ALARIC BERFOR.
Ella se marchó y en ningún momento voltea a mirarme ¡Por qué diablos no me miras! ¡Estúpido! ¿Le habrá molestado él que me acercara tanto? Idiota, por supuesto que le molestó mi atrevimiento.
-¿Me vas a explicar que acaba de suceder? -preguntó mi madre con una ceja arqueada, acompañada de una gran sonrisa en su rostro.
-No sucede nada madre -le digo seco.
-Nada... eso no fue lo que yo vi cuando entre, encontrandote prácticamente como una garrapata sobre esa pobre muchacha ¡Tenía la cara roja de la vergüenza!.
-Madre por favor no te metas en mi vida privada -quiero dejar por terminada esta conversación, tengo que pensar en una manera de disculparme con Alezandra.
-Escucha bien mis palabras Alaric Berfor, ¡Estas enamorado de esa muchacha no lo niegues! -dijo mi madre en voz alta, sigo de largo pretendiendo no escucharla.
-Estas diciendo disparates a mí no me interesa el amor soy seco, soy frío y soy brusco, no un romántico, lo sabes y no me interesa para nada Lady Hilbert -respondo indiferente y dándole la espalda comienzo a subir las escaleras.
-Pues bien, solo te informo que hay muchos otros caballeros que la miran de reojo cada vez que la ven pasar. He coincidido con ella en varios eventos sociales y nunca es dejada de lado por lo hombres -me detengo bruscamente .
-¿¡Quienes me quieren quitar a mi Aleza!? -pregunté colérico, un mal paso, había caído en su trampa.
-No que no te interesaba Lady Alezandra -dice con burla.
-¡Madre! ¡Quienes son esos hombres! -Imaginar a Alezandra con otro hombre me revuelve las tripas y los celos me ciegan, sobre mi cadáver dejaría que otro la tocase, primero la secuestro antes de dejar que eso pase.
-Bueno se llaman "Lord eres tan fácil de engañar" y "el duque has caído en la trampa de tu madre" -responde ella riéndose a carcajadas. La ignoro y subo a mi habitación ¿¡Por qué siempre caigo en las bromas de mi madre!?
ALEZANDRA
Al salir de la mansión Berfor, no regreso directamente a mi hogar, no quiero regresar tan pronto. ¿A dónde voy? ¿Con Verónica o Nayra?. Las dos me podrían ayudar con este dilema, pero no lo se. Verónica esta felizmente casada con el Lord Heronimo McDonall, al cual he apodado el sobreprotector ¿Por qué?. Cuida a Verónica hasta de una miserable mosca, llegando hacer un poco ridículo pero a mi amiga le gusta ese tipo de tratos. Los dos son un matrimonio de locos que se aman demasiado.
Es la única del grupo que se ha casado pero eso cambiará dentro de muy poco tiempo, ya que Alaric y yo seremos los siguientes en casarse. Me encargaré de eso. Quiero lo mismo que tiene Verónica, una relación por amor que a pesar de todas sus diferencias, se aman, quiero eso con Alaric a mi lado, pero sobretodo quiero tener hijos.
Mejor voy a casa de Verónica, tengo demasiado tiempo sin hablar con mi amiga además aprovecharé en pedir su consejo. El carruaje se detiene en la mansión de los McDonall, me comienzo acercar a la puerta de la gran residencia.
La golpeo y al poco tiempo esta se abre, veo a la mujer bajita y regordeta recibirme con una sonrisa, Berta la ama de llaves de la mansión.
-Lady Hilbert que sorpresa, la condesa no la esperaba hoy pero adelante. -Dice de manera muy amable la señora.
-La señora McDonall, ¿Dónde está? -pregunté pero rápidamente unos gritos se hacen presentes, esos gritos son inconfundibles.
-A MI TÚ, NO ME VAS A CONTROLAR NI MUCHO MENOS A DECIR LO QUE TENGO O NO TENGO QUE HACER HERONIMO MCDONALL -Esa es la voz de Verónica.
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©Libre Y Leal. Saga: Siempre Juntas 2
Historical FictionLONDRES 1822. Soy todo un desastre. ¿Por qué? No puedo decirle al hombre que quiero, que me gusta y desearía que me secuestrara en su caballo blanco, con su brillante armadura de... Bien estoy exagerando un poco. Siempre miles de locuras pasan por m...