EL MATRIMONIO

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CAPITULO 13

EL MATRIMONIO  

La mente de Jun Pyo funcionaba muy rápido. Trataba de ordenar sus pensamientos. Que era lo que estaba pasando. Estaba frente a Jan Di, ¿pero no era Jan Di? ¿Se estaba volviendo loco? No, no podía ser. La acababa de tocar, estaba seguro que era ella. Muy seguro.

Jan Di continuó hablando.

– Hace unas horas le llevé el cuadro, solo quería asegurarme de que llegara en buen estado. Es una obra muy preciada para mí y... -

Gu Jun Pyo la interrumpió.

– El cuadro. ¿Tú lo pintaste? – Jan Di asintió. Gu Jun Pyo, aún muy cerca de ella escondió sus manos para evitar abrazarla de nuevo. No quería asustarla.

– ¿Por qué lo pintaste? ¿De dónde? -

Jan Di quedó pensativa. ¿De su mente? ¿De sus recuerdos? Ni siquiera estaba segura. Finalmente, dijo una mentira.

– vi la imagen en una revista y me gustó. --

Gu Jun Pyo tenía la esperanza de que le dijera la verdad. Que la había pintado porque él la había llevado ahí hacía ya tiempo... tal pareciera que hubieran pasado muchos años de ello.

El muchacho la siguió observando. Moría por besarla, tenía tanta sed de ella que se contenía no sin esfuerzo. Ambos se encontraban bajo el paraguas de Jan Di. Ella ya se sentía también inquieta de tener a ese hombre tan cerca y más sabiendo el efecto que había causado en ella desde la fiesta.

El teléfono de Jan Di comenzó a sonar, rompiendo el momento. Jun Pyo carraspeó y se retiró unos pasos. ¿Por qué Jan Di no aceptaba quién era?

La chica contestó con prisa. Era Ji Hoo preguntándole donde estaba. Jan Di le contestó rápidamente diciéndole que iba para allá. Gu Jun Pyo la observa nuevamente con rostro ansioso.

-Tengo que irme – le dice Jan Di a Jun Pyo y al ver que éste aún se queda observándola empieza a caminar. Pero al querer pasar por su lado, Jun Pyo la toma del brazo firmemente y la detiene.

– No puedes irte aún... tenemos mucho que hablar.-

Jan Di lo mira con molestia. No entiende que más puede querer.

– lo siento, tengo que irme, me esperan. –

-¿Quién te puede esperar? – le grita un Jun Pyo ya desesperado. Su carácter explosivo ya saliendo a flote. Ha encontrado a Jan Di, no puede dejarla ir. ¿Y si la vuelve a perder?

-Suélteme o llamo a la policía – le indica Jan Di con firmeza, su mirada fija en donde la tiene agarrada. Jun Pyo aún le sostiene el brazo. 

-Me está lastimando – le indica Jan Di. Al oir esto, el hombre la suelta con cierta resistencia. 

JanDi suspira y le dice. – Sé que le recuerdo a alguien, aparentemente muy querido para usted – observa a Gu Jun Pyo quien la mira con ojos suplicantes ahora. Tomando un poco de aire, continúa. 

– Pero yo a usted no lo conozco, discúlpeme. - En el fondo, Jan Di quisiera ser esa persona que Jun Pyo busca, y se pregunta quien será esa mujer que puede causar tales sentimientos en ese hombre. 

Diciéndole esto, Jan Di detiene un taxi que en ese momento venía y se sube. Jun Pyo la observa con ojos muy tristes y ve como el automóvil se aleja.

Por el momento la deja ir, sabe dónde encontrarla ahora. Está muy confundido con ese encuentro, necesita arreglar sus pensamientos y averiguar qué es lo que pasa. Tal pareciera que Jan Di no tiene memoria de él... ¿Es que acaso la perdió? ¿Cómo llegó a Nueva York? Tenía tantas preguntas que sentía que iba a enloquecer. 

Destino InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora