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Esa noche. Cristal tenía una calma interna, por fin podía decir que estaba bien con Marco y que haría lo posible por tenerse el uno al otro.

Marco estaba contento, más que contento, tenía una felicidad del suelo a la luna.

La mañana siguiente, Cristal despertó un poco más temprano y decidió admirar el rostro dormilón de su chico, del que deseaba que fuese su chico.

El timbre de la casa del español sonó y la castaña bajó corriendo. Se encontraba apenas con una camiseta blanca del chico y un short negro.

–Buenos días –Reconoció a la chica de la noche anterior– ¿Marco está? Soy Rebecca.

–Marco está... –Vió a las escaleras y se encontraba bajando– Dormido, así que adios.

Cerró la puerta y el chico miró de reojo a la ventana.

–¿Que hace Rebecca aquí?

Frustrado, salió a hablar con la chica.

A Cristal no le agradaba del todo esa chica. Por alguna razón inexistente sabía que no llevaría una buena relación con ella.

Marco y Rebecca conversaron durante un rato y la chica salió satisfactoria del lugar. Y eso le traía mala espina a la gijonesa.

–Nos invitó a una cena está noche –Marco cerró la puerta–

Él es tonto ¿o se hace? Pensó Cristal.

–Nos dirás oh está bien o simplemente no quiero ir.

–No quiero ir, y tú tampoco irás –Y a Marco le gustaba esa actitud posesiva–

–Que linda es mi ñiña celosa –Besó su nariz y ella solo rió por lo bajo– ¿Que quiere comer mi ñiña?

A ti... Sacudió su mente y se fijó en él. Sin camisa, apenas con sus jeans de la noche anterior. Cada músculo e incluso el más pequeño se notaba con gran adulterio.

Cristal se le acerco por detrás y lo abrazo.

–No sé que haría sin ti ahora –Soltó sin pensarlo–

No se arrepintió de decirlo, era la verdad, había pasado por unas cuantas cosas que sabía que sola, no podía asimilarlo.

Observó como al mallorquín preparó todo el desayuno, lo disfrutó con mucho agrado realmente.

{...}

Ese mismo día, decidieron ir al Parque del Retiro.

Marco había etiquetado a ese paraíso como su lugar preferido en el mundo.
Y por eso trajo a Cristal.

Cristal no dejaba de ser una chica tímida y ante Marco lo seguía siendo.
Llevaba puesto un jean un poco más arriba de su cintura, un crop top de color blanco y un par de zapatillas negras, añadiéndole a este unos lentes de sol y un bolso entrecruzado negro también.

Cómo era de esperarse, ambos disfrutaban de estos momentos como cualquier pareja con aquella ilusión de estar juntos.

Cristal no dejaba de hacerse aquella pregunta ¿Por qué no me pide que sea su novia?

Y Marco también se hacía una incógnita ¿Aceptará mi petición?

No querían arriesgar esto que tenían, pero a la vez daban todo por estar juntos, poder hablarse cursi, poder amarse, besarse y dar aquello que nunca se ha dado por alguien.

–¿Y Denis?

–No he sabido de él en días, de seguro está con su NOVIA Sandra
–Resaltó el novia

–¿T...Tiene novia?

–Así es. Nunca me dejaste explicartelo y eso me enojó mucho
–Dice Cristal tirándole al rostro una palomita– ¿Y Rebecca?

–Marcelo y Clarisse querían ayudarme a ver si conseguía a alguien como tú, e incluso mejor, pero... Rebecca no es la indicada.

–¿Y quien se ha ganado la lotería contigo entonces? –Ríe Cristal–

–Te daré tres pistas. 1: es muy chillona y le encanta hacerme reír. 2: tiene un jean y crop top blanco. Y la última 3: está enfrente de mi.

–¡Wow! Que casualidad, tenemos un pato con el pecho blanco pero no tiene jeans, eso sí tie...

Y la besó. Así de la nada, con las esperanzas de que a Cristal le encantará el beso.

–Tienes los ojos más bonitos del mundo –Cristal comenzó a acariciar sus mejillas y miraba como si fuese el último momento en su vida de hacerlo–

–Tu eres hermosa. En todo... Me dejas loco siempre.

–Vaya vaya...

Sé mi favorita [Marco Asensio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora