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Continuación: Charles Xavier || Daria mi vida por ti.
—¿Hank?— Entraste al lugar en donde McCoy se la había pasado todo el mes metido. Varias herramientas se encontraban esparcidas por el piso.
—¿Qué pasa___?—Se limpió las manos en el pantalón. Una sonrisa apareció en tus labios. Aun seguía presente la plática que habían tenido tú y Charles hace un mes. Sinceramente Hank era guapísimo. Posiblemente llegaba a sobrepasar la belleza que tenía Erik. Si tan solo Lehnsherr hubiera sabido ser más maduro. Posiblemente no solo contaría con una belleza física. Pero lamentablemente prefirió el camino equivocado.
—Quería hablar contigo—Te acercaste. Hank solo te observaba desde su lugar. Tenías que admitir que te encantaban sus expresiones nerviosas. Cualquier comentario o hasta la simple presencia de alguien, fuera quien fuera, ponían a Hank nervioso.—Quiero que dejes de crear esa cosa con la que Charles se ha hecho adicto.—Señalaste los tubos de ensayo. Hank dio una rápida mirada.
—Charles...es complicado—Se encogió de hombros—Eres su hermana, ¿Por qué no vas y le dices tú?—Volteaste los ojos.
—Por eso mismo. Soy su hermana. Posiblemente tengamos esa conexión, pero no dejaremos de ser hermanos que en todo momento... se llevan la contraria. —Pellizcaste el puente de tu nariz.—Mira Hank, me prometí hacerlo feliz por sobre todo. Ya hice hasta lo imposible por intentar encontrar a Moira...pero es imposible. Odio verlo de esa manera.—Tu voz se cortó gracias al nudo que se había formado en tu garganta.— Lo amo y por mismas razones odio que se esté refugiando en el alcohol y esa cosa.—Limpiaste las lágrimas que habían empezado a salir.— El necesita entender que el no volverá a ser ese Charles que tanto desea. Y realmente, no me estas ayudando en nada dándole esa cosa—Hank se acercó hasta estar frente de ti. Sus manos rápidamente tomaron tu cuerpo.
—Charles está bien, solo deja que calle sus demonios por un rato—Acaricio tu mejilla. Mas lagrimas resbalaron por tus mejillas, provocando que Hank te atrajera a su pecho. El latir de su corazón te calmo por un momento.. Sus manos recorrían tu espalda, dando pequeños masajes, los cuales ayudaron a relajarte y olvidar por un momento todo.
—No entiendo el odio que Charles le tiene a su mutación—Hank deposito un beso en tu cabeza.—Solo necesito descansar—Hank apretó el agarre en el abrazo. Te sentías tan bien.—Solo te pido eso—Te separaste de aquel reconfortante abrazo.—Gracias por todo.
Hank tomo tus hombros y se concentró en tus ojos.
—¿Segura que estarás bien?—Asentiste lentamente.—Siento que no estás diciéndome la verdad—Acerco su cuerpo al tuyo.
—Siempre te he dicho la verdad, no suelo mentir—Posaste tu mano sobre su mejilla.
—Entonces dime lo que deseo escuchar—Presiono su frente contra la tuya. Tus mejillas se ruborizaron por el atrevimiento de Hank.
—¿No crees que es muy pronto?—Mordiste tu labio, provocando que Hank remojara sus labios.
—Para mí no, creo que es el momento indicado.—Sin rechistar, terminaste de acortar el espacio que los separaba. Los labios de Hank atraparon los tuyos fundiéndose en un tierno beso. Tus manos se apoderaron de su cabello. Un pequeño gemido escapo de la boca de Hank.
—Prométeme que jamás me lastimaras.—Hank volvió a unir sus labios.
—Jamás—Sonreíste. Le diste un último beso antes de separare de su fuerte agarre y salir por la puerta del laboratorio con una enorme sonrisa.
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Continua tu lectura. —>
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