CAPITULO 3
EL ACCIDENTE
Hacía una semana que Gu Jun Pyo había partido hacia París. Jan Di tenía cierto recelo cuando se fue, temiendo una separación parecida a la ocurrida cuando se marchó a Macao. Afortunadamente, Tae In no había ido en el viaje, por lo que por ese lado estaba tranquila. Gu Jun Pyo había estado al pendiente de ella, y a diferencia del último viaje, había estado en constante comunicación.
A la siguiente semana de su partida, la presidenta Kang mandó llamar a Jan Di a su residencia. Jan Di se extrañó de esa llamada, sin embargo acudió puntual a la cita a la mañana siguiente de su llamado. La presidenta Kang le explicó que al ser la prometida oficial de Jun Pyo, ella tendría que asistir a eventos en representación de él. En este caso, el Grupo Shinhwa tenía empresas en casi todo Corea del Sur, por lo que no eran raros este tipo de eventos. El evento, una inauguración de un centro comercial, se realizaría en la ciudad de Gangwon. La presidenta Kang le pidió a Jan Di que estuviera lista, ya que sería trasladada al día siguiente en el helicóptero particular del grupo. Jan Di, en contra de su propia voluntad, acepta asistir. Lo hace únicamente para evitarle problemas a Jun Pyo. No tiene idea de que hacer o decir, pero decide hacer su mejor esfuerzo.
A la mañana siguiente, Jan Di aborda el helicóptero que la llevará a Gangwon. Le acompañaban un asistente y un guardaespaldas. El día anterior por la noche había podido hablar con Jun aunque no le mencionó del asunto. Quería darle la sorpresa de que había asistido por sí misma al evento y que había sido un éxito. Se había vestido y peinado lo más formal que había podido y memorizado un discurso que tendría que decir al momento de la inauguración. En el camino estaba nerviosa, pero decidida. Ese día estaba pronosticado un tifón para ciertas ciudades de Corea y mal tiempo en general para el país. El día amaneció nublado pero era posible viajar aún. No tuvo contratiempos en llegar a la ciudad y estar en el evento. Al término de este, pudo charlar con personalidades del mundo de los negocios y darse a conocer. Por dentro, se sentía orgullosa de su logro. Justo cuando finalizaba el evento, su asistente, el señor Wu, le comentó que tendrían que quedarse en la ciudad debido a que el mal tiempo no les permitía volar de regreso a Seúl. Jan Di no deseaba quedarse en esa ciudad por más tiempo por lo que preguntó si no había alguna otra opción. El guardaespaldas le comentó que podrían regresar en auto, más sin embargo tardarían un poco y llegarían ya tarde, todo dependía de las condiciones de las carreteras. Jan Di no dudó en tomar esta opción. La presidenta Kang estaba enterada que se quedaría en Gangwon hasta que el mal tiempo pasara, sin embargo, no estaba enterada que su futura nuera decidió no quedarse y marcharse.
Las condiciones en las carreteras eran muy malas, la lluvia era copiosa y al estar rodeada de montañas, montones de lodo se formaban, haciendo difícil el avance. Llevaban 2 horas de viaje. El auto de Jan Di se movía rápido aún con todas estas dificultades. El guardaespaldas, que hacía funciones de chofer, no tenía experiencia en manejar en suelo mojado ni en situaciones extremas.
Quizá por eso no se dio cuenta.
Quizá por eso no se preocupó cuando pasó el letrero de precaución.
Quizá por eso no se dio cuenta de que un auto venía zigzagueante al frente de ellos.
Utilizando sus reflejos, maniobró con la guía para evitar el impacto, pero lo único que logró fue que el auto diera volteretas, sumando a ello la caída a un barranco. 2 de los ocupantes del auto, muertos instantáneamente. Jan Di estuvo consciente unos minutos, los suficientes para darse cuenta que tenía que salir de ahí. Como pudo, se quitó el cinturón de seguridad y se arrastró por el lodo unos metros, y pudo ver como el auto explotaba. La luz la cegó por un momento y el dolor que sentía en todo el cuerpo la llevó a la inconsciencia.
Dos agricultores regresaban a su hogar rápidamente. El mal tiempo no les había permitido llegar a la ciudad, por lo que optaron por regresar. Caminaban despacio, entre lodo, árboles tirados y agua que corría a raudales. A lo lejos, escucharon un ruido como una explosión. Inmediatamente se acercaron a donde lo habían escuchado y pudieron ver fuego. Se acercaron lo más que pudieron y notaron que era un auto, aparentemente con sus ocupantes muertos. No podían hacer nada. Estaban a kilómetros de la ciudad más cercana, y en su poblado carecían de teléfono o medio para comunicarse. Solo esperaban que alguien pronto viniera a tomar cuenta del accidente. Uno de ellos mencionó que con el tiempo como estaba, era difícil que alguien pudiera venir pronto. Empezaban a retirarse cuando cerca de ellos escucharon un quejido. Fueron buscando y ahí, tirada entre el lodo, encontraron el cuerpo de una mujer extremadamente golpeado y con sangre. Sin embargo, al acercarse pudieron notar que estaba viva. ¿Qué hacer? Se preguntaron. No la podían mover. No la debían mover. Sin embargo, no había tiempo. Con ramas y troncos pudieron armar una especie de camilla a donde la pusieron con mucho cuidado y con la rapidez que pudieron, la llevaron a su población, escondida en los bosques de Corea del Sur.
Los dos hombres que habían encontrado el cuerpo de Jan Di, la llevaron a la casa de lo más parecido que tenían a un doctor. Era una mujer que con hierbas, hojas y ungüentos caseros curaba a los pobladores del pequeño pueblo de Ibsan. Al ver el estado del cuerpo de Jan Di inmediatamente se dio cuenta que no tenía muchas oportunidades de salvarla, sin embargo, ella era la única opción en ese momento por lo que haría su mejor esfuerzo. Al terminar de ponerle ungüentos y limpiarle las heridas, se dio cuenta que ardía en fiebre. Los 2 agricultores permanecían en el lugar esperando noticias o instrucciones de que hacer por esa mujer. La vieja curandera con tono grave les dijo que si querían que se salvara necesitaban un doctor, un doctor de verdad. Y el más cercano se encontraba a muchos kilómetros de ellos.
Sin embargo, ese día, un doctor se encontraba en el poblado. Había ido de visita, como hacía siempre a los poblados cercanos para aplicar vacunas y revisar a la población. Ese día le había tocado ir a Ibsan, pero debido al mal tiempo, no había podido salir de ahí. Corría el peligro de que su pequeña y destartalada camioneta se quedara en el camino. Los dos hombres fueron avisados de esta visita por el hijo de la curandera, que lo había visto llegar. Uno de ellos inmediatamente corrió al lugar en donde le habían dicho que se encontraba y le pidió ir urgentemente a revisar a una enferma de gravedad. Casi arrastrado, el joven doctor fue diligentemente a revisar al enfermo. Los pormenores le fueron dados mientras caminaban apresuradamente, que parecía haber estado en un accidente de auto, que milagrosamente había logrado sobrevivir, que no sabían quién era ya que no tenía pertenencia alguna entre sus ropas, que el auto en el que parecía viajar había quedado completamente destruido y que no parecía haber sobrevivientes.
El doctor se preparó mentalmente para cubrir la emergencia. En su botiquín llevaba lo necesario para poder hacer un diagnóstico así como curar algunas heridas. Lo pasaron inmediatamente al cuarto en donde se encontraba la enferma. Jamás se imaginó lo que encontraría. Jamás se imaginó que el corazón le volviera a doler tanto. Yoon Ji Hoo jamás se imaginó encontrarse con Jan Di nuevamente de esa manera.
CONTINUARA
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Destino Inevitable
FanficSegunda parte de Boys Over Flowers (versión coreana). ¿Qué pasó con las vidas de los F4, Gu Jun Pyo, y Geum Jan Di? Aquí mi versión, ya que el final del drama no me gustó nada.