Capítulo 22: Un Poco Tenso

7.5K 734 59
                                    

Al entrar nos quedamos mirando todo el tiempo, sin movernos de la entrada, con la ropa empapada y con la incomodidad en el aire.

—¿Tienes toallas, Farren? —pregunta Jennifer—. Estoy empapada hasta los tobillos.

—Ya, se te ve el sujetador —dice él con una sonrisa.

—Oh, vaya, eres bastante inteligente —el sarcasmo se ha apoderado de ella—. Ahora, si tu cerebro llega a más, necesitamos toallas. ¿Dónde está el baño?

—Al fondo del pasillo a la izquierda.

—Gracias —rodea los ojos y se va por el pasillo, donde habla en voz alta para que la oigamos—. ¡Yo entro primera al baño!

—¡Deja tres toallas en la puerta para nosotros! —le pido y lo hace.

Nos acercamos y recogemos las toallas. Nos intentamos secar un poco, pero no es suficiente, la ropa está más que empapada y necesitamos que se seque de alguna forma. Tender la ropa no va a poder ser, el clima no haría nada.

—Farren, ¿tienes secadora? —le pregunto.

—Sí, al lado de la cocina. ¿Es que quieres echar ahí la ropa?

—Algo es algo, así se seca y, cuando pare la lluvia, nos vamos secos.

—Ahora la echáis todos, pero primero secaros. Hay un baño de invitados aquí al lado, me voy a secar y luego vas tú, Marth.

Se va al baño y nos quedamos solos Ricky y yo, goteando como grifos sin cerrar bien. Lo miro y observo su cabello mojado, su camisa empapada que se pega a sus músculos definidos...

Que no se te vaya la mirada, Marth. Que no se te vaya...

—No tengas miedo de mirar —vuelvo a ir a sus ojos y veo que sonríe pícaro, como si supiera lo que estaba a punto de hacer—. Puedes mirar cuanto quieras, ya lo has visto todo.

—Yo... Esto... —se acerca y apoya sus manos en mi cadera, pegándome más a él.

—Si quieres, cuando haya un baño desocupado, podemos secarnos juntos —muestra sus dientes blancos.

—Yo... No sé si debería entrar contigo con gente aquí, eres una caja de sorpresas.

—Parece que ya me conoces bien —apoya su frente en la mía y mi sonrojo es más que notable.

—Marth, ya puedes entrar —me avisa Farren y yo entro como una bala, sin mediar palabra con ninguno por el camino.

Cierro la puerta, respirando hondamente e intentando que desaparezca mi sonrojo, pero es difícil, ha ocurrido hace nada, unos segundos. Como sea...

Me quito la camisa y me empiezo a secar con la toalla pasando por todo mi cuerpo. Mis músculos, que antes estaban tensos, se relajan al no sentir la humedad.

Suspiro relajado, me miro al espejo y veo que ya no estoy como un tomate. ¿Será porque no me está mirando Ricky con sus ojos deseosos? Sé que somos amigos con derecho a roce, pero tampoco quiero estar todo el tiempo así. Sé que es algo placentero, pero tengo mis sospechas, no quiero correr el riesgo que todo el mundo teme.

Sé que debería correr el riesgo, pero tengo miedo de ello.

Llaman a la puerta y me pide permiso para entrar, lo cual le dejo. Ya es tarde cuando me acuerdo de que estoy sin camisa, pero da igual, estamos entre chicos.

—¿Todo bien, Marth? —me pregunta el dueño de la casa, aunque creo que son sus padres quienes lo mantienen—. Te has enflechado al baño como si fueras un cohete.

—Ya, lo siento. Estaba un poco tenso y con ganas de deshacerme de esta humedad —sus ojos vuelan por mi cuerpo, me siento intimidado.

—Te traeré algo de ropa de mi armario, no vaya a ser que te resfríes —sale del baño.

Me he quedado petrificado cuando ha analizado mi cuerpo con su mirada, me ha dado un poco de miedo y cuando me he sentido intimidado me daban ganas de echarme hacia atrás y decirle que pare. Menos mal que mi cerebro procesó el momento y supo que no era un peligro.

Vuelve con un poco de ropa en la mano y la deja en la encimera del baño. Una camisa marrón y un pantalón negro. Le miro y le doy las gracias.

—Deja que te ayude, seguro que lo mojas un poco —agarra la camisa y hace que me lo ponga.

En verdad no me está ayudando en nada, pero creo que no quiere que moje el cuello de la camisa. Cuando mi cabeza ya está fuera me doy cuenta de que está sin camisa. No me he parado a mirarle en algún momento después de que saliera del baño.

Sus músculos tan definidos me intimidan aún más, como mostrando toda la fuerza que tiene que hasta me puede partir en dos, el tamaño que tiene de diferencia conmigo no es que me ayude, porque es más alto que yo.

—¿Mejor? —debería dejar de pensar que a lo mejor me puede matar con tan solo un golpe, pensando que es un enemigo, porque no lo es, es un amigo totalmente distinto, un amigo un poco oscuro, con su pasado, pero aun así es bueno por dentro y nadie lo sabe.

—Sí, mejor —le dedico una leve sonrisa.

—Pues entonces cámbiate también los pantalones, te esperamos fuera.

Cierra la puerta del baño y me vuelvo a quedar sólo. Me quito el pantalón, que está un poco mojado, y me pongo el que me ha prestado mi amigo. Es cómodo estar con esta ropa, aun siendo grande para mí. Me siento bien, mi cuerpo se calienta y ya puedo salir del baño.

Al salir con la ropa empapada en la mano, Farren me lleva a donde está la secadora y lo dejo dentro. Cuando ya está toda la ropa, lo pone en marcha y nos vamos al salón, donde está Ricky sin camisa también. ¿Por qué Farren no se pone nada seco si es su casa? En el popular que está en el sofá lo entiendo, ¿pero de él?

Da igual. Me siento en medio de Ricky y Jennifer, quien se ha puesto también ropa del dueño de la casa. Encendemos la televisión y esperamos a que la lluvia vaya calmándose, aunque dudo que vaya a parar hoy.

Apoyo mi cabeza en el hombro de Ricky y él me rodea con su brazo y me atrae más a él. Sonrío, me siento genial, aunque ya lo haya pensado muchas veces.

Bueno... Dejemos que pase el tiempo.

Popular NO Busca Pareja (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora