Va a estas bien? —escucho a su Papá preguntar—, ¿cuantos días tiene que estar aquí.

—Lo estará, el joven Do solo necesita reposo —aquel echo una risa—. Puede irse en cuanto el suero se haya terminado, déjelo descansar al menos una semana y después de eso seguirá siendo el "ángel de corea".

Cuando el aturdimiento se desvanecía, vio que su papá se encontraba ahí y junto con el médico le ayudaron a acomodarse. El médico también lo revisó diciendo al final que todo estaba bien y el dolor se iría poco a poco; al parecer había estado dormido un día entero.

Tanto tiempo, ¿quizás si estaba muy estresado pero no se había preocupado por detenerse?

JiEun.

Ese nombre pasó por su mente cuando se preguntó el motivo por si estrés. El que SeHun junto con él fuesen descubiertos y ese paparazzi sacara las fotos de ellos dos juntos, después el accidente de... su hija.

Trago duro, la garganta estaba seca y la boca tenía un sabor amargo.

JiEun era probablemente su hija. Solo tenía que confirmarlo, pero algo se lo gritaba, la manera en cómo JongIn la abrazó y ella le gritó "Papá", con alegría por su reencuentro.

Todo ese tiempo estuvo con su hija y, él no se había percatado... ¡demonios! Hasta pensó en adoptarla, como iba a hacer eso si era carne de su carne, era esa bolita rosada con una y apenas mata de cabello que dejó siete años atrás en casa de JongIn... era la dueña de esos zapatitos que tanto atesoraba y estaban guardados en el fondo de su armario.

¿Ella había venido hasta aquí para verlo o quizás se perdió? No sabia, pero aún así por cosas del destino habían terminado juntos y, ella estuvo apunto de tener un accidente tan trafico.

YunHo noto la reacción de su hijo, cuando comenzó a temblar con intenciones de sollozar, supo que era momento de hablar

—Muchas gracias doctor Sang —lo alentó a salir y aquel entendió.

—No es nada señor Do, estaré por aquí si es que su hijo necesita algo —el aludido se despidió con una inclinación y salió de la habitación.

KyungSoo no miro a ambos ya que todo el tiempo después de que se reincorporo, se la pasó mirando hacia la ventana. Ya era de noche y lo notaba por las luces de la cuidad.

—Entonces...

KyungSoo tembló ante aquellas palabras, su padre lo sabía y eso lo estaba haciendo temblar. Él lo iba a reprimir, muy muy cruel.

—Papá yo no lo sabía —respondió en un hilo de voz, la boca la sentía seca y la cabeza no dejaba de dolerle, pero ya no era tan intenso como cuando despertó—, yo no sabia que ella era...

—Lo se —interrumpió echando un suspiro—, ese hombre me lo dijo todo. La Niña escapo de casa y por cosas del destino que topo contigo... pero KyungSoo —le miró con ojos serios— ¿tener que armar todo ese teatro de un reality show? —esa cuestión era más que un regaño que hizo estremecer a KyungSoo.

P A L E T T EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora