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Nos encontrábamos en el velorio. Cristal se sentía mal, no paraba de llorar, desde que llegamos a Gijón.

Nos levantamos temprano y los padres decidieron darnos hogar hasta mañana.

Su madre estaba un poco calmada pero su padre perdía la cordura ante la situación.

Todos se alteraron al ver a sus amigos y decidieron sacarlos del lugar.

–¡ERES UN MALDITO IDIOTA! –Golpeó Cristal a un chico que se encontraba afuera de la funeraria– ¡Por tu culpa ya mi hermano no respira!

Pero este individuo reaccionó mal y forcejeó su brazo.

–Hey hey –Digo y lo separo de Cristal– Vete de aquí. Haz hecho mucho con matar a un ser.

–¡Ja! Él mismo se suicidó, se mató por tus padres, ellos lo despreciaron desde que cumplió los 18 años.

Y Cristal se abalanzó a él y lo golpeó de cualquier manera. Se veía tan agresiva hasta que los separé.

–Vuelve a... –Suspiro– A hablar así de Bruno, irás al infierno por tantas muertes que haz causado.

–Bien, me parece bien. Ya tengo nueva víctima.

Se alejó de todos y desapareció, Cristal se asustó más.

Ambos nos miramos, se encontraba asustada y perdida con todo esto.

{...}

Aún quedaba en la memoria, el amigo que ayer apodó Cristal a Marco.

¿Todavía podía asimilar eso?

No tenía con quien hablar al respecto, sólo con su madre pero una llamada telefónica no sería lo mejor para demostrar el recondito amor que le mantenía a la española.

Pero si sabía, que había alguien más. No podía definir quien era esa persona, simplemente no lo conocía pero suponía que para llamarlo a él así existía otro ser que le moviese el mundo por así decirlo.

Llegaron a Madrid tras el velorio: Cristal tenía universidad y Marco ya no podía faltar un día más, si no estaría fuera de la convocatorio para el partido del sábado.

Dejó a Cristal en su casa y se despidieron con un beso, involutario, que nació de aquellas miradas y toques que se dieron a conocer durante el viaje.

Estacionó su auto en la casa de Marcelo, pensó que podía ayudarlo un poco para analizar sus sentimientos.

Observó que el lugar se encontraba tranquilo, se estacionó después de pasar el portón y tocó el timbre a quien se topó fue Enzo.

–Papá está en la sala –Dice, le asintió al pequeño–

–Hey –Dice Marco y el brasileño se giró con Liam en brazos, ambos llenos de comida– Pensé que estarías menos ocupado.

-Clarisse está en una reunión de la escuela, pero me gusta que estés aquí, me ayudarás con Liam –Dice y obligó a tener al pequeñito en brazos que sólo se dignó a tocar el cabello oscuro de Asensi– ¿Qué pasa? ¿Es Cristal?

–¿Cómo supiste?

–.–El ruloso sonó sus dedos– Esperaba esto por muchísimo tiempo, exactamente desde que se conocieron.

–Siento que... –Se sentaron cerca de la piscina– Que le gusta otra persona, sé que hay algo, y quiero saberlo pero imaginar que esta encantada por otra persona, es terrible ¿entiendes?

–Ya ni sé que hacer contigo –Suspiró– ¡¿ERES IDIOTA O TE HACES?! Cristal gusta de ti. Te quiere siempre a su lado, te quiere para ella y le importas cómo no lo imaginas. Debes decirle lo que sientes...

–¿Y si sale mal?

–Hiciste el intento de declararte, porque después te arrepentirás y estará con otro chico –Dice– ¿Es razonable? ¿No crees?

Sonó mi celular –Es Cristal.

Y si, obvio que era ella y atendí rápidamente.

Marco te necesito...

Sé mi favorita [Marco Asensio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora