Miércoles, 19 de noviembre
05:42 a.m.
La he guardado bajo cinco bolsas y una caja con llave que me regalaron cuando cumplí quince años, pero es como si la maldita cosa brillara en la oscuridad.
Me está mirando. ¿Es raro eso? Siento que una prueba de embarazo me está mirando.
Tal vez lo que necesito es un psicólogo.
Le conté a Susana que tengo la prueba y ella ha preguntado si quiero que venga a mirar el resultado por mí, pero no estoy lista para enfrentar nada. Sé que estoy actuando estúpidamente. Debería hacerla en este mismo instante, antes de ir al trabajo, así podríamos empezar a preparar todo para viajar a México.
Es decir, si saliera positivo, lo cual es solo una posibilidad remota.
15 Días de retraso
Ok, quizás no tan remota.
¿Cómo me metí en esto?
Pregunta estúpida.
Por supuesto que sé cómo me metí en esto. Gabriel y su ridícula forma de hacerme olvidar el mundo. Ese día en el que solo podía pensar en que lo quería dentro de mí y no me preocuparon los condones, ni los gritos, ni siquiera me importó que mi vestido se arrugara.
Recuerdo las poquísimas veces que nos ha pasado esto (cuatro), hasta llegar a la primera. Vaya, ¿ha pasado tanto tiempo ya?
1 año y ocho meses atrás
—Solo inclínate un poco más hacia atrás, siento que voy a salir en cualquier momento.
—Eso no es mi culpa, es porque eres terrible.
Gabriel se echa a reír y sale completamente. Me da la vuelta para mirarme a los ojos.
—¿Ah sí? ¿Lo soy? ¿Y entonces por qué querías que fuera más rápido?
Intento no sonrojarme y devolverle una mirada seria.
—Porque estabas yendo muy lento, duh.
Eso lo hace reír de nuevo, así que empieza a besar mi cuello, en el exacto punto donde sabe que pierdo la cordura.
—¿Entonces no quieres que siga?
Pero estoy desconcentrada, soltando pequeños gemidos mientras él sigue hasta el lóbulo de mi oreja.
—¿Tomo eso como un sí?
Estoy a punto de responderle, cuando él me da una pequeña mordida y mi gemido me hace sentir que imito a una actriz porno o algo así.
—Eso es trampa —logro decir.
—No dije que fuera a jugar limpio.
Luego se echa sobre mí, me abre las piernas lentamente con sus rodillas, y empieza a moverse dentro de mí.
Si hablamos estrictamente de la penetración (hey, ahora soy capaz de hablar de términos sexuales sin pronombres demostrativos), entiendo que la posición del misionero se haya vuelto popular. Si estás aprendiendo, es la más fácil de mantener...al menos por unos minutos. Eventualmente las piernas empiezan a dolerte por el peso de tener a alguien sobre ellas y si no eres muy atlética (como yo), te das cuenta que mantenerlas abiertas por mucho tiempo es incómodo.
Gabriel ni siquiera se inmutó la primera vez que sugerí que quizás podríamos cambiar de posición. De hecho, creo que tenía una lista de varias por probar. Igual que en los bocaditos, cambiamos hasta que me quedé con las que más me gustaban.

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18 días
Teen FictionCuando a Lucía le llega la invitación a la boda de una amiga que se casa porque está embarazada, se da cuenta de algo: ¡que ella misma tiene un retraso! Mientras decide si debe decirle o no a Gabriel, su novio, va reviviendo un poco el pasado, don...