CAPITULO 6
EL DESPERTAR
La búsqueda resultó infructuosa. No había rastros de ningún cuerpo en las cercanías, tendrían que revisar los restos del auto en el barranco a ver si tenían suerte. Gu Jun Pyo veía la escena como en una película. Oía que le llamaban, pero lo oía muy lejos. Su mirada estaba fija en el vacío. Nunca pensó volver a vivir la angustia de perder a Jan Di. Esta vez parecía que no tendría suerte. Alguien le sujetó la mano y lo llevó a un auto. No objetó. Simplemente se dejó llevar. Cerró los ojos dentro del auto y las lágrimas contenidas fluyeron. El auto se puso en movimiento hacia la ciudad.
La señora Chan encuentra a Jan Di despierta. Se alegra muchísimo por ella y se acerca. Le pregunta si se encuentra bien, si le duele algo, a lo que Jan Di contesta preguntando en donde se encuentra y que había pasado. La señora Chan no sabe qué decir, le dice que se mantenga en calma, que irá por el doctor. Jan Di hace un esfuerzo por recordar, nada. Trata de recordar algo, pero nada le viene a la mente. ¿Cómo se llama? No lo recuerda. Se siente desorientada, algo alterada por la voz que hacía poquito le había llamado. No recordaba bien, pero ella sabía que a ella le llamaba. ¿Qué estaba pasando? Un fuerte dolor de cabeza la aturdió.
El doctor Ji Hoo entra intempestivamente al dormitorio. Cuando la ve despierta no puede evitar una sonrisa. Pero se extraña que Jan Di no respondiera a ella. De hecho, parece no reconocerlo. Ji Hoo se acerca y le pregunta como está, conteniendo sus ganas de abrazarla, mientras checa sus signos vitales. Jan Di le pregunta quién es él. Ji Hoo se detiene de golpe y la observa. Le pregunta su nombre a lo que Jan Di no sabe que responder. Ji Hoo la mira con ojos desesperados. Le pregunta la fecha, que es lo que hace, si recuerda a sus padres, a lo que Jan Di responde negativamente. Ella se desespera y empieza a llorar. El doctor le dice que la revisará más, que no se preocupe, que probablemente es debido al accidente. Al oír esto, Jan Di pregunta que sucedió a lo que Ji Hoo le responde muy brevemente que tuvo un accidente de auto, pero que no sabía las causas. Ji Hoo le aplica un calmante mientras habla con ella, lo que hace que nuevamente vuelva a dormir.
El doctor se retira a su despacho muy preocupado. Empieza a revisar sus libros, para confirmar su diagnóstico. Pérdida de memoria. Ya antes le había pasado a Jun Pyo pero de otra manera. Ahora parecía tenerla Jan Di. Ella tendría que llevar terapias para poder recuperar sus recuerdos, si es que algún día lo hacía. Ji Hoo pensó en sus amigos, los F4. Pensó en Jun Pyo. Nuevamente el destino separaba a Jan Di de él. ¿Es que acaso no estaban destinados a estar juntos? Pensó para sí. Mirando por la ventana, a través de la lluvia, lamentó la suerte que habían tenido y se preguntó si ya era tiempo de dejar de forzar una relación que parecía no tener final feliz.
La señora Chan observó la escena del encuentro del doctor con su esposa. Aparentemente había habido problemas entre ellos ya que el doctor se había portado muy profesional hacia ella. Frío de alguna manera. La señora Chan, con el paso de los años, había aprendido a leer las acciones y gestos de los demás. Con la curiosidad a flor de piel, quería saber más de lo que había pasado entre ambos, pero desgraciadamente no había fuente de donde enterarse. Sin embargo, se propuso ayudar a ese doctor, solitario y melancólico, a recuperar su felicidad. Sabía que seguía amando a su esposa, por lo que lo ayudaría a recuperarla. Estaba decidida.
Gu Jun Pyo permaneció un día más en Gwangon esperando las noticias de la expedición. Finalmente, la terrible verdad le llegó y cayó como un balde agua fría: No había sobrevivientes. Se habían encontrado restos humanos, pero no podían identificarlos debido a las condiciones en que se encontraban. Tardarían meses. Por último, se le hizo entrega a Jun Pyo de una bolsa de mujer, la cual se suponía era de Jan Di. Contenía algunas cosas personales y una identificación. No había más por hacer. Jun Pyo, recibió las noticias con frialdad. Sus ojos inexpresivos no mostraban emoción alguna. El director Jung, quien había viajado a Gwangon con él, fue quien se hizo cargo de la autoridad. Apenas se retiraron de la habitación en que se encontraban, Jun Pyo dio rienda suelta a su furia, rompiendo todo lo que estaba a su alcance y gritando de dolor. No podía creerlo, no podía ser. El director Jung tuvo que tomarlo con fuerza para impedir que se lastimara a sí mismo también. No pudo evitar llorar junto con él. Había estado junto a Jun Pyo durante mucho tiempo, podía sentir su dolor. Solo esperaba que Jun Pyo se recobrara pronto y saliera adelante.
Pasaron 2 meses después del accidente. Las lluvias ya se habían detenido momentáneamente y la señal de comunicación había vuelto al poblado de Chibuk. En ese tiempo, Ji Hoo había podido ser contactado por Wo Bin, en dónde éste le había informado lo que había sucedido. Ji Hoo no comentó que Jan Di se encontraba con él. No podía. De alguna manera sabía que Jan Di estaría mejor con él. Por lo que siempre se auto calmaba diciendo que no diría nada hasta que Jan Di estuviera totalmente recuperada. Sabía muy bien que exponerla ahora, en las condiciones en que se encontraba, sería dañino y perjudicial para ella. Todos los días, Ji Hoo se decía que al día siguiente sabría que hacer... y así había pasado tiempo. Por medio de la televisión (la única de la casa, que se encontraba en su despacho), se había enterado de la trágica muerte de la prometida del heredero del Grupo Shinhwa. En las imágenes podía ver a un afligido Jun Pyo y a su lado una mujer a la cual no reconocía. Se extrañó mucho de esa presencia, la cual parecía no dejar a Jun Pyo un momento. ¿Quién sería? Por otro lado, se sentía un poco culpable el no haber llamado a Jun Pyo para ofrecer condolencias. Pero no podía. Más sin embargo, se había prometido a sí mismo, llevarle a Jan Di si algún día ella quedaba bien y lo pedía ella misma. Con este pensamiento, vivía todos los días.
En ese mismo período, Jan Di había mejorado bastante. Ji Hoo al hablar con ella, le había comentado que él la conocía, que se llamaba Geum Jan Di y que era doctora. Sin embargo, Jan Di no recordaba nada, no lo recordaba a él y mucho menos su profesión. Aunque si recordaba sus conocimientos básicos, tales como leer o escribir, pero no tenía ningún recuerdo emocional. También le había preguntado cómo había tenido el accidente, a lo que Ji Hoo le contestaba que probablemente sucedió en su camino a visitarlo. Y de ahí ya no daba él mayor información. Le decía que no se esforzara, que poco a poco la memoria regresaría. Ji Hoo estaba con ella casi todo el día verificando sus progresos en aprendizaje. Por alguna razón, Jan Di se sentía cómoda con el doctor, lo que quizá confirmaba que ya lo conocía de antes. Sin embargo, no encontraba similitud con los sueños que tenía, en donde podía sentir y oír a alguien, que no era el doctor. De estos sueños no hablaba.
En esos días, Jan Di había mostrado interés por las artes plásticas, por lo que Ji Hoo le había proporcionado papel y lápiz para dibujar. Esto le servía de terapia a ella, ya que intentaba plasmar en ellos lo que veía o lo que trataba de recordar. Al paso de los días, Jan Di empezó a dibujar más, e inclusive ya pintaba en lienzos. Un buen día, mientras intentaba hacer una pintura de su pequeño jardín, la señora Chan se le acercó con una bebida refrescante. La señora Chan se había convertido en su compañera mientras el doctor trabajaba. Ella le platicaba mucho acerca del doctor, por lo que gracias a ella había podido llegar a conocer un poco a Ji Hoo. Ese día, la señora Chan le llevaba un libro en particular. Le dijo a Jan Di que lo abriera, porque ahí había una sorpresa para ella. Jan Di observó el libro con atención. Era un libro de arte, ilustrado con pinturas famosas. Al abrirlo y hojearlo maravillada, encontró entre sus páginas una foto. Observó a la señora Chan con extrañeza y tomó la foto con sus manos. Ahí, plasmado en el tiempo se encontraba ella con el doctor Ji Hoo vestidos de novios.
-Sí señora – le dijo la señora Chan. Usted es la esposa del doctor.
CONTINUARA
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Destino Inevitable
FanfictionSegunda parte de Boys Over Flowers (versión coreana). ¿Qué pasó con las vidas de los F4, Gu Jun Pyo, y Geum Jan Di? Aquí mi versión, ya que el final del drama no me gustó nada.