Diana, como conseguir la belleza y restaurar la energía

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iana puede conseguir todas las cosas, dar gloria al humilde, riqueza al
pobre, alegría al afligido, belleza al feo. No esté triste, si es su seguidor;
aunque esté en la prisión y en la oscuridad, ella le traerá la luz - muchos
son los que están hundidos y a los que ella puede subir a lo más alto.
Había en la antigüedad en Monteroni un joven tan feo, tan feo, que cuando
un forastero visitaba la ciudad, la gente le mostraba a Gianni como uno de
los monumentos del lugar. Aún, horrible como el era, (era rico, pero no de
familia noble), tenia la esperanza de conseguir alguna hermosa señorita.
Fue a vivir allí, en Monteroni, una rubia señorita de una maravillosa
hermosura, culta y de buena familia, a quién Gianni, con su impudencia
usual, cortejó con audacia, obteniendo, como también era usual, un rotundo
no por respuesta Pero esta vez, se sintió más fascinado de lo habitual, y esto le influenciaba
hasta en su trabajo sin saber por que, fue poseído por una pasión tal que se
pasaba el día y la noche rondando cerca de la casa de la bella señorita,
buscando la oportunidad de poder abordarla y hacerla suya, o con alguna
artimaña poder llevársela lejos.
Pero sus planes fracasaron, porque la dama tenía siempre con ella gran gato
que parecía ser más inteligente que los humanos, y, cuando Gianni se
acercaba a ella o su hogar, siempre lo veía y alertaba a su dueña con un
horrible ruido. Y verdaderamente había algo tan sobrenatural en su aspecto,
y algo tan espantoso en sus grandes ojos verdes que brillaban como
antorchas, que hasta el hombre más valiente se horrorizaría nada más
verlos.
Pero una tarde Gianni se dijo a sí mismo que era una tontería tener miedo
de un simple gato, que hasta un niño podría espantar, así que se aventuró
con audacia a un ataque. Y dirigiéndose a la casa, tomó una escalera, la
cual colocó contra la ventana de la dama. Pero mientras estaba al pie de la
misma, encontró a una anciana que con seriedad empezó a pedirle que
desistiera de su intención. "No sabes bien, Gianni," dijo ella, que la dama
no quiere nada de ti; tu presencia la aterroriza. Haz esto, ve a casa y mírate
al espejo, y lo que aparecerá en él, esa imagen que ves, es un pecado mortal
en forma humana."
¡Entonces Gianni, rugiendo de rabia gritó, "Voy a seguir mi camino y haré
mi voluntad, vieja esposa del diablo, aunque tenga que matarte a ti y a la
muchacha también!" Diciendo esto, que, se apresuró a subir por la escalera;
pero antes de que él pudiera abrir la ventana y entrar, estando en lo alto, se
sintió como si fuera de madera o piedra, incapaz de poderse mover.
En este estado se sintió agobiado por la vergüenza, y dijo, "Pronto estará
aquí el pueblo entero presenciando mi derrota. Sin embargo, haré una
última petición." ¡Así que él gritó, "Ah, vecchia! Tu que dijiste de mi lo
más amable que yo conocí, perdóname, te lo suplico, y rescátame de esta
situación Y si, como bien creo, eres una bruja del arte, y si, haciéndome un
mago, puedo ser liberado de mis juicios y problemas, entonces te rezo para
que me enseñes cómo puedo hacerlo, para poder conseguir a la señorita, ya
que ahora veo que ella es de tu clase, y que debo ser de ello para ser digno
de ella."
Entonces Gianni vio a la anciana pasar rápidamente, como un destello de
luz de una linterna sobre la tierra, y al tocarlo, fue transportado lejos de la
escalera, ahora aquí, la luz era un gato, que era sin duda la bruja, y dijo,
“Ahora te desvanecerás en un largo viaje, y cuando este finalice
encontrarás un viejo y agotado caballo, entonces deberás decir -
¡'Hada Diana! ¡Hada Diana! ¡Hada Diana!
Te invoco para que hagas algo bueno
por esta pobre bestia.'
Entonces te desvanecerás y encontrarás
una gran magnífica
un autentico macho cabrio
Y le dirás,
¡’Buenas noches, justa cabra!
Y él responderá,
¡’Buenas noches, buen señor!
Estoy tan cansado
que no puedo ir más lejos'
Y tu contestarás como de costumbre,
'Hada Diana, te invoco
para que des paz y alivio a esta cabra'
"Entonces entraremos en un gran vestíbulo donde veras a muchas hermosas
damas que intentaran seducirte; pero tu respuesta siempre será, 'La mujer a
quien amo es de Monteroni.'
¡”Y ahora Gianni, a caballo; monta y alejémonos!" Así que montó al gato,
que voló tan rápido como el pensamiento, y encontró a la yegua, y
pronunciando el conjuro sobre ella, se transformó en una mujer y dijo -
¡En nombre del Hada Diana!
que con su poder te transforme ahora
en un hombre joven y guapo,
de matices rojos y blancos,
¡Como la leche y la sangre!
Después de esto encontró a la cabra y lo conjuró amablemente diciéndole -
¡En nombre del Hada Diana!
¡Seas tu ataviado más lujosamente que un príncipe!
Así que él pasó por el vestíbulo, donde fue cortejado por hermosas damas,
más su respuesta a ellas siempre era que su amor estaba en Monterone.
Entonces no vio ni supo nada más, y al despertar se encontraba en
Monterone, y tal fue su hermosa transformación que nadie lo reconoció.
Entonces se casó con su hermosa dama, y desde ese día vivió toda la vida alejada de brujas y magos y ahora está en el mundo de las hadas.

Aradia- El Evangelio de las brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora