Termino de pintar el retrato de Alaric, el resultado me enorgullece es igual a él, pero nada se le compara al verdadero.
-¡¿Qué haces Alezandra?!-pego un salto del asiento al escuchar el fuerte grito de la niña de ocho años..
-¡Catha me asustate! -Catherine mi hermana pequeña entró a mi estudio de arte sin tocar la puerta.
¡Otra vez! Ya perdí la cuenta de las veces que le he dicho a esa niña que toque antes de entrar a una habitación.
-¿Quién es él?-pregunta al ver el retrato de Alaric -Es muy guapo .
Sonrío y vuelvo a ver el retrato.
-Si... Lo es -suspiro como una tonta. Siempre me ha gustado dibujar y pintar para matar el tiempo, mi padre nunca esta al corriente sobre lo que me sucede a mí o mi hermana Catherine.
Pero al menos me complació cuando construyo esta habitación y la convirtió en mi propio estudio, un lugar en donde estoy en solitario pero mío en todo sentido.
-¿Nuestro padre sigue aquí?-le pregunto a Catha.
-No... salió en la mañana y no ha regresado.
Frunzo el ceño molesta ¡¿Cuándo será el día en que ese hombre se preocupe por alguna de sus hijas?!.
-Esta bien Catha por favor sal de mi estudio, sabes que no me puedo concentrar si no estoy sola -ella me voltea los ojos.
-¡Nunca puedo estar aquí! ¡No es justo!-resopla enojada, haciendo pucheros.
-¡Catherine! Yo no me quejo cuando tienes tus clases de piano y eso que no sabes tocar ni una miserable nota pero igualmente aguanto que me partas los oídos con lo mal que tocas.
-¡Eres una tonta! Mejor me voy a la cocina, la Institutriz Carmen debe estar cocinando algún dulce ¡y no te voy a dar! -grita para de la habitación dejándome sola, observo el retrato de Alaric, se lo pienso regalar..
¿Le gustará? ¡¿Y si no le agrada como se ve?!
¡Ya! Alezandra, Alaric jamás rechazaría un obsequio y mucho menos si proviene de tí.
Me tranquilizo y envuelvo el retrato para que no se maltrate.
-Le encantará ¡Piensa en positivo Aleza! -digo en voz alta.
-¡Mira a una loca hablando sola! -grita Catha al otro lado de la puerta.
-¡¡Deja de espiar las conversaciones ajenas Catherine!! -le gritó furiosa, y escucho su risa.
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Alaric Berfor.Me encuentro en la biblioteca leyendo un libro de literatura, unos golpes en la puerta me interrumpen.
-¡Adelante!-digo en voz alta, la puerta se abre mostrando a una melena negra algo envejecida, su rostro neutro y tranquilo, ella es Marina.
-Lord Berfor... ¿No tiene hambre? No ha comido nada en todo el día-Ella tiene una mirada de preocupación.
-No gracias, no tengo nada de hambre.
-Pero Milord, no es bueno que pase tanto tiempo sin comer-Frunzo el ceño .
-Señora Marina cuando digo que no es NO ¿entendido?-le hablo muy brusco a la pobre mujer de treinta y ocho años. Ahora me siento un imbécil -Disculpeme por mi comportamiento Marina, estoy un poco estresado.
-No importa señor, solo me preocupo por usted-dice con su cabeza agacha.
-No tienes que hacerlo, puedes retirarte -ella se queda un momento observándome pero al ver como la fulminaba con la mirada se dio la vuelta marchándose.
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©Libre Y Leal. Saga: Siempre Juntas 2
Ficción históricaLONDRES 1822. Soy todo un desastre. ¿Por qué? No puedo decirle al hombre que quiero, que me gusta y desearía que me secuestrara en su caballo blanco, con su brillante armadura de... Bien estoy exagerando un poco. Siempre miles de locuras pasan por m...