¿Y si el reloj se detiene? • SEVENTEEN •

💎 SEVENTEEN 💎

           

Wonwoo estaba luchando por sacar las llaves del abrigo. Luego de varios días escondiéndose en su apartamento, esa mañana supo que tenía que ir a comprar algo de comida. Las costillas marcadas en su torso ya no le permitían fingir que lo olvidaba.

Así que ahora se encontraba ahí, frente a su puerta, luchando con las bolsas del supermercado e intentando abrir la puerta de lo que alguna vez llamó hogar. Nada volvería a ser igual que antes y lo sabía, pero seguía sin tener la fuerza de voluntad para mudarse. Si ese vacío apartamento era lo único que podía tener de Seventeen, él no lo dejaría atrás.

Ya no tenía muchas lágrimas por derramar, pero los recuerdos que había en esas paredes lo derrumbaban diariamente.

Abrió la puerta y entró mirando el suelo, más concentrado en quitarse los zapatos y no caer que en el espacio vacío que le daba la bienvenida. Sin embargo, aún teniendo el zapato izquierdo puesto, el inusual ruido lo hizo detenerse. Miró hacia arriba y sintió sus ojos escocer por la imagen: Jihoon jugando con la guitarra en su sillón favorito, los tres mayores con Chan en medio estrujados en el otro sofá, viendo algún tonto programa en el televisor. Soonyoung, Seokmin y Seungkwan parecían estar teniendo algún tipo de programa de variedades y su pobre víctima era un Hansol bastante aturdido. Jun, por su parte, estaba sentado cerca de la ventana, observando todo con una sonrisa nostálgica en su rostro.

No veía a Mingyu por ninguna parte, pero el delicioso aroma le confirmaba que estaba en la cocina.

Ante el ruido que hizo al entrar, todos lo miraron brevemente y le saludaron; como si no hubieran pasado meses desde que se vieron por última vez. Wonwoo decidió ignorarlos, creyendo por un momento que finalmente estaba alucinando, así que dejó las compras en la mesa y se volteó para tirar sus llaves en la mesita del pasillo –cuando Seventeen todavía vivía, habían decidido ponerlas todas juntas mientras estuvieran en el apartamento, ya que las perdían tan a menudo que el casero se sabía sus nombres de memoria.

            Sin embargo, su mano se congeló a medio camino cuando vio los ramos de flores –de todos los colores y especies –sobre la mesa, rodeando la foto de Minghao que colgaba en la pared sobre ella.

No quería llorar, ya su cuerpo no soportaba el cansancio y ardor en sus ojos. No quería derramar más lágrimas por algo que pudo haber evitado, porque él sabía que Minghao hizo lo que todos deseaban desde que Seventeen murió. Wonwoo no quería vivir otro día más en el pasado, deseando haber hecho algo antes de que fuera demasiado tarde, antes de que Minghao no soportara más sus ausencias.

Pero lo único que sabía hacer desde que Soonyoung le llamó con la noticia era llorar. Wonwoo cayó de rodillas frente a la mesa y llevó sus manos hasta su corazón, apretando la camisa como si así pudiera mitigar el dolor.

Y, mientras de sus ojos caían lágrimas agrias y pesadas, dejó de sentirse solo luego de muchos meses. Al verse rodeado de los brazos de once de sus mejores amigos, quiso gritarles por haber durado tanto pero su llanto se lo impedía. Quería enojarse, reclamarles porque por culpa de los doce ya era demasiado tarde para Minghao. Para su dulce y sarcástico chino, aquel al que le enseñaron el idioma con tanta paciencia y cariño. Pero, su corazón estaba ligero, finalmente aliviado por tenerlos cerca.

─Perdón. –Susurraron todos al unísono, el sonido casi mitigado por el llanto de los doce. –Perdón. –Repitieron, sin saber si se lo decían a sí mismos, a los demás o a Minghao.

─Te amamos. –Exclamó el líder con la voz rota y ninguno necesitó mirarlo para saber que se lo decía a aquel que ya no estaba con ellos. Algún día lo seguirían, pero no era su momento. Ahora les tocaba salvar el desastre que dejaron atrás, en su honor.

"Even though you are being alone, remember we are on your side and don't be afraid of all the fears you have".