Capítulo 3

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Thranduil abrazó a su hijo como si fuera la última vez. Legolas estaba a punto de irse a Rivendel, pues el príncipe había decidido que tenía decirle a Elrond que Gollum volvía a estar en libertad. También esperaba que Estel estuviera allí para poder explicárselo todo... y rezaba para que el hombre no perdiera los estribos.

Legolas le devolvió el abrazo a su padre, un poco confuso por su reticencia a soltarlo. Se alejó un poco y lo miró a los ojos.

"¿Padre? ¿Qué ocurre?"

Thranduil respiró hondo y luego miró a su hijo, memorizando cada detalle de su rostro.

"No sé por qué, pero tengo la sensación de que no voy a volver a verte en mucho tiempo."

Legolas abrió mucho los ojos, sorprendido.

"¿Por qué piensas eso?"

"No lo sé. Instinto paternal, creo –Thranduil le acarició el cabello dorado-. Buen viaje, hijo. Y recuerda que siempre te querré."

Al príncipe se le hizo un nudo en la garganta al ver las lágrimas en los ojos del rey.

"Padre..."

"Pase lo que pase, nunca te rindas y vuelve conmigo. Prométemelo, Legolas."

"Pero si solo me iré unos días..."

"¡Prométemelo!" –Thranduil casi gritó, sujetándolo por los hombros con firmeza.

Legolas se sobresaltó, pero notó claramente la desesperación en la voz de su padre, así que asintió y le besó la mano.

"Lo prometo, padre. Volveré contigo."

El rey se acercó un poco más para besarle la frente y lo volvió a abrazar. Finalmente lo soltó y dio un paso atrás.

"Dale recuerdos a Elrond y Gandalf –dijo Thranduil, recuperando la compostura-. Diles que tienen mi apoyo para enfrentarnos a las fuerzas oscuras... cuando decidan hacerlo."

"Lo haré –Legolas se inclinó-. Hasta la próxima, padre."

Thranduil no dejó de mirar a su hijo. Lo observaba mientras montaba a caballo, seguido por su escolta que incluía a Jaden, el nuevo comandante, y siguió haciéndolo hasta que la tropa desapareció de la vista.

"Hasta la próxima, hijo... aunque me temo que eso no será muy pronto."

Legolas y su tropa llegaron a Rivendel dos días después

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Legolas y su tropa llegaron a Rivendel dos días después. Cuando desmontaron, los hijos gemelos de Elrond se acercaron a saludar.

"¡Legolas! ¡Nos alegramos de verte!"

Los tres amigos se abrazaron, igual de animados que siempre.

"Me alegro de verlos, Ell, Ro –dijo el príncipe del Bosque Negro cuando se separaron-. Pensaba que estaban en Lothlorien."

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